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Capitulo 12

Horacio había quedado con Dan más temprano en el centro comercial. Ese día era cumpleaños de su hermano y quería comprarle algo especial.

—¡Hola tu!— saludo Horacio a Dan al verle llegar

—¡Hola!— se acercó y le dio un rápido beso en la mejilla, Horacio se sonrojo un poco, desde aquella confesión  aún se sentía extraño ante aquellas muestras de cariño. No tenían algo formal como pareja pero el sentimiento estaba claro.

—¿Para qué me necesitas?— Horacio saco su celular mostrando la fecha.

—Hoy es cumpleaños de mi hermano y quiero comprarle algo bonito— Dan se quedó pensando algunos segundo

—Acudiste con la persona correcta, nadie conoce de compras mejor que yo— tomo a Horacio de la mano para guiarlo a la primera tienda.

—¿Tienes algo en mente? No conozco a tu hermano pero tengo algunas ideas— Hablaba mientras observaban el área de joyería.

—Estaba pensando en una chamarra, quizá un sombrero— Dan le miro pensativo.

—¿Qué te parece una chamarra roja?, Por lo que me has contado tu hermano siempre las usa y el color rojo le quedaría de puta madre— Horacio asintió feliz

—Me encanta esa idea, también podría comprar un sombrero para hacer conjunto—

—Vamos, conozco una tienda que tiene las mejores chamarras— volvió a tomar a Horacio de la mano.

Una vez en la tienda comenzaron a ver distintas chamarras color rojo, había una gran variedad pero ninguna le convencía, quiera una chamarra linda, de rojo brillante y delgada. No tuvieron ningún éxito, ninguna prenda le gustaba. Estaban por rendirse cuando lograron ver una nueva tienda de ropa que tenía algunos maniquíes fuera. Horacio quedó maravillado con el primero que vio, se trataba de una chamarra roja junto a una gorra color verde. Rápidamente en su mente se imagino a Gustabo con eso y sonrió, aquellas prendas representaban la esencia de su hermano.

—¿Te apetece ir a comer algo? A la clase ya no llegamos y muero de hambre— preguntó Dan dando un leve golpe en su estómago

—Me parece bien, mis pies me están matando—

Ambos chicos fuero por unos tacos, decidieron tomarse el tiempo libre pues a su clase ya no les daba tiempo de llegar y Gustabo seguramente aún no se encontraba en casa.

Pasada una hora exacta, Horacio decidió despedirse de Dan para ir a su casa y preparar el regalo para su hermano.

Al llegar a casa se encontró con segismundo que miraba un programa policiaco en la televisión.

—Hola Horacio, Gustabo se encuentra en su habitación, prepárense para ir a cenar o algo — Horacio asintió y se dirigió a su cuarto. Se sorprendió al ver qué la puerta tenía pestillo.

—Gustabo, soy Horacio. ¿Me puedes abrir?— dio pequeños toque a la puerta. Pasados unos segundos se escucharon unos pasos lentos y después la puerta se abrió.

Horacio se preocupo al ver qué todo esta desordenado, había cosas rotas y lo peor fue cuando miro a Gustabo, tenía una mirada fria y la cara pintada

—¿Qué pasó aquí?— preguntó corriendo a dónde se encontraba su hermano

—Pogo quería algo decente para vestir, en esta casa no tienen sentido de moda.— Horacio le miro confundido y se acercó a la bolsa que traía

—Te compre algo por tu cumpleaños, espero tenga algún sentido de moda— Gustabo saco la chamarra de la bolsa y se la coloco rápidamente.

—Esta chamarra tiene estilo, a Pogo le gusta vestir con estilo. Gracias horacios—

—¡Pero mira también esto!— Horacio saco el gorro y Gustabo rápidamente lo tomó.

—¿Te gusta?— preguntó tímido mientras veía como su hermano se veía en el espejo.

—A Pogo le gusta— Horacio le miro confundido, ahora caía en cuenta que su hermano se comportaba raro y hablaba en tercera persona.

—¿Te sientes bien Gustabo?— el asintió

—Pogo de puta madre, ¿Horacio está bien?— el asintió mirándole aún confundido.

Gustabo comenzó a caminar por toda la habitación observando a Horacio —Te ves preocupado, no lo hagas. Me molesta—

—No entiendo de que hablas...— Gustabo le miro unos segundos más y sonrió

—¿Tienes miedo Horacio?— el negó

—¿Estás seguro?— se acercó

—Gustabo estás actuando....¿PERO QUE HACES?— Gritó al ser apuntado con un arma

—A Pogo no le gustan los mentirosos—

Segismundo que había escuchado el gritó de Horacio subió corriendo a la habitación, era la primera vez que le escuchaba con tanto miedo. Al entrar se quedó estático

—¿Pogo?— preguntó preocupado al mirar la cara pintada de Gustabo

—Hola amigo Segismundo—

—Segis Gustabo está mal— hablo Horacio al borde de la lágrimas

—Pogo deja a Horacio, yo te ayudo— Gustabo bajo el arma.

—Vete— Horacio corrió detrás de segismundo

—No entiendo que pasa— Segis se giro a el

—No te preocupes por el, yo me encargo, pero lo mejor sería que te fueras. Te explico después— Horacio asintió y se fue.

—Muy bien Pogo... ¿Qué quieres?— Gustabo sonrió

—Cuidarlo obviamente—