Capitulo 6

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Después de correr por un largo tiempo no pudo más, camino a un parque cercano y acostó a Horacio en el césped mientras el descansaba.

¿Que harían ahora? No tenían a dónde ir. En estos momentos lo primordial era buscar un lugar donde pasar la noche. Se levantó para tomar un poco de agua de una llave cercana y a la vez poder limpiar su rostro y el de su hermano. Cerca de ellos apareció una señora que se encontraba paseando a su perro, se acercó a ella para preguntar la dirección de algún hostal. Ella amablemente le indico el camino y Gustabo le agradeció, no estaba muy lejos y podía ir a pie.

Tomó nuevamente a su hermano y camino rumbo al lugar señalado, al llegar colocó a Horacio en una banca cerca para poder ir a pedir la habitación.

- Buenas tardes amigos, ¿Tienes habitaciones disponibles?- El hombre le miro de arriba a abajo analizando su apariencia.

-¿Cuántos años tienes hijo?- Gustabo se tenso un poco, aún faltaba un año para cumplir los 18, tenía que ser inteligente y usar su pico de oro como lo suele llamar Horacio.

-¿Cuántos me calculas? Ojo con lo que vas a decir que me ofendo.- El señor sonrió.

-Pues yo te podría calcular fácilmente unos 15, tienes cara de un niño.-

-Joder, que mi hermano no te escuché que se enfada, mira que decir que tengo casi su misma edad, le da un infarto-  el señor olvidó por completo sus dudas al ver lo amigable que era el muchacho y procedió a realizar su registro. Gustabo pago por un par de dias y después de unas cuantas bromas más se dirigió a su habitación.

El lugar no era feo, si pequeño pero feo no. Incluso se le veía muy elegante para el precio que había pagado. ¿Será algo extra por usar su pico?.

Puso a Horacio en la cama y acomodo sus pocas cosas. Se dirigió al baño y al ver qué tenían una tina decidió abrió la llave para meter a bañar a Horacio el cuál aún seguía bajo el efecto de la drogas.

En lo que la tina se llenaba decidió salir rápido a un local que tenían enfrente para comprar algunas cosas de comer y algo para limpiar el golpe que había recibido Horacio y él.

Tomo a su hermano y lo metió dentro de la tina, empezaba a despertar pero aún se le veía aturdido. Trato de alejar a Gustabo cuando esté intento limpiar el golpe de su mejilla.

-Para tío, eso duele mucho.-

-Joder Horacio si no te dejas eso se te va a poner todo feo. - Horacio finalmente lo dejo pues aún no tenía suficientes fuerzas como para pelear.

Al terminar de ducharlo y curarle la herida le ayudo a vestirse para acostarle en la cama.

Una vez Horacio dormido, Gustabo optó por tomar una ducha el también. Al estar dentro del agua comenzó a analizar su situación, en ese momento estaban solos, con dinero limitado, seguramente la policía los estaban buscando. ¿Que le diría a Horacio cuando despertase?.

Estaba a punto de llorar cuando algo comenzó a sonar, era su celular. Tomo una toalla y se levantó para verlo. Era  Segismundo. Aquél que días antes le había entregado un arma.

-¿Hola?- Contesto Gustabo tratando de sonar lo más normal posible.

-¿DÓNDE ESTAS?. ¡TE LLEVO LLAMANDO TODA LA TARDE!- Gustabo soltó una leve risa por la preocupación de su amigo.

-Tranquilo, estuve ocupado. ¿Ocurre algo?- Segismundo tardo unos segundos en responder.

-¿Estás bien?. Estaba comiendo cuando salió un reportaje sobre tus padres adoptivos. -

-Sobre eso... Es una larga historia yo... - Segismundo le interrumpió

-Solo dime si estás bien. ¿Ahora mismo dónde están? Porque hasta donde entiendo ustedes no estaban en casa.-

- Estamos en un hostal, huimos...-

-Te mandaré mi dirección, puedes venír cuando quieras, si necesitas dinero o cualquier cosas no dudes en pedirlo. Ahora tengo que colgar porque tengo trabajo, pero de verdad Gustabo. Cualquier cosa.- Gustavo agradeció y se despidió. Apagó el celular para regresar al baño. Después de hablar con su amigo se sentía más relajado. Segismundo es amigo suyo desde que tiene memoria. Estuvo con el cuando ocurrió lo de sus padres, lo estuvo ayudando antes de conocer a Sam y David. Incluso le había dado un arma cuando le confesó lo que ocurría con su padre adoptivo. Segismundo era su mejor amigo y a pesar de que todos los demás lo odiaban por haber preferido una vida de lujos a seguir con sus hermanos de calle. El había entendido sus razones y seguía manteniendo la comunicación. Incluso celular que ahora tenía era un regalo de él.

Se recostó a un lado de su hermano viéndolo dormir, rogaba que al día siguiente el no recordase nada. Sería lo mejor.

Estando ya en la cama a un lado de Horacio. Su mente volvía a repetirle todo lo ocurrido, pero ya no de la forma triste, ahora solo un sentimiento se identificaba. La satisfacción. Recordaba como fue apretar el gatillo y ver el cuerpo de David caer lentamente en el suelo. Ver su rostro agonizar mientras el lo miraba deseando con todas sus fuerzas que muriese.

En cierto modo eso también lo asustaba, ahora se sentía distinto pero no le importaba. El mataría a quien fuese con tal de lograr lo que quería, porque una vez que inicias es difícil dar un paso atrás. Parte de la promesa que hizo por Horacio. Cualquiera que se metiera con ellos caería.

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