The Exit: La Guerra De los Mundos

Capítulo 37 - El Templo de la muerte

El negro azabache era el protagonista, la oscuridad reinaba el lugar.

Pasos entre sombras, esperanzas entre la penumbra. Andar sin rumbo era su única opción.

Entre aquel oscuro lienzo, leves destellos eran su única fuente de luz.

Al extender la mano palpaban el frío tacto del ladrillo negro que les rodeaba.

Evy avanzaba en cabeza con una bola eléctrica en su mano, sincronizando cada titileo con su propia respiración. No era una gran iluminación, pero al menos les permitía saber dónde caían sus pies, mas la luz no era el principal problema.

Podía haber salta de visión, pero el ruido y las voces se volvían ricas en aquel lugar.

Evy: Oh, otra bifurcación (Fijándose levemente) Creo que es mejor ir por la derecha.

Gabriel: ¿La derecha? No, estoy seguro que ahora deberíamos ir por la izquierda.

Evy: No, fíjate en la bola, parece que ya hay algo de aire por allí.

Gabriel: Ya es la cuarta vez que dices eso y solo nos encontramos con más caminos. Por eliminación ya deberíamos tomar la izquierda, que no hemos ido por ninguna.

Eyv: Eso no tiene ningún sentido, lo mejor es guiarse por lo que parezca más probable. Si hay pistas, síguelas, primera norma del explorador.

Gabriel: ¿Pistas? Solo es una intuición tuya, y la mía dice que es por este lado.

Evy: ¡No es una simple intuición como lo tuyo! ¿A qué no, Logan? ¿Logan?

Volteó su cabeza de lado a lado, el ángulo de visión era muy limitado y no encontraba a su compañero por su vera.

El titileo, como su respiración, se incrementó y aceleró.

Habían acabado en un enorme laberinto sin luz, llevaban un largo rato caminado y tomando distintas direcciones.

La tensión, cual electricidad en un cable, recorrió todo su cuerpo al segundo, y con desesperación se dispuso a correr todo lo recorrido en su búsqueda mas, al primer paso, su pierna chocó con algo haciendo que cayese sin control al halado suelo de ladrillos.

Instintivamente su mirada buscó la razón de su caída, pero su expresión se llenó de furia al descubrirlo tras acercar la bola.

Bajo sus pies, una capa verde le cubría.

Logan, arrodillado en el suelo, estaba parado frente a un leve charco de agua. Su mirada permanecía perdida al reflejarse en aquel líquido, pero el grito de su compañera le sacó del trance al segundo.

Evy: ¡Logan! ¡¿Se puede saber qué estás haciendo?! (Levantándose) Si es que no sé para qué me preocupo.

Logan: Oh, es que me ha sido inevitable. Tan solo observa esta genialidad, era imposible resistirse a mirarlo.

Gabriel: (Acercándose) ¿El qué? ¿La propia agua?

Logan: No, lo que refleja.

Gabriel: ¿Lo que refleja? ¡...! ¡N-no me digas que has encontrado una salida por el reflejo!

Logan: ¿Salida? No, para nada ¡Mira ese bellezón que muestra!

Gabriel: ¿Eh?

Evy: Se refiere a su reflejo.

Gabriel: Oh. ¿Sabes? Creo que tienes razón, vamos por la derecha sin discusión.

Evy: ¿Verdad? Sabía que entrarías en razón.