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Jennie se encontraba tranquilamente sentada en el sofá, era cómodo, mientras esperaba a Rosé.

Después de un rato sintió que alguien que la vigilaba y cuando fue a confirmar, cerca del marco de la sala, había asomada una pequeña cabecita rubia, observándola.

Parecía querer acercarse y la miraba con los ojos brillante y repletos de curiosidad, Jennie quería hablar con ella. Era muy linda como para no hacerlo.

-Hola Wenchu, yo soy Jennie una... Mmm, compañera de tu hermana -dijo un poco insegura, acercándose a la niña, ella no se movía.

-Me llamo Wendy, no Wenchu - dijo con la vocecita altanera de su hermana, Jennie hizo una mueca y una sonrisa apareció en el rostro de la niña -. Te ves graciosa.

-¿Crees que soy graciosa, Wenchu? - dijo avanzando paso a paso y la niña sonrió, asintiendo-. ¿Te puedo decir así?

-Si, me gusta. Me hace sentir bonita-respondió aún con una sonrisa, al ver la manera en que caminaba la castaña.

-Tu eres bonita, Wenchu -aseguró la chica y los ojos de Wendy parecieron iluminarse.

-¿Si? -preguntó emocionada y comenzó a acercarse también, llevaba a rastras su osito gris en una mano.

— Si, lo eres y... ¡ahhh!-pegó un chillido cuando tropezó con la alfombra y cayó de espalda, dándose un golpe en la cabeza - Ay -

Wendy comenzó a reír mientras la castaña se sentaba, la niña fue hasta las piernas de Jennie y se sentó en su regazo, mirándola con una mezcla de curiosidad y emoción.

-¿Te estás riendo de mí, Wenchu?-preguntó Jennie con diversión mientras observaba el rostro feliz de la niña.

-Si, eres muy tonta - dijo riendo con la lengua entre los dientes y Jennie casi se desmaya de la ternura, era la misma expresión que hacía Rosé.

La niña colocó sus dos manitas en cada mejilla de Jennie, acercándose -Tus ojos son un poquito rasgados, pero también muuuuy bonitos, parecen ojos de gatito -

Jennie sólo pudo reír mientras la pequeña rubia la veía con intensidad, sus ojos eran muy hermosos también, pero no tanto como los de Rosé.

-¿Te gustan? - preguntó y la niña asintió enérgicamente, aun sin soltarle el rostro.

-A Roro también le gustan, siempre habla sobre unos ojos gatunos que la vuelven loquitaaaa -dijo canturreando y Jennie se ruborizó, Wendy comenzó a reírse emocionada mientras aplaudía -. Y eso hace cada vez que papá le dice tu nombre -dijo refiriéndose al color rojo en las mejillas de la castaña.

-¿Papá? ¿Tu papá me conoce?-preguntó incrédula, con el corazón en la garganta.

-Nop, pero algún día quiere hacerlo. Pero, yo te conocí primero ¿verdad? - preguntó y la castaña asintió, logrando que la niña sonriera más -. Este es mi osito, se llama Seulchi - dijo levantando al osito gris, se había sentado aún más entre las piernas de Jennie y parecía cómoda, mientras alzaba al peluche. 

-Es muy lindo, parece de verdad -dijo sintiéndose tonta, pero era lo primero que había pensado.

-¡Yo también dije lo mismo! -exclamó la niña, volteando a ver a la chica con adoración en esos ojos marrones ¡Al fin alguien que la entendía! - Vamos ver que hace Ali, está haciendo mi comida favorita.

Se levantó y tomó a Jennie de la mano, en la otra llevaba a Seulchi, obligándola a pararse y guiándola hasta la cocina.

Jennie sentía miedo de que Rosé le fuera a retar, pero los ojos marrones de la pequeña castaña la derretían por dentro, estaba dispuesta a soportar las consecuencias.
-Está haciendo dumplings, a mí me encantan los dumplings ¿A ti te gustan? - preguntó Wendy, entrando a la cocina y mirando a Jennie.

Rivales - ChaennieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora