Hola todos! realmente estoy muy contenta con los votos,se los agradezco!
Gracias, saludos y les dejo mas de Santiago y Sofia, pero ya queda poco....!!!
El partido ya estaba empezado cuando llegaron Santiago llegó a la cancha de tenis. Nicky y Romina perdían por mucho, pero daban batalla a Sofía y Rodrigo que parecían más tranquilos con la diferencia y hasta se daban el lujo de hacer alguna broma. Parecía un partido aguerrido por lo que ninguno quiso interrumpir ni para saludar. A Santiago no le importo demasiado, él estaba disfrutando y haciendo lo que más le gustaba hacer. Observarla.
Toda ella era espectacular y amaba invertir su tiempo mirándola. Sus piernas, su pelo, sus gestos al golpear la pelota, sus músculos tensándose y aflojándose, era preciosa...y ese sonido tan similar a un excitante gemido que salía de su garganta ante el esfuerzo de su potente saque lo tenía atrapado en una nube de deseo, puro deseo. De ese que lo consumía día y noche y nada podía hacer aún por satisfacer. Tampoco ayudaba el atrevimiento de su novia que lo provocaba con esas miradas nada disimuladas y sugerentes que incluían movimientos sensuales, sonrisas busconas y besos revoltosos tirados al aire con un solo motivo, enloquecerlo y vaya que lo lograba.
Cuando el partido terminó, Sofía pudo reparar en la visita sorpresa que había recibido. Vestido con un jean viejo, zapatillas, una remera cualquiera y esa gorra con visera su novio era todo un show para detenerse a ver.
-Hola. No te esperaba -dijo ella todavía un poco agitada por el juego y dejándose abrazar por la cintura después de quedar solos.
-Lo sé. Quise sorprenderte.
-Linda sorpresa. -No pudo agregar mucho más porque con un beso, señor beso, le tapó la boca.
– ¿Qué hacías en la cancha?
-Jugaba.
-Sí, conmigo, con mis nervios, con mis ganas –dijo con una mirada inquietante que no dejaba dudas del deseo que intentaba mantener en control.
-Puede ser. Solo un poquito.
Se sentaron en uno de los bancos que daban a la cancha ahora vacía. Ya los chicos estaban hidratándose en el bar del club y ellos se escondían de las miradas chismosas.
-Definitivamente las polleras de tenis son tu estilo -dijo Santiago acariciando las piernas de su novia que se había sentado sobre las suyas. Hizo una pausa y le acarició las mejillas acaloradas. -Sofi, me surgió un viaje a Mendoza. Me voy dentro de un par de horas, por eso vine a verte. Quería despedirme. Me voy a tener que quedar varios días, tal vez toda la semana. Me gustaría que vengas conmigo.
-No puedo. Me encantaría, pero esta semana...
-Lo sé. Lo conversé con mi papá y me dijo que tienen una semana complicada ustedes también.
-Sabes que te voy a extrañar muchísimo -dijo ella pegándose a su pecho, no le gustaba demasiado la idea de no verlo por unos días. A Santiago ese gesto le llegó al alma. Era tan sensual y atrevida como dulce y cariñosa. Esa ambigüedad era lo que más lo atrapaba. Su niña mujer lo enloquecía.
- Yo también te voy a extrañar muchísimo. Se me va a hacer eterna esta semana.
-Ni que lo digas, ya te extraño y todavía no te fuiste. -Acarició su pelo soltándolo de su cola de caballo y permanecieron abrazados un rato en silencio. Sofia nunca imaginó que los abrazos eternos y silenciosos podían derretirla de la forma que lo hacían. Ese hombre podía con ella. No solo la ponía a arder de deseo, sino que le regalaba momentos como ese de pura ternura.
-Tomate estos días para prepararte, Sofía, porque vamos a tener que terminar con el temita inconcluso de pasar la noche juntos. -Necesitaba romper el ambiente porque nunca tendría ganas de despegarse de su tibio cuerpo.
ESTÁS LEYENDO
No me alcanzó con mirarte (Completa)
RomanceSantiago López Arregui, exitoso contador de 33 años, llevaba una vida tranquila, rutinaria y prolija, tal vez, monótona y aburrida, pero eso lo descubriría con la llegada de Sofia Quevedo, una hermosa estudiante de derecho de sólo 23 años, que tomó...