FÉNIX

Sigue por favor

Habla Aitana

Me pasé la noche abrazando a Lucía y acariciando su brazo. Ella me miraba y sonreía. Era feliz con ella, hacía que se me olvidaran todos los traumas y problemas... era perfecta.

Disfrutamos nuestro segundo día en la República Checa. Por la noche cogimos un tren que nos llevó a nuestro penúltimo destino, Viena. Era impresionante porque a cada ciudad nueva que llegábamos más me gustaba. Buena tenía un encanto especial. Paseamos por la orilla del Danubio, visitamos sus preciosos palacios...y cómo no, entramos a ver la Ópera de Viena. Lucía estaba maravillada.

A- algún día tocarás aquí
L- ojalá... sería lo máximo en mi carrera
A- estoy segura que algún día lo conseguirás :)

Después de un día agotador fuimos para nuestro alojamiento. La cama también era enorme, y por lo que pudimos probar al estirarnos, era súper cómoda, como estar en las nubes. Abracé de lado a Lucía. Me sonrió. Me miró a los labios y nos fundimos en un beso largo, su lengua, tímidamente, entró en mi boca para acariciar la mía. Yo acaricié su cara mientras nos besábamos. Luego bajé mi mano por su espalda hasta su glúteo y la apreté más hacia mí. Lucía acarició mis pechos por encima de la camiseta mientras me miraba a los ojos. Sé que tenía muchísimas ganas, pero se las aguantaba por mí. Volví a besarla y metí su mano por debajo de mi camiseta. Empezó a acariciar mis pechos mientras se mordía el labio. Yo acaricié los suyos. Entonces me levantó despacio la camiseta y me la quitó. Comenzó a besar mis pechos mientras me estiraba en la cama. Inconscientemente me puse tensa, y ella lo notó. Paró en seguida.

L-..perdona...perdona lo siento

Cogió mi camiseta para dármela. Pero le rodeé su cara con mis manos y la miré a los ojos.

A-..Lucía.. no quiero que pares
L-..estás tensa, no quiero que lo pases mal
A- Lucía tienes muchas ganas...
L-..no voy a hacerlo amor
A- Lucía... por favor.. si en algún momento necesito que pares te lo diré
L-..no lo hagas por mí por favor
A- Lo hago por las dos
L- no es necesario correr, no tengo prisa vale?

Le acaricié la cara y la besé. Cogí su mano y se la puse en mi pecho.

A- sigue por favor... sé que eres la única persona que puede hacerlo

Me miró a los ojos con muchísima ternura. Podía ver en ellos todo el amor que Lucía sentía por mí. Se estiró un poco encima mío mientras nos volvimos a fundir en un beso muy largo...