FÉNIX

Carta

Habla Lucía

Al día siguiente recibí una carta un poco extraña. Era de la filarmónica de Milán. Querían que fuera a tocar con ellos en un proyecto. Era una gran oportunidad para mí, pero tenía el gran dilema moral de dejar a Aitana sola aquí, no quería hacerlo. Me senté en la cama con la carta en la mano, no sabía qué hacer, me entró rabia y arrugué la carta y la tiré al suelo. Me puse a llorar.

Habla Aitana

Aquel día llegué muy tarde a casa. En la clínica habíamos tenido un parto de ultima hora de una perrita y habíamos acabado muy tarde. Cuando entré en casa no vi a Lucía, me pareció extraño, eran las 22:30h, cuando entré en la habitación vi que estaba en la cama, parecía dormida. Me extrañó que estuviera durmiendo tan temprano. Me fui a la cocina a cenar algo, no había casi comida en la nevera, teníamos que ir a comprar. Me comí un yogurt, tampoco tenía mucha hambre. Cuando fui a tirarlo a la basura vi que había un carta con un sello un poco extraño. La cogí, iba a nombre de Lucía. La leí.

A-..pfff.. esto no puede seguir así

Me puse a buscar en internet información sobre los que le habían enviado la carta. Realmente era algo que le iba a dar mucho prestigio y la oportunidad de que la invitaran para otros proyectos más importantes. No podía rechazar aquello.
Me guardé la carta y me di una ducha antes de meterme en la cama. Estaba cansada. No tardé mucho en dormirme. La mañana siguiente era sábado y ninguna de las dos teníamos que trabajar. Me desperté un poco tarde, Lucía ya no estaba en la cama. Estaba tendiendo la ropa.

A- buenos días amor
L- buenos días :)
A- cómo que te fuiste a dormir tan temprano?
L- me vino la regla y no me encontraba bien
A- aah... vale
L- a qué hora llegaste?
A- a las 22:30, tuvimos un parto de última hora y se alargó la cosa
L- Bueno :)
A- te apetece que vayamos a comer fuera hoy?
L- claro
A- podemos ir al italiano que nos gusta
L- vale :)

Tenía pensado volver a sacarle el tema a Lucía una vez volviéramos de comer. No sé cómo iba a reaccionar...