FÉNIX

Milán

Habla Aitana

Le costó mucho a Lucía aceptarlo, pero al final acabó escribiendo a la oferta que le habían hecho en Italia.
Yo continué con mis prácticas en la clínica veterinaria.
Al cabo de un par de semanas Lucía de tenía que ir a Milán. La acompañé al aeropuerto para despedirme de ella.

A- iré por las noches a cenar a casa de tus madres para que te quedes más tranquila vale?
L- infórmame de todo lo que pase por favor...
A- por supuesto, no has de temer nada... no me va a pasar nada :)
L- te voy a echar muchísimo de menos
A- cuando tenga unos días libres iré a verte vale?
L- vale :)

Avisaron su vuelo por megafonía. La abracé fuerte, suspiró.

L- cuídate vale?
A- Lo haré :)

Nos dimos un beso intenso, muy cariñoso. Luego se fue para dentro, me quedé allí hasta que desapareció entre la multitud.

Habla Lucía

El vuelo fue tranquilo. Cuando llegué avisé a Aitana y a mis madres. Me instalé y empecé a trabajar al día siguiente. He de reconocer que era una gran oportunidad pero no podía parar de pensar en Aitana. Con las semanas me fui relajando un poco, pero estaba muy pendiente del móvil por si recibía una llamada suya. Casi cada noche hacíamos videollamada y la verdad que la veía muy bien, cosa que me tranquilizaba.
Me centraba al 100% en mi trabajo y me felicitaron por ello, estaban muy contentos conmigo. Al cabo de una semana más, cuando salí del ensayo, me encontré a Aitana esperándome en la calle.

L- amor??
A- 🥰
L- cariño!!😃😃

La abracé fuerte.

L- qué haces aquí!?
A- tengo 3 días libres :) además mañana es el gran concierto no?
L- sí, cómo lo sabes??
A- he investigado 🙄
L- Has venido para verme en el concierto?
A- no podía perdérmelo
L- cómo te quiero...❤️

Nos fuimos para el alojamiento. Aitana se duchó y se puso cómoda. La cama era individual, compartía piso con una compañera, no puso problemas en que viniera Aitana, nos llevábamos muy bien. Dormimos abrazadas en la pequeña cama, la había echado muchísimo de menos y me aliviaba enormemente el poder tenerla entre mis brazos...