Capítulo 6

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Capítulo 06

Desconocido

Mire a la chica salir de su tienda por la madrugada, en  ese momento decidí que era hora de ejecutar mi plan y darle uso al lugar que había mirado horas atrás.

Cuando estaba a punto de acercarme a ella noté una silueta avanzar en dirección a la pelirroja. —Ivette — Es una chica hermosa, la viva imagen de un ser de luz, irradia paz e inocencia, su liso cabello castaño cae sobre sus hombros y esos perfectos ojos — van de un tono rojizo alrededor del iris y continúan un suave degradado en color verde—, le propician tanta intensidad a su mirada, cual llamas ardiendo desde lo mas profundo de su ser.

No tengo la menor idea de que es lo que tiene en su interior que me llama tanto pero, sé que quiero descubrirlo y tenerla solo para mí.

Pude observar una pequeña discusión entre las chicas —cosa bastante común en esas dos—. Esperé durante unos minutos y mi bella Iv volvió a su tienda, justo detrás de la odiosa de Chloe —no soporto ver como intenta hacerle la vida imposible a Iv pero, está noche eso cambiará —. La pelirroja se detuvo un momento al costado del muelle.

—En serio eres fastidiosa Chloe. —dije escondiéndome detrás de una frondoso árbol, asegurándome que solo ella pudiera escucharme.

—¿Quién está ahí? —preguntó mirando en todas direcciones.

—Digamos que soy una clase de protector personal. —comencé a acercarme a la chica que reconoció mi voz porque en ese instante una sonrisa picara apareció en sus labios

—¿Quién eres? —Gruñó girando su cuerpo en dirección a los árboles

—Relajate Chloe, tú sabes quién soy — me situó junto al árbol, permitiendo que la leve iluminación me deje a la vista de la chica—, Tengamos una charla. —Extendí mi brazo para que entendiera lo que quería.

—¿Qué quieres? — dijo eso ya algo irritada.

—Si quieres saber eso, sólo tienes que venir conmigo. —comenzó a caminar lentamente hacia mi.

Chloe es una chica a quien le gusta el misterio y los juegos perversos pero, juro que lo que pasó por su cabeza cuando hice esto, fue todo lo contrario a lo que en realidad estaba a punto de suceder.

—¿A dónde me llevas? Hombre misterioso —soltó entre risitas, ya sabía quién era y lo que posiblemente haría para divertirme con ella, antes de dar mi golpe final

—Es una sorpresa. — continúe utilizando un tono juguetón y perverso en mi voz; ella era una víctima muy fácil de envolver si me lo preguntan.

—No vas a herirme, ¿Cierto?— Oh... No querida, no haré eso. Será mucho peor.

—Shhh... Sólo sigue mi voz —estábamos a unos cuantos pasos del lugar que había preparado para esto.

—¿A dónde me llevas?

—Cierra los ojos — susurré junto a su oído — Confía en mí. —quité el pañuelo que sostenía su cabello y lo coloque sobre sus ojos, haciendo un apretado nudo en la parte trasera de su cabeza, ello soltó una risa nerviosa pero, no dijo nada.

Le informé que habíamos llegado al lugar, así que dió medio vuelta y comenzó a pasar sus manos sobre mi pecho.

Al tomar mi rostro, lo jalo hacia ella e impactó nuestros labios en un desesperado beso, decidí seguir con su juego unos minutos más.

Si así quiere que sean las cosas ¿Quién soy yo para negarme?.

Continuo deslizando sus manos, ahora por debajo de mi sudadera y en un rápido movimiento bajo el cierre de la misma, su respiración se torno más acelerada de lo normal, al igual que la mía; procedió a quitarme la sudadera y dejar mi torso completamente desnudo, hice lo mismo con su blusa, asegurándome de no mover el pañuelo de sus ojos, tiré de la cinta que sostenía su pants a su cintura y me dispuse a atar sus manos por detrás de su espalda, seguido de ello, continúe con mi juego hasta que ambos obtuvimos suficiente del otro.

—Eso fue increíble — seguido de eso pronunció mi nombre—¿Puedes desatarme ya? — preguntó con la respiración aún acelerada.

—Lo siento pero, no puedo hacer eso. —dije poniéndome de pie, para comenzar a vestirme.

—¿Cómo que no puedes? ¿Qué carajo quieres? —dijo volviendo a su preocupación.

—Oh...Eso no te importó mientras me pedías que te follara. —terminé de vestirme y le coloque una manta sobre sus hombros

—¿Qué mierda quieres? —dijo eso moviendo su cabeza en todas direcciones, como si quisiera verme a través del pañuelo

—Eres jodidamente sexy Chloe — dije deslizando mi mano sobre su hombro derecho —, lástima que seas una perra.

—¡Eres un cerdo!—gruñó echándose para atrás.

Subí un poco el pañuelo de sus ojos para que pudiera mirarme

—Shhh... Hace un momento no pensabas lo mismo. 

—¡Asqueroso de mierda! —dijo sacudiéndose en su lugar  — ¡Desatame carajo! —dijo mi nombre con repulsión

— Gracias por el orgasmo Chloe —me puse de pie, tomando un trozo de cinta adhesiva y lo coloque sobre sus labios —. Espero que lo hayas disfrutado. —susurré junto a su oído y baje el pañuelo para cubrir sus ojos nuevamente

La pelirroja aún desnuda frente a mi movía su cuerpo de un lado a otro intentando desatarse. Me sitúe frente y tomé sus hombros obligándola a recostarse en el suelo y me puse a horcadas sobre ella.

—Solo quiero que sepas una cosa —susurré junto a su oído — Ivette Mayers, es y será mía —sus gritos ahogados se detuvieron en cuanto escucho ese nombre — y no permitiré que una zorra como tú, intente arruinarle la vida en cada oportunidad que se le presenta —dije acariciando suavemente su rostro.

Me tomé unos minutos para aprecias la belleza de su cuerpo, ese lindo color cobrizo de su cabello y lo pálido de su piel resaltaba entre la oscuridad, rodeé su cuello con ambas manos y comencé a ejercer un poco de presión, pude sentir como agitaba sus pies al aire tratando de liberarse, miles de gritos ahogados en su garganta. Fue cuestión de unos segundos más para que su cuerpo comenzará a ceder y poco a poco sus movimientos se volvieron más y más débiles, hasta que por fin no hubo resistencia alguna de su ser.

Me puse de pie para continuar con el siguiente paso de mi plan. Desaté sus manos para colocarle nuevamente su blusa pero, está se atoro en una rama cuando intenté tomarla y se desgarro un poco en la parte del centro, luego tome su pants y se lo coloqué, volví a atar sus manos a su espalda y la acomodé sutilmente, sobre las hojas secas en el suelo.

Me dispuse a limpiar y quitar cualquier cosa que pudiera ligarme con la escena que seguramente sería descubierta la mañana siguiente.

Tiré el preservativo que había utilizado con la pelirroja dentro de una bolsa con el resto de cosas para deshacerme de ellas más tarde.

Terminando con lo mío y volví a mi tienda de dormir, para descansar tranquilamente.

No Te EngañesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora