😈▪[19]▪😇

136 8 3
                                    

Siendo sincero, no le era sorpresa que la Todopoderosa lo llamara para intentar recordar ése asunto. Sin embargo, de lo único que estaba sorprendido era el motivo y urgencia que sentía Dios de tocar el tema.

Cuando recibió el mensaje, Dagon había llegado apurada de la Tierra. El mensaje era corto, pero aún siendo unas pocas palabras, el Rey del Infierno pudo entenderlo. Y no le agradó para nada.

"El antiguo Serafín vendrá"

Inmediatamente puso a Belcebú a cargo, ya que era su segundo al mando. Fue directo a su habitación, preparándose para la visita con Dios. Sólo necesitaba estar junto al gran portón para que ella inmediatamente le abriera, en un enorme manojo que nervios.

Luego de que la Todopoderosa le contara cómo lo presintió, éste no pudo evitar ponerse nervioso también. Tampoco pudo evitar recordar su pasado, cuando era un ángel.

Recordaba, siendo el ángel más bello del Cielo, que ése Serafín era uno de los más devotos a ella. Siendo uno de los encargados en crear animales, específicamente las aves. Uno de los serafines que amaba inmensamente cada criatura que creaba para poder construir el paraíso donde colocaría a los primeros seres humanos.

También, (y muy importante para Satanás) uno de los serafines que se rehusó a participar en su rebelión. No estaba de acuerdo con las leyes que Dios había puesto, pero no tenía el valor para pelear por la, en ése entonces, tan deseada libertad.

Incluso recordaba, con el dolor de su corazón, ver cómo Dios lo desterró del Reino de los Cielos. Sólo que, a diferencia de Satanás y su bando, él no cayó.

No cayó, sino que Dios lo transformó en un humano. Un humano capaz de reencarnar luego de que su alma apenas salga de su cuerpo.

Él siempre presentía la cantidad de veces que reencarnaba, pero no recordaba la última vez que lo sintió. Y no recordaba el último informe que Azrael, el ángel de la Muerte, le había enviado.

Recordaba todo. Absolutamente todo.

— ¿Por qué rayos sigo sin entender el motivo por el cual lo desterraste? —le preguntó a ella, más que confundido.

—Ya te lo dije, Lucifer. —le dijo la Todopoderosa pasando su mano por su cara, mientras se sentaba en uno de los asientos de su oficina— La condenada ira me cegó y me di cuenta de que ya era demasiado tarde.

— ¿Pensaste que el ángel rebelde era él? —preguntó el Rey Infernal con falta sorpresa, recibiendo un gruñido de parte de ella.

Se sirvió un poco de whisky en un vaso de cristal, mientras se sentaba junto a ella. No podía ser del todo honesto, pero decir que fue error de ella el desterrarlo era más que claro. Dio un sorbo a su whisky, mientras que ella colocaba sus manos en su rostro. 

—Y piensas que él se vengará e irá tras los niños— digo el ángel rebelde.

— No lo sé, pero me temo que será así— dijo preocupada la Todopoderosa, tras ponerse de pie y acercarse a su gran espejo donde podía ver lo que pasaba en la Tierra, así como ver a los niños en la escuela. —Pero tengo un has bajo la manga, así que estoy preparada.

—Enserio, no creo que Los Jinetes del Apocalipsis sean los candidatos correctos para ser los protectores— se pone de pie y va en dirección a ella, justo a su lado y ver el espejo. —Además, ése par tienen la madurez suficiente para cuidarse solos. Y eso que tienen 8 años.

— ¿De qué estás hablando? —lo miró incrédula.

—Ése par casi les causa un ataque cardiaco a sus padres demoniacos...—mira a la Todopoderosa— al entrar a una de las jaulas de los perros del averno.

La Diosa quedó boquiabierta, sin podérselo creer.

— ¡¿De verdad?! —exclamó— Pero, ¿por qué?

Lucifer procede a contarle a la Todopoderosa lo que había ocurrido en el Infierno. Y mientras lo hacía, veía los gestos y expresiones que la mujer hacía mientras se reía.

— ¡Oh por todos los ángeles! Siempre he visto a Ayleen hacer cosas buenas por otros, pero ¿curar a un Ortho herido? Vaya que eso es nuevo.

—Sí, claro que sí— sonrió dándole el ultimo sorbo a su whisky.

—Jamás pensé que ella fuera buena enfrentándose a una bestia infernal y, a la vez, escalando estatuas.

—Sí... espera, ¿qué? —la miró incrédulo.

—Sí, ellos dos hicieron una hazaña aquí en el Cielo— sonreía mientras lo miraba con ojos retadores.

—Cuéntamelo— tronó los dedos, rellenando su vaso de whisky otra vez.

Ahora era el turno de Dios en contar su historia, mientras era el turno de Satanás en escucharla. Mientras que la contaba, el Rey del Infierno no para de poner los ojos como platos.

— ¿Se subieron a una estatua, sólo para ayudar a una paloma? —preguntó el líder de los demonios con incredulidad.

—SÍ, la estatua era alta pero no tuvieron problemas para subir y bajar de ella.

— ¿Qué tan alta es ésa estatua? —preguntó bebiendo de su whisky.

—Unos 80 metros de altura aproximadamente— dijo ella.

Satanás escupió su whisky, muy espantado.

— ¡¡¿QUÉ?!! ¡¿Cómo le hicieron para bajar?!

—Lucius los ayudó a bajar, usando sus milagros. Él también participó— respondió volviendo a ver su espejo.

— ¿Es el hijo que tus arcángeles adoptaron?

—Sí, ahora tiene la misma edad que los híbridos. Siendo sincera, creo que sería bueno para él que lo inscribiera a la escuela de los niños, así no tendrían que tener que visitar el Cielo constantemente.

Desvió su mirada hacia el otro lado escondiendo su tristeza, algo que Satanás pudo notar.

—Él está solo en el Cielo, no hay otro niño con quien pueda hablar— dijo ella de brazos cruzados.

—No es el único que está solo en su casa.

Dios volvió a mirar al Rey del Infierno, notando su preocupación.

— ¿Recuerdas que te hablé sobre Hanna? —la Todopoderosa asintió. —Últimamente ella está haciendo rebeldías abajo, creo que es porque necesita lugar para correr o necesita compañía. Además de que sigue muy molesta con sus padres.

— ¿Ya se lo dijeron? —preguntó ella. Satanás suspiró.

—Ése par cree que ella jamás se enterará, pero cuando lo haga no creo que ella reaccione bien— se rasca la nuca, mostrando incomodidad por contarlo. —Suficiente tuvieron con decirle a ella que era adoptada

—Ella debe saberlo, es parte de su identidad. No creo que sea fácil, pero tampoco pienso que sea demasiado complicado decirle que ella no es del todo un demonio.

—Lo sé, lo sé.

Dios tomó su hombro con su mano, transmitiendo calma a Lucifer y haciéndolo sonreír.

Siguieron mirando a través del espejo, vigilando a sus híbridos.

—Estoy más que seguro que ellos van a enloquecer de nervios cuando se enteren— la mira, mostrando expresión de advertencia.

— ¡Oh vamos! Te di una segunda oportunidad, no veo porque no darles a ellos.

Satanás negó con desaprobación. Lo que pasaría después sería problema de ella.

😈😇The Little Hybrid😇😈 Good OmensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora