Nada más hacer la tan temida pregunta Rubén se desmoronó y comenzó a llorar. Su madre se le acercó preocupada y le abrazó para que su hijo le explicará lo que le sucedía.
Rubén comenzó a contarle a su madre lo que le había pasado y lo que había sucedido en todo ese día.
Le fue bastante complicado puesto que el dolor interno por haber perdido a sus amigos se juntaba con el dolor físico de que le hubieran arrebatado la virginidad tan cruelmente. Su madre tan solo le escuchaba sin separarse del abrazo y sin interrumpir a su hijo.
Cuando se lo hubo contado todo, su madre agarró a su hijo en brazos para llevarlo a su habitación mientras Rubén no dejaba de sollozar.
Cuando Emily dejó a su pequeño hijo en su habitación Rubén ya se había dormido.
Por lo que su madre salió le ahí llena de furia. Se prometió a si misma proteger de su cachorro pero no pudo. Hizo una llamada al colegio para quejarse de lo que le había sucedido a su hijo y aseguró que denunciaría a la institución por no tener la seguridad básica que se debería tener.
Cuando colgó la llamada con la administración del colegio llamó a la policía.
(...)
Había pasado casi un mes desde lo sucedido y desde que Rubén sabía que era un Omega.
El colegio había sido cerrado por tratar de culpar a Rubén por lo que le había sucedido. Su excusa barata fue "el Omega fue el que provocó al Alfa, estamos seguros de que fue culpa suya" y finalmente les multaron con 300.000 euros, al no poder pagar tal cantidad de dinero tuvieron que cerrar la institución. El Alfa que había abusado de Rubén fue llevado a un reformatorio de menores. Tenía 15 años por lo que no podía ir a la cárcel.
Emily le había permitido terminar el curso en casa, a lo que Rubén no se quejó.
No pensaba volver a ir al colegio y arriesgarse a que le sucediera eso de nuevo.
(...)
Rubén había cumplido ya los 9 años y se encontraba de camino a su nuevo colegio. No sabía qué hacer exactamente, que decidir si decir que era un Omega o volver a mentir y decir que era un Beta.
Se quedó esperando en la puerta de su salón a que su profesor le permitiera entrar sumergido en sus pensamientos.
No quería que la escena de su anterior colegio se repitiera.
Se sobresaltó cuando escuchó su nombre seguido de un "puede pasar"
Caminó hacia en interior del salón sintiendo las miradas de todos los estudiantes.
-Puedes presentarte.
-H-hola, me llamo Rubén, tengo 9 años y soy...- se pensó durante varios segundos lo que decir, no sabía si debía decir la verdad o si debería mentir- soy un Omega.
Lo dijo, no le importaba si le discriminaban por su casta, de lo que tenía miedo era de que volvieran a abusar de el.
-Puedes sentarte al lado de Miguel- dijo el profesor. Un chico con gafas levantó la mano, a su lado había un asiento libre.
Rubén caminó sin hacer contacto visual con nadie hasta que llegó a su asiento.
Dejó su mochila en el suelo y se sentó para después mirar al profesor.Se sorprendió cuando escuchó a su compañero de sitio hablarle.
-Hola- susurró el chico con gafas- ¿Quieres ser mi amigo?
Rubén no confiaba mucho en ese chico pero algo en su interior le dijo que le vendría bien tener algún amigo, por lo que asintió regalándole la mejor sonrisa que pudo forzar.
(...)
Habían pasado ya 9 años desde eso.
Rubén y Miguel se habían vuelto inseparables. Cuando ambos cumplieron los 18 años comenzaron a hablar sobre mudarse juntos.-Vamos Rubén- insistió Miguel- es un pueblo precioso.
-Y eso no te lo niego, pero sabes que no me gusta eso de juntarme con gente- suspiró Rubén- y si nos hacemos héroes de ese pueblo tendré que hablar con ellos y algo me dice que habrá muchos Alfas.
-Vamos Rub, sabes que yo te protegeré de cualquier Alfa que te quiera poner un dedo encima.
Después de 3 años de amistad Rubén decidió contarle lo sucedido aquel día a Miguel, el cual le apoyó sin dudarlo.
Miguel era una de las únicas personas que no le trataba inferior por ser un Omega. Por eso y muchas cosas más se había vuelto su mejor amigo.
-Por favor Rubén- insistió de nuevo Miguel.
Rubén se lo pensó durante mucho tiempo pero finalmente aceptó.
Su objetivo era volverse héroes de un pequeño pueblo cercano llamado Karmaland.
El pueblo solicitaba gente capacitada para el cargo y a Mangel le interesó por lo que se lo comentó a su amigo.
Hicieron las pruebas para ser héroes y esperaron durante una larga semana por los resultados.
Recibieron una carta como respuesta diciéndoles que ambos habían sido aceptados y que podían mudarse entre el día 5 y 15 de Abril.
Tuvieron 5 días para hacer las maletas y el día 7 de Abril ya se encontraban en el tren de camino al pueblo.Habían otras tres personas en su mismo vagón. También habían pasado las pruebas para ser héroes del pueblo, lo que quería decir que iban a ser sus "compañeros". Entre ellos pudo notar gracias a las feromonas a un Alfa y dos Betas.
Se acercaría a hablar con los Betas pero no pensaba siquiera acercarse a el Alfa.
Desde lo ocurrido años atrás Rubén despreciaba tanto a los Alfas como a su propia casta.
Y no tenía intención de cambiar su pensamiento.
Aún que ahora tenía una pequeña idea de que lo que le ocurrió no fue más que muy mala suerte y que no todos los Alfas eran así, no tenía porque arriesgarse.
Miró hacia sus supuestos "compañeros" y vio al Alfa. Se estaba riendo mientras hablaba con uno de los Betas.
No parecía tan mala persona.
🔥 - Pedirle a Miguel que os cambiéis de vagón.
☘️ - Acercarse a hablar con tus compañeros.
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•DENIED• ×Rubegetta× {Decisiones}
Fanfiction~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ La vida de Rubén Doblas cambió drásticamente cuando le confirmaron que era un Omega. A el chico nunca le gustó esa casta, y nunca había llegado a pensar que tendría que soportar...