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Rubén se armó de valor y se levantó de su asiento dispuesto a hablar con sus compañeros.

-Hola- saludó Rubén al estar lo suficientemente cerca de ellos.

-Hola- dijo uno de los Betas con una sonrisa- ¿Eras uno de los nuevos héroes de Karmaland verdad?

Rubén asintió y se sentó al lado de uno de los Betas dispuesto a unirse a la conversación.

-Bueno pues yo soy Raúl pero puedes llamarme Auron.

-Yo soy Manuel pero llámame Lolito.

-David, puedes llamarme Fargan- esa vez fue el Alfa el que habló y Rubén trató de mantener la calma pero sin quitar su expresión seria y sin hacer contacto visual.

-Yo soy Rubén pero podéis llamarme Rubius- añadió forzando una sonrisa.

Ya se estaba arrepintiendo de haberse acercado a hablar. La presencia del Alfa le estaba intimidando más de lo que le gustaría.

(...)

El tren se paró, lo que quería decir que ya habían llegado al pueblo.

Rubén despertó a Miguel, el cual se había pasado todo el viaje durmiendo, y era normal puesto que el de gafas se solía marear si no se dormía.

Rubén cogió su maleta y bajó del tren siguiendo a Mangel.
Al bajar se encontraron con un Beta que los esperaba en la estación.

Vio a sus compañeros esperándoles por lo que caminó más rápido hasta el chico pelinegro.

-Bien, ahora que estamos todos- comenzó a hablar el chico bajito- me llamo Alex y soy uno de los héroes de Karmaland- dijo el pelinegro- mis compañeros me han pedido que os venga a recoger a la estación y os diga dónde nos encontraremos.

Todos se miraron entre si mientras el chico sacaba su móvil de su bolsillo y leía una cosa.

-Nos veremos a las 17:00 en el cartel de Karmaland. Podéis explorar el pueblo por vuestra cuenta hasta esa hora- Alex sacó unas monedas de su bolsillo y nos entregó dos a cada uno- éstas monedas se llaman Karmacoins, con ellas podréis comprar comida. El cartel está pasada la casa de Merlon, en una montaña, nos vemos a las cinco.

Y dicho todo esto el chico se fue dejando a el grupo de chicos solos.

-¿Vemos el pueblo por nuestra cuenta o vamos todos juntos?- preguntó Auron.

Pero antes de que tuvieran tiempo de responder Rubén ya se había ido caminando hacia el pueblo. No pensaba pasar ni un segundo más cerca de ese Alfa.

-Disculpar a Rubén- dijo Miguel- suele ser así de frío con la gente que no conoce muy bien.

-Es extraño, en el tren se acercó a hablar con nosotros- añadió Lolito.

-El es así, pero bueno nos vemos a las cinco- y dicho esto Miguel siguió a Rubén hasta alcanzarle.

-No deberías haberte ido así.

-Lo siento, pero las feromonas de ese Alfa me estaban agobiando- suspiró Rubén- no se porque acepté venir, según lo que he leído tres de los cuatro héroes de este pueblo son Alfas. No se cuanto tiempo aguantaré vivo.

-No te van a hacer nada Rubén.

-¿Como estás tan seguro? Te recuerdo que soy un Omega.

-Y serlo no te hace más débil.

-Si no me hiciera más débil serlo no me hubieran quitado la virginidad a los 8 años- dijo Rubén para sus adentros mientras forzaba una sonrisa.

(...)

Ya eran las 16:50 y Rubén y Miguel se encontraban caminado hacia el cartel en el que se reunirían con el resto de héroes del pueblo.

Rubén estaba más nervioso que de costumbre y Miguel trataba de calmarle.

-Ya verás como te acabarán cayendo bien.

-Lo dudo.

Llegaron hasta el cartel en el que ya estaban casi todos los héroes, si sus cálculos no fallaban solo faltaba uno por llegar.

-Solo falta Vegetta- dijo un Alfa castaño.

-Supongo que tardará un poco en llegar- añadió otro Alfa rubio- al fin y al cabo es el que vive más lejos del pueblo.

-Supongo que podemos empezar las presentaciones- dijo esta vez Alex- a mi ya me conocen así que presentaos vosotros.

-Mi nombre es Borja pero podéis llamarme Luzu- habló el Alfa castaño.

-Yo soy Guillermo pero podéis llamarme Willy- dijo el Alfa rubio.

-Y yo soy Samuel pero podéis llamarme Vegetta- dijo una voz detrás de todos.

Se giraron para ver a quién llegaba y vieron a un Alfa pelinegro y con los ojos de un brillante color morado.

Rubén no se giró al escucharle puesto que el olor de sus feromonas le pareció curioso.

-Supongo que sois los nuevos ¿Verdad?- volvió a hablar Vegetta.

Esta vez Rubén si se giró, mala idea, al verle sintió como su estómago comenzó a doler, era como si al mirarle el resto del mundo desapareciese.

-Es mi destinado- pensó Rubén- mierda.

⚡ - Correr al pueblo

🌳 - Correr a la estación

•DENIED• ×Rubegetta× {Decisiones}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora