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Rubén se quedó estático en su sitio. Tenía miedo, miedo de su destinado.

-Rubén...

El peliblanco comenzó a tiritar sin dejar de llorar. Odiaba sentirse débil.

¡Estúpida casta!
¡Estúpidos Alfas!

Se quedó estático hasta que unos brazos le rodearon. Levantó la mirada temiendo que fuera Samuel el que le abrazaba, pero para su suerte no fue así. Miguel era el que le estaba abrazando.

Le devolvió el abrazo a su mejor amigo pero de pronto sintió miedo.

Recordó una clase en su colegio, cuando aún no sabía su casta, cuando aún tenía esperanzas de ser un Alfa o un Beta, cuando era feliz.

Recordó a su viejo profesor hablar sobre los Alfas en una clase.

-Los Alfas son muy posesivos con su Omega destinado, pueden llegar a volverse agresivos si ven a alguien más con ellos, sobre todo si acaban de descubrir quien es su destinado.

Entonces sintió miedo por Miguel, rápidamente levantó la mirada hacia Samuel esperando encontrar una mirada de enojo. Pero se llevó un sorpresa cuando vio que su mirada expresaba todo lo contrario.

Estaba sonriendo, pero no era una sonrisa que expresaba felicidad, lo que expresaba era ¿Alivio?

Su destinado estaba feliz de que él estuviera bien.

-Miguel- llamó el Alfa.

Entonces el miedo volvió, tal vez la sonrisa solo era una fachada y ahora atacaría a su amigo.

-Toma estos Karmas- siguió hablando Vegetta, pero esta vez dándole a su amigo dos monedas de oro- podéis pagar la habitación de el hotel del pueblo.

-Gracias- dijo Miguel cogiendo las dos monedas.

-Les diré a los demás que aplazamos las presentaciones para mañana- añadió el Alfa con una sonrisa ante la atenta mirada de Rubén- Será mejor que descanses- esta vez sus palabras se dirigieron a él, por lo que Rubén bajó de nuevo la mirada.

Samuel caminó de vuelta al cartel dejando a su Omega solo con su mejor amigo.

-Deberías darle una oportunidad a Samuel- dijo Miguel al levantarse del suelo- No se le ve mala persona.

-Las apariencias engañan Miguel- Rubén no paraba de comparar a Samuel con sus antiguos amigos.

Sus dos amigos eran muy amables con el y de un momento a otro dejaron de serlo y se convirtieron en todo lo contrario.
Rubén tenía miedo de que pasara lo mismo con su destinado.

Quería confiar en Samuel, por supuesto que quería. Pero algo en su interior le decía que no lo hiciera.

(...)

Ambos llegaron hasta el hotel que se encontraba en el centro del pueblo y pagaron con las dos monedas una habitación.

Les entregaron la llave y subieron las escaleras en busca de su habitación.

(...)

A la mañana siguiente tenían que ir a las presentaciones las cuales se aplazaron por su culpa.

-No estoy seguro de si quiero ir- suspiró Rubén.

-Tenemos que ir- dijo Miguel, la forma en la que lo había dicho indicaba que no iba a cambiar de opinión- Rubén, ya es hora de que dejes el pasado atrás. Entiendo que tengas miedo y es normal, te hicieron mucho daño hace años. Pero ahora tienes personas que están dispuestas a ayudarte.
Me tienes a mi, tienes a tu madre y aunque no lo admitas también tienes a Samuel. El es tu destinado no puede dañarte, así que confía en el. No te estoy pidiendo que lleves una relación ahora mismo, pero al menos intenta hablar con el y ser su amigo.

Rubén suspiró para después asentir por lo que salieron del hotel en dirección al cartel de nuevo.

Al llegar se encontraron con algunos héroes pero la mirada de Rubén solo se dirigió a uno de ellos, a Samuel.

Su destinado ya había llegado al cartel.

-Solo faltan Auron y Lolito- dijo Willy.

-Pues espero que lleguen pronto- suspiró Alex.

Los nombrados llegaron por fin por lo que pudieron comenzar con el "evento"

Los cuatro héroes que llevaban más tiempo en el pueblo les explicaron todo lo que debían saber.

Les dijeron donde podían construirse sus casas, les dijeron que el pueblo era constantemente atacado por monstruos, que cada cierto tiempo hay un evento para celebrar alguna fecha especial, les contaron algunos objetos que eran ilegales.

En general todo lo que necesitaban saber para convertirse en héroes de Karmaland.

La reunión había terminado y todos se estaban comenzando a ir a casa. Rubén tenía claro que debía hablar con su destinado pero este se le adelantó.

-Rubén ¿Podemos hablar un momento?

El peliblanco asintió por lo que ambos caminaron lejos de donde estaban el resto de héroes.

-¿De que querías hablar?- preguntó el menor.

-Solo quería preguntarte si podíamos al menos ser amigos- dijo el pelinegro- al parecer te he caído mal o algo porque ayer huiste de mi- el Alfa rió falsamente- si no quieres lo entenderé pero debía intentarlo.

Rubén entonces se sorprendió por lo dicho por su destinado ¿Había causado esa impresión en el? Era lógico teniendo en cuenta que salió corriendo en cuanto el apareció.

-No me caes mal y me gustaría que fuéramos amigos- respondió Rubén con una ligera sonrisa.

-¿Entonces amigos?

-Amigos.

Lo que acababa de ocurrir era todo lo que Rubén no quería que pasara. No quería entablar ningún tipo de relación, ya sea de amistad o sentimental, con ningún Alfa. Pero algo en su interior le decía que aceptara la amistad con su destinado.

Estúpida jerarquía, pensó Rubén.

En ese momento solo eran amigos y aún había muchos secretos entre ambos, pero con el tiempo tal vez el Alfa consiga tener algo con el Omega que negaba su casta.

Good Ending

•DENIED• ×Rubegetta× {Decisiones}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora