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Rubén suspiró para después negar con la cabeza con una expresión triste.

-N-no creo poder ir- dijo Rubén entrecortado- Lo siento mucho Mangel.

El ojiazul se acercó a su amigo y le dio un abrazo el cual el menor aceptó gustoso.

-Entonces yo también me quedo- añadió Samuel regalándole una sonrisa al Omega que aún que odiaba admitir le había calmado de sobremanera.

-Vegetta ¿Podemos hablar?- cuestionó Luzu a lo que Samuel asintió.

Ambos se separaron un poco de los tres amigos para poder tener una conversación a solas.

-¿En serio vas a abandonar todo?- preguntó Luzu seriamente.

-Trataré de convencerle para venir a Karmaland pero si no acepta me quedaré con él.

-¿Abandonaras todo? ¿Tu isla, tus mascotas, a... Nosotros?- lo último lo dijo en un susurro.

-Tal vez haya algún motivo por el que no quiera venir- añadió Vegetta- Luzu entiende mi preocupación, le he conocido porque estaban a punto de abusar de él ¡Como quieres que lo vuelva a dejar desprotegido!

-Entiendo a lo que te refieres- suspiró Luzu- Al menos dime qué no he olvidarás de nosotros.

-No podría.

Acto seguido ambos caminaron de vuelta con los demás.

-¿Estas seguro de que quieres quedarte?- preguntó esta vez Rubén- Ya estoy acostumbrado a estar solo.

-No podría permitir que te pasara algo- respondió Vegetta pasando su brazo por los hombros del Omega.

El sonido del tren indicó que dejaría la estación pronto dejando a quien no esté subido aún.

-Ya nos veremos Samuel- dijo Luzu con una expresión triste que estrujó el corazón de Rubén.

Vegetta estaba dejando su vida perfecta atrás para estar con un Omega que no quería ser un Omega, un Omega que no podría darle ni la mitad de cosas que el tenía pensado darle a él. Un Omega roto que había sido abusado repetidas veces en el pasado.

-No lo dudes Luzu- añadió Samuel.

Los tres chicos subieron al tren dejando a la pareja de destinados solos en la estación.

-No deberías haberte quedado- susurró Rubén para que solo Samuel en todo el lugar le escuchara.

-Rubén, no me importan las cosas materiales que tenía en Karmaland- respondió Vegetta- Se que no nos conocemos bien aún pero te aseguro que nos llevaremos bien. Al fin y al cabo estamos destinados.

Rubén durante toda su vida desde que descubrió que era Omega odió a los Alfas y a las parejas destinadas. Odiaba el hecho de tener que ser protegido por un Alfa que él no había elegido.

Pero en ese momento solo pudo sonreír ante las palabras de Samuel. Se dió cuenta de que el Alfa estaba dispuesto a dejar toda su vida atrás por él.

Y él trataría hacer lo mismo...

(...)

Habían pasado ya 7 meses desde que Samuel se mudó cerca de el departamento de Rubén. El Omega aún no se sentía seguro como para dejar que el Alfa se quedara en su casa por lo que Vegetta se compró un apartamento cerca. Al parecer tenía mucho dinero en el pueblo del que hablaba maravillas.

Rubén y Samuel pasaban la mayor parte del tiempo juntos. Después de tanto tiempo Rubén ya confiaba plenamente en el mayor, tanto como para contarle lo que le había sucedido en el pasado. El mayor le apoyó y le prometió que le ayudaría a superar las cosas cambiando los recuerdos tristes por recuerdos felices.

Ambos estaban en la estación del tren puesto que finalmente Rubén había accedido a ir vivir al pueblo de Karmaland.

Al llegar conoció a los héroes, eran siete, sin contar a Rubius y Vegetta los cuales se hicieron héroes del pueblo.

Rubén sabía que le costaría superar el pasado pero también sabía que tenía la ayuda de su destinado y sus buenos amigos.

Good Ending

•DENIED• ×Rubegetta× {Decisiones}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora