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-Lo siento mucho Mangel pero no me siento emocionalmente bien para ir a ese lugar- se excusó Rubén.

Ambos trataron de convencer a su amigo sobre si ir o no pero no llegaron a nada.

Rubén estaba convencido de que no iría al pueblo.

(...)

Ya habían pasado casi 4 meses desde que Lolito y Mangel decidieron hacer su mudanza a Karmaland oficial.

Se encontraban en la estación del tren que les llevaría al pueblo porque al parecer no había ninguna otra forma de llegar. Ni carreteras, ni aeropuertos, ni barcos... Nada. Solo un tren que iba y venía de Karmaland a Madrid.

-¿Estas seguro de que estarás bien solo?- preguntó Mangel antes de subir al tren.

-Sabes que si Mahe- añadió Rubén para acto seguido abrazar a su amigo, el cual correspondió antes de derramar unas finas lágrimas.

-El tren está a punto de llegar- dijo Lolito después de conseguir los billetes.

-Nos veremos Rubiuh- se despidió Mangel al separarse del abrazo.

-Adios Mangel

En el tren llegaban dos héroes de Karmaland los cuales según tenía Rubén entendido eran los dos Alfas por lo que antes de que el tren llegara el Omega se fue del lugar.

Rubén se fue dejando a sus dos amigos esperando al tren que traía a dos de los héroes.

El rubio caminó hacia su casa a paso ligero, sentía una pequeña opresión en el pecho al tener que separarse de su amigo después de tantos años juntos.

(...)

Cuando el tren llegó bajaron dos héroes, ambos Alfas, uno de ellos era alto y tenía el pelo negro, lo que más resaltaba de el eran sus ojos morados. El otro era también alto pero tenía el pelo castaño y los ojos de un color rojo oscuro casi negro.

-Hola- saludó el de ojos morados- ¿Sois Mangel y Lolito, cierto?

-Si, somos nosotros- respondió Mangel.

-Bien, mi nombre es Vegetta y el es Luzu.

-Tenemos que esperar al siguiente tren para llegar al pueblo, saldrá en un par de horas- añadió Luzu.

-Está bien- sonrió Lolito.

Los cuatro chicos caminaron hacia un pequeño parque cercano esperando al tren.

(...)

La noche había caído y Rubén se encontraba llegando ya de vuelta a su casa.

Pasó por delante de un callejón cuando de pronto sintió unas manos adentrarle en la oscuridad del lugar.

Si su olfato no fallaba se trataba de un Alfa por lo que el peliblanco se alteró rápidamente.

-Pero que tenemos aquí- dijo el hombre a sus espaldas sin soltarle- Un pequeño Omega solo.

Rubén trató de zafarse del agarre del hombre que le tapaba la boca.

-Al parecer no tienes a ningún Alfa que te reclame- añadió fijándose en su cuello en el que no había ninguna marca.

-¡Suéltame!- exclamó Rubén cuando el hombre trataba de quitarle la ropa.

-¡Callate estúpido Omega!- el hombre había usado su voz de comando por lo que Rubén se quedó quieto y comenzó a llorar en silencio.

Las rápidas manos del hombre comenzaron a quitar sus prendas mientras Rubén sollozaba en silencio asqueado por la situación.

Y sin darse cuenta Rubén se comunicó a través de su lazo de destinados con el Alfa que se encontraba hablando animadamente en una cafetería.

(...)

Los cuatro llegaron a una pequeña cafetería sentándose en el lugar cuando de pronto Samuel se tensó.

Había sentido algo en el lazo con su destinado pero no pudo descifrar que sucedía exactamente.

Solo sabía que su destinado se encontraba en peligro por lo que se levantó de su asiento y corrió hacia donde sus instintos le indicaban dejando sorprendidos a los tres chicos los cuales se levantaron y apresuradamente siguieron a el pelinegro.

Vegetta corrió por las calles, era de noche y esperaba con todo su ser que sus instintos le llevarán con su destinado puesto que sentía una tensión enorme en el lazo.

Al llegar a un callejón supo de forma inmediata que era ahí donde se encontraba el Omega, además de por su lazo por el horrible olor a Alfa que salía del oscuro lugar.

Entró sin pensárselo dos veces y se tensó con lo que encontró. Un Alfa se encontraba despojando de sus prendas a un Omega que no podía dejar de llorar tratando de resistirse inútilmente.

La sangre le hirvió por lo que encontró la fuerza suficiente para golpear al Alfa y separarlo de su destinado.

El hombre cayó al suelo y se golpeó contra el suelo fuertemente cayendo inconsciente casi al instante.

Vegetta se acercó al Omega preocupado y se sorprendió cuando esté le abrazó escondiéndose en su cuello, correspondió al abrazo dejando que se desahogase.

(...)

Ni el mismo Rubén sabía por qué se encontraba llorando en el hombro de un Alfa que le había ayudado. Pero algo en su interior no le permitía alejarse del más alto.

De pronto escuchó pisadas que corrían hacia el interior del callejón en el que se encontraban.

Se sorprendió al ver a Mangel y Lolito junto a otro chico.

-¿¡Rubén!?- exclamó Mangel al verle dejando igual de sorprendido a Lolito.

-¿Vegetta que ha pasado?- preguntó Luzu.

Ni el Alfa ni el Omega emitían un solo ruido, tan solo se abrazaban, Samuel consolando a Rubén mientras esté lloraba en silencio.

Pasados un par de minutos se separaron el uno del otro y Rubén pudo permitirse abrazar a sus amigos, los cuales aceptaron gustosos el abrazo.

Caminaron hacia la estación puesto que tan solo faltaban un par de minutos para que saliera el tren.

Vegetta no se había separado de Rubén en ningún momento y ante la sorpresa de Mangel y Lolito, el Omega no parecía querer alejarse de él como haría habitualmente.

Al llegar a la estación vieron el tren ya ahí.

-Supongo que ahora sí es un adiós- suspiró Rubén dirigiéndose a Mangel y Lolito.

-Ni pienses que te voy a dejar aquí solo- añadió Vegetta- o vienes o me quedo contigo.

-¿¡Que!?- exclamó Luzu- Vegetta no puedes quedarte, eres el líder de los héroes.

-Lo se, pero ya he encontrado a mi destinado y si le pasa algo a el moriría así que...- añadió Vegetta- Prefiero no estar muy lejos.

-Rubén por favor ven con nosotros- suplicó Mangel.

Rubén se encontraba estático mirando a cualquier lugar, tenía las cuatro miradas posadas sobre él.

🧁 - Aceptar

🍭 - Negarse

•DENIED• ×Rubegetta× {Decisiones}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora