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Rubén respiró hondo y bajó del vagón siguiendo a Mangel.

Llegaron hasta un Alfa rubio que los estaba esperando, los tres chicos que había en su anterior vagón también se les acercaron.

-Hola a todos- dijo el Alfa rubio- mi nombre es Guillermo pero todos aquí me dicen Willy- comenzó a hablar el Alfa- mis compañeros me han dicho que podéis comenzar a construir vuestras casas cuando queráis.

El Alfa rubio se fue por donde había venido.

-¿Donde quieres comenzar a construir tu casa?- preguntó Miguel.

-Podemos ir a ver un poco el terreno que podemos elegir y ya pensaré donde hacerla.

-Hola- saludó un Beta detrás suya- Me llamo Manuel, pero me podéis llamar Lolito. No os he visto en el vagón.

-Es que hemos viajado en otro vagón- respondió Miguel.

Ambos Betas comenzaron a conversar, parecía que se habían caído bastante bien y Rubén se sentía un poco fuera de lugar.

-Voy a dar una vuelta Mahe, nos vemos más tarde.

-¿Estas seguro de que quieres ir solo Rubiuh?- preguntó Mangel preocupado.

-Si, si no te preocupes- Rubén sonrió para inspirarle confianza a su amigo, el cual le devolvió la sonrisa.

-Está bien, entonces nos vemos más tarde.

-Adio Mahe.

Y se fue.

Rubén comenzó a caminar hacia una explanada bastante amplia. De vez en cuando veía algún que otro árbol, el cual talaba para hacerse un hacha o una espada. Según lo que les habían dicho, la noche se ponía muy peligrosa y era mejor tener algo con lo que defenderse.

Llegó a un pequeño riachuelo con una colina y lo vio perfecto para hacer su casa. Era un lugar muy bonito a decir verdad.

Necesitaba algo de madera para comenzar a construir su casa por lo que se acercó a un pequeño bosque cercano dispuesto a talar un poco.

Sacó su hacha y comenzó a recolectar madera a montones. Pero se distrajo cuando sintió un olor que le llamó la atención.

Eran las feromonas de un Alfa al parecer. Pero a diferencia de otras veces, el olor le resultó incluso agradable. Dejándose llevar por sus instintos siguió el olor hasta llegar a un Alfa el cual se encontraba talando al igual que el.

Tenía el pelo de color negro y por la perspectiva no pudo verle la cara.

Cuando terminó de talar el árbol se dió la vuelta y al fin pudo ver su rostro. Tenía los ojos de un profundo color morado aún que eso no fue exactamente lo que le llamó la atención.

Sintió su estómago doler y se sorprendió al instante.

Ese Alfa era su destinado.

Una parte de él le decía que corriera del lugar y buscará a Miguel y otra parte de él le decía que se acercara a hablarle.

A decir verdad Rubén seguía teniendo miedo, miedo de ser dañado tanto como le dañaron en el pasado.

También recordó las palabras de su madre. Ella había sido abandonada por su destinado.

Por lo que después de varios segundos salió corriendo de donde se encontraba.

Aún que para su mala suerte pisó una ramita del suelo la cual hizo el ruido suficiente como para llamar la atención del Alfa.

-¿Quién anda ahí?- preguntó el pelinegro desenfundando su espada.

Rubén solo pudo esconderse tras un árbol antes de ser visto.

☀️ - Hablar con el Alfa.

🍊 - Salir corriendo.

•DENIED• ×Rubegetta× {Decisiones}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora