Espectáculo

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—Lo matará.

Susurro la mujer.

—Eso sería aún mejor— aseguro el hombre.

[♡]

Tobirama tenía la mano de Izuna durante el camino hacia el centro del país de fuego, para poder ir con el señor feudal y por fin hacer el trato con ellos.

—Tengo hambre— se quejó a lo alto el Uchiha.

—Dentro de poco llegaremos— dió esperanza, una que se esfumó lo más rápido posible, ya que desde hace tiempo lo traía casi arrastrando.

—Para ti pronto es en una año— se quejó aún más, para colgarse de la mano que lo traía.

Pero al parecer esa promesa se cumplió, ya que la entrada al centro de la ciudad del fuego se miró al subir una montaña.

Caminaron entre la multitud de las personas para ir hacia el gran edificio donde se supone los recibirían para hablar con el señor feudal.

Una chica de cabello corto, lentes redondos y con ropa desalineada los atendió para llevarlos con su jefa.

La joven asistente tocó la puerta, y desde adentro se escucho un "adelante".

—Buenos días, mi señora— saludo su empleada con una sonrisa, haciendo pasar a la pareja. Inclinó su cabeza en forma de respeto hacía la mujer —Ellos son Izuna Uchiha y Tobirama Senju.

Los presentó ante la mujer que sólo parecía aburrida.

—Puedes retirarte— una voz gruesa por el cansancio pero fina salió de ella.

Su asistente salió enseguida, dejando a los hombres con su jefa.

—Buenos días caballeros— saludo la mujer mientras fumaba de una pipa larga y con acabados dorados.

El azabache al recibir el humo estornudo un poco, su pareja enseguida hizo que se apoyará en él.

—Oh— se sorprendió la mujer ante ése acto, ya que ella solo fumaba algo que no fuera tan pesado —No lo sabía, perdón.

Camino con suma elegancia hasta depositar las hierbas quemadas de esa pipa en un plato de plata.

Tobirama la miró con enojo, ante lo fácil y sencillo que había actuado aquella mujer.

—Venimos...

—A ver al señor feudal— interrumpió al Senju, para ir por el pergamino que estaba en una de las estanterías —Madara Uchiha hizo la reservación.

La lujosa oficina contaba con una pequeña sección de café, en donde se estacionaba en la estufa una tetera de metal. Inundado con un agudo sonido el cuarto.

—Margareth.

La misma chica con lentes y pelo corto castaño entró nuevamente al cuarto. Fue hasta donde se encontraba la tetera con agua caliente, sirvió con maestría el agua caliente en una taza de porcelana, empezó a agregar café de manera sutil y hábil; por un instante miro de reojo a la mujer, sin más comenzó a agregar más azúcar a ese café.

Tomo el café listo para su señora, colocó la taza en el escritorio de la mencionada.

Por primera vez en toda la conversación con los hombres, la cara de cansancio de la mujer se esfumó por un breve momento para darle una sonrisa a su empleada, la cual regresó la castaña aún más intensa.

Pero volvió a su misma semblante para verlos.

Tomando de su café volvió a leer la carta de solicitud. Una sonrisa curvo su rostro al notar los nombres de Clan.

Comprometidos.                (TobiIzu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora