18. Los dos estamos en el mismo barco.

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AMELIA BOWMAN.


Ha pasado una semana desde que tuvimos que quedarnos en el motel. Desde ese día, he compartido mucho más con Trevor y me ha resultado muy agradable su compañía. Muy diferente a lo que mi mente se imagino que seria.


Ayer, estuvimos toda la tarde juntos. Vino por mí a mi casa y pidió permiso a mi madre para poder salir con la promesa de traerme a las 9 de la noche. Todo un caballero el hombre.


A decir verdad, siento que puedo tener una relación muy especial con el, pero no estoy segura si de manera romántica. Desde lo que pasó con mi papá, he sido tan  escéptica con todos los hombres que han intentado entablar una relación de ese tipo conmigo. Así que, aunque me agrade Trevor no puedo simplemente dejar de sentirme así hacia ellos. Creo que el lo sabe y por eso me da espació y tiempo para connaturalizar con todo esto y no me sienta presionada. Es muy comprensivo y le agradezco mucho eso.


Hoy tenía planeado invitarlo a una plaza muy linda, en especial por su "atracción" principal. Un enorme árbol que es utilizado para colgar papelitos con tus sentimientos escritos en ellos. Junto a el hay una dispensadora de papeletas de varios colores con su respectivo forrito, (para protegerlo de la lluvia) en el escribes lo que quieras y lo cuelgas. Según su mito, "aquel pensamiento sobrevivirá viento y marea de igual forma en la que aquel árbol de mantiene firme".Cuando le iba a mencionar mi invitación, me dijo que no creía posible que nos reuniéramos hoy. Pues, Alan, su amigo, llegó ayer en la noche a Carson y tienen asuntos por tratar. Por tanto, no le mencioné nada. Sera para otra ocasión.


Aprovechando el tiempo libre, me dispongo a hacer aseo en zonas que realmente lo necesitan, por ejemplo, la biblioteca. No se como mi mamá no ha puesto el grito en el cielo por ello.

Esta un poco sumergida en un libro que encontré que casi paso por desapercibido el sonido de la puerta. Me levante despacio, pues tenia la pierna dormida por haberla tenido en una posición incomoda por mucho tiempo. Un poco coja, camino hacia la puerta para encontrarme con el rostro de Alan.


—Oh, Hola. —No esperaba su visita.


—Hola, ¿Cómo va todo? —Me da esa sonrisa amable que al parecer lo caracteriza.


—Bien, gracias. ¿Y tu, que tal todo?


—Excelente. —Este chico es pura energía. —Solo pasaba a entregarte esto. —Extendió un sobre en mi dirección. Por lo cual lo mire un poco extrañada.


—¿Qué es esto? —La incógnita esta plasmada en mi cabeza, así que abro el sobre y me encuentro con un papel que parece ser una carta. Al abrirla, mi corazón se estruja un poco.—¿Por que traes tú esto?


—Aquello tiene la respuesta. —Dice señalando con la vista la carta que reposa en mis manos. —Yo ya cumplí con mi parte. Por tanto, me voy. —Menciona dando la vuelta.

—¡Espera! —Se detiene y gira un poco su anatomía. —Gracias... por esto. —Levanto el sobre. El me sonríe y se va.


Inmediatamente entro en la casa y me siento en el suelto para leer el contenido.


¡Hola, linda!Quizás creas que es un poco descarado de mi parte escribirte hasta ahora como si nada. Pero, no se de que otra forma podría hacerlo. Realmente, no es mucho lo que voy a contarte por aquí. Es un tanto tedioso para serte franca. Pues no tengo teléfono por ahora y al enterarme que Alan visitaría Carson me pareció perfecto para darte señales de vida. En fin, solo quería que supieras que estoy muy bien, poco a poco voy encontrando mi ritmo y al lado de Alan se ha vuelto mas fácil. He sido super afortunada. 

Meet Me Now.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora