22. La honestidad es la mejor arma, a veces.

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—Hola. —Me saluda con su típica sonrisa de niño bueno (porque lo es) —¿Puedo pasar?

—Oh, si claro, pasa. —Hace mucho que no venia a mi humilde morada, por eso me extraño verlo parado afuera de mi casa. —¿Cómo has estado? 

—Bien, aunque un poco lastimado. —Lo miro extrañada. —Hace días que no me hablas, si no vengo podría pensar que te moriste o algo similar. 

—Ah. —Suelto una risa. —Eres tan dramático. Lo siento, he estado ocupada entre el trabajo y las sesiones terapéuticas a las que estoy yendo. Últimamente no me queda tiempo de nada. —Termino de informarle con una sonrisa en el rostro. Aunque suene un poco contradictorio, pese al ajetreo que he vivido en los últimos días me siento más relajada. Asistir a sesiones con mi psicóloga junto a mi madre me ha ayudado un montón., siento que poco a poco voy soltando cada cosa que me lastima y me hace bien. 

—¿Sesiones terapéuticas? No sabía que  las estabas tomando. —Pregunta sorprendido. Y con razón, muchas veces me lo propuso pero yo seguía recia en que estaba bien cuando era una mentira total.  

—Así es. Decidí asistir junto a mi mamá. Ya sabes, es un proceso que nos involucra a las dos. Pero, dime ¿Cómo estas tu? 

—Bien, también he estado un poco ocupado. Aun así, decidí pasarme a ver como estabas con todo. 

Así que esta al tanto que todo, eh. —Te lo agradezco. No es necesario que te preocupes tanto, estoy bien. 

—¿Segura? Te siento un poco cortante. ¿Toda va bien, realmente?

Evito su mirada y me planteo si debo debo preguntarle o no.  Se que no cambiaria nada, sin embargo, me da algo que rabia que el lo supiera también. —Tu, ¿has sido honesto conmigo, verdad? 

Me mira con cautela. —¿A que te refieres?

—No soy tonta, Thomas. Algo me dice que tu estabas al tanto de absolutamente todo. Digo, de Trevor no me molesta tanto, apenas si lo conozco y  no se que carajos pasa por su cabeza la mayoría del tiempo. Pero, tú, eres mi mejor amigo y me has ocultado muchas cosas durante todos estos años. Me viste hacer el papel de estúpida mientras me culpaba de todo y jamás, por mínimo que fuese, me dijiste algo para sacarme del error. ¿Crees que es justo? Siento que ya no puedo confiar en ti.

—Amelia, espera. Se que estas enojada y tienes todo el derecho de estarlo. Es normal, te escondí muchas cosas pero, nunca, nunca, lo hice con el fin de lastimarte o querer verte sufrir. Eres de las personas que mas adoro en el mundo y jamás te traicionaría de ninguna forma. Pero debes entender que era un secreto de mi hermano, no me correspondía a mi contarte la verdad. 

—¡Ya se! ¿crees que no lo sé? Eso es lo único que ha evitado que no te patee las pelotas. Es tu hermano y te entiendo. Pero, ¿fueron muchas cosas no crees?

—Lo se. Perdóname, ¿si? Solo quería cuidarte. Lo oculte con las mismas intenciones con las cuales lo hicieron Trevor y tu mamá. Solo queríamos protegerte.
Cuando sucedió lo de Madison de descontrolaste, cogiste caminos que la Amelia que conozco NUNCA hubiera tomado. Tenia miedo de que si te enterabas de la clase de persona que era tu padre, terminaras de hundirte y esta vez no pudieras salir. —Me abraza y acaricia el cabello. —Discúlpame. 

Soy consciente que no es su culpa. El que actuó bajo criterio propio fue Trevor, pero me duele mas de Thomas. Al fin y al cabo ha sido parte de mi vida desde pequeña, por el contrario, Trevor es alguien a quien conozco hace poco mas de dos meses. 

—¿No me cultas nada mas, verdad? —Pregunto con la voz en un hilo por las lagrimas que solté.

—Amelia. —Me llama y al levantar la vista me coge de los cachetes. —Sin importar que pase de aquí en mas, tienes a muchas personas que te aman y lo darían todo para protegerte. ¿De acuerdo? No te preocupes por nada y sigue trabajando en ti. —Concluye con una sonrisa triste en su rostro.

—¿Qué se supone que significa eso?

El solo se limita a negar con la cabeza. —Tengo que irme. Hay cosas que debo hacer. Así que, nos vemos luego ¿si? Deberías pasarte por la casa, se de hay alguien que se muere por verte. Cuídate. —Se despide con la mano y sale de la casa.

Si, Trevor. Debo confesar que no que hacer con el. 
En ese momento estaba mas enojada por lo que había hecho Dante, que enojarme con Trevor no paso por de mí cabeza. Pero ahora, no se como me siento respecto a el. 
Quiero aclarar que lo que me molesta no es lo que hizo en si, sino la facilidad con la que se acerco a mi y fingió que todo estaba bien. Me mintió en la cara y no lo note, no se si puedo confiar en alguien que puede disfrazar una mentira en un buen acto. Dicen que hay de mentira a mentira, Sin embargo, no deja de ser una mentira. Por eso, estoy sumamente confundida y sin saber que acciones tomar. 


Al día siguiente. 

—Ya veo. ¿Y eso es lo que te impide darte una oportunidad con el o hay algo mas?

—Ese es el problema. No se realmente como me siento hacia el.
Anteriormente, los chicos se habían acercado a mi  con intensiones poco honestas. ¿Me hago entender? —Clara asiente. Ella es mi psicóloga y estoy aquí en busca de respuestas. Un punto neutro me serviría mucho. 

—Claro.

—Bien. La cosa es que con el ha sido diferente, me ha visto en momentos que cualquiera no podría manejar, ha hecho cosas por mi bien que (aunque no estaban bien) buscaban mi bienestar. Desde un inicio ha sido directo respecto a sus sentimiento pero, me ha mentido en la cara de forma descarada y eso ha hecho que pierda toda confianza en él. No sé si puedo estar con alguien que no me hace sentir tranquila. 

—Siento que todo este temor al engaño, nace de lo sucedió con tu padre. Te diste cuenta que pese a ser un hombre aparentemente decente y bueno contigo, era algo totalmente diferente y todo lo escondió detrás de una sonrisa. Por eso temes creer en el de nueva cuenta, pero tienes que tener algo presente. Aquel joven, no es tu padre. Todos en algún punto mentimos, ya sea para bien de otros o propio.  
Esta en tì, decidir si sus actos justifican su mentira o no. Yo no puedo decirte que hacer, la única capaz de llegar a un conclusión eres tú y para eso, necesitas saber quién es el.  Siento que no sabes que tipo de persona es, por eso no sabes que puedes esperar. —¿Cómo le hace para ser tan fluida?

—Tienes razón, no se quién es. ¿Debo averiguarlo primero, no es así? —Ella solo asiente en respuesta.

******

El consultorio de Clara queda a treinta minutos de mi casa a pie. 
Después de salir, medite todo el camino de cual era la mejor opción a seguir. Y me reí por lo paranoica que estoy siendo. Dios, yo no soy así.
Me gusta ser directa y andar sin complicaciones así que, eso voy a hacer. La honestidad a veces es el mejor plan. Por tanto, voy a ir a su casa y arreglaré esto. Volteo en la cuadra de mi casa y casi me voy de jeta cuando lo veo sentado en las escaleras de mi hogar. Obviamente,como todo es mas fácil decirlo que hacerlo, al verlo, mi coraje flaquea e inmediatamente me siento nerviosa. ¿Debería dar la vuelta? 

Tarde. Mágicamente, como si sintiera mi presencia, Trevor levanta la vista y me ve parada a la mitad de la acera. —Amelia. Solo quédate ahí, ¿si?

¿Me voy, lo escucho? Oh, mierda. Esta situación es muy difícil. 

A pasos grandes llego hasta mi y me cogió las manos. Me sobresalte un poco y quise quitarlas. —Oye, ¿Qué te pasa?

Cae en cuenta de lo incómodo que era el que me apresara así y me soltó. —Oh, discúlpame. No era mi intención incomodarte. Solo quiero que me escuches un momento, ¿si?

Bueno, igual quería hablar con el. Que mejor que haya el  tomado la iniciativa. 

—Puedes hablar. No es necesario que me agarres, no voy a ir a ningún lado. 


Meet Me Now.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora