20. Porque así funciona la vida.

8 2 0
                                    


La primera. 

La conversación que tuve con Thomas me sirvió para relajarme un poco y esperar una justificación de su repentina actitud.

Sin mas preámbulo, toque la puerta de la habitación de Trevor. Sin respuesta. Toque otra vez y nada. Ante la ausencia de una respuesta me tomo el atrevimiento de abrir la puerta para encontrarla vacía.  Que condenado.

Sentí la desilusión instalarse en mi pecho. ¿Por que se fue, tanto así quiere evitarme? Sintiéndome un poco colérica, salí de la habitación y di un portazo. A pasos largo salgo de la casa y me dirijo a la mía. 

Esto es pasarse de lanza ya, en serio, que le den.

Mis ánimos estaban derrotados, por eso decidí doblar la esquina y comenzar a caminar por las calles del pueblo. Esto es increíble, después de tanto años decido darle mi confianza a un chico y resulta ser una perdida de tiempo y esfuerzo. Lo único que me queda claro de todo esto, es la facilidad con la que las personas crean lazos. Ya sean para bien o para mal.

Ya estaba oscureciendo así que, remoto la ruta de vuelta a mi casa. La sombra de una persona agazapada en las escaleras se hace presente. Vaya, es el.

—¿Qué haces aquí? —Estoy desconcertada por su repentina y casi milagrosa aparición.

Al escuchar mi voz se levanta rápidamente y se acerca a mi. — ¿En donde estabas?

—Caminando. —Me siento herida, por ende, en este momento no quiero hablar con el así que, continuo mi camino. Que irónico.

—Oye, espera, ¿A dónde vas? —Agarra mi muñeca con una de sus manos en el momento que paso a su lado.

¿Qué quiere ahora después de haberme evitado tantos días? —Claramente, a mi casa.

—Thomas me dijo que fuiste a buscarme, ¿entonces por qué te fuiste?

—¿Yo? tu te fuiste primero. Así que no entiendo tu pregunta. —Añado soltando su agarre.

Me da una mirada extrañada y algo cansada. —No es así, solo fui a tomar un poco de agua. Escuche un portazo, así que fui a ver y me encontré con Thomas fuera de mi recamara. Te busque, pero no te vi por ningún lado.

Perfecto, ahora yo soy la rarita.

—Lo siento, creí que te habías ido. Has estado ignorándome, por ende, lo primero que vino a mi cabeza es que te habías ido. —Quizás fui muy honesta, pero no quiero complicaciones. Es mejor así.

—No es que quisiera evitarte, es complicado. Hay algo que debo hacer pero tengo miedo y eso me esta matando la cabeza. —Responde con la cabeza baja.

—¿Qué esta sucediendo? —Quiero decirle que escuche su conversación con Alan pero, no quiero que se sienta presionado. No obstante,  esto también me esta matando la cabeza. —¿Mas bien, ¿A qué le tienes miedo?

—A que me odies. Hay una posibilidad muy alta de que lo hagas. Si tan solo tuviera la oportunidad de recudir ese porcentaje, seria mas alentador. —Tal parece que el también quiere ser honesto. Sin embargo, su respuesta me confunde mas de lo que me aclara. ¿Por qué lo odiaría? ¿Qué fue la cosa tan mala que hiciste?

Todas esas preguntas se acentúan en mi cabeza y me tiento a hacerla. Sin embargo, resulta que también tengo miedo. Me aterra pensar que sus respuestas puedan destruir lo que sea que sea esto.

UNOS MINUTOS MAS TARDE.

¿Escuche bien? La decepción, enojo y traición se hicieron presentes en mi pecho. —¿A caso te crees una divinidad o algo por el estilo? —Lo miro directamente a los ojos, mientras siento la fuerza con la que mi corazón esta latiendo. —No tenias ningún derecho.

Meet Me Now.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora