Prologo

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Ambos estaban sentados en una banca de madera a oscuras en el parque de su pequeña ciudad, Greenville.

-¿Sabes que estas son nuestras últimas noches juntos, verdad? – Comentó Derek.

-Lo sé no tienes porque recordarlo.

Amelie enredó los dedos entre sí, la brisa le causaba escalofríos en la piel por la idea que le rondaba en la cabeza y la ponía nerviosa.

-Mañana iré a casa de mis amigos, han organizado una fiesta, habrá mucho alcohol, creo que será una despedida por mi nuevo trabajo.

-Vas a volver, no es como si te fueras para siempre.

-Lo sé, pero es probable que mi próxima visita sea dentro de seis meses. Me lo han explicado antes. – Derek fijó la mirada en la incertidumbre que acompañaba a Amelie. - ¿Qué te pasa a ti?

-He estado pensando mucho.

-Te conozco y algo te sucede. No solo estas pensando.

-Creo que solo es todo el estrés de la universidad. No pensé que crecer se sintiera así.

-¿Así cómo? – Preguntó incrédulo. – Yo creo que estamos en la mejor etapa de nuestras vidas, ¿No te parece? Tu estudiaras la carrera que has deseado toda la vida, publicidad. Y yo me iré a estudiar para ser actor, estudiaré y trabajaré.

-Siempre has soñado con aparecer en televisión, hacer campañas de modelaje. - Amelie repitió.

-Y por ello estoy muy entusiasmado y a pesar de que sé que me tengo que ir de la ciudad, me invade un pequeño miedo. Pero sé que me voy para darle la mejor vida a mis padres ¿No te parece?

-Tienes ventaja, tu carrera es corta, así que cuando regreses serás un profesional en la actuación y es posible que ya seas famoso. En mi caso tengo que enfrentarme a un mundo universitario ordinario y un mundo laboral.

-Se que serás la mejor de tu clase. – Lo dijo con entusiasmo.

-Eso espero, tengo miedo de fracasar. Y aunque mi madre no lo crea, algo me dice que debo ser fuerte por ella, ha sacrificado tanto que se merece que yo sea su barco de salvación.

-Miel – El apodo que Derek le otorgó al conocerla. – No seas tan dura contigo misma, verás que al finalizar la carrera serás la mejor de todas las publicistas y tendrás un montón de contratos con empresas que querrán trabajar contigo.

-A veces eres tan optimista que me pregunto porque no tengo ese valor.

-Porque no eres yo tonta. – Surgió una risa de su pecho.

-Me gustaría poder ser otra yo allá afuera, muchos me conocen aquí como la niña que no rompe platos, pero me gustaría llegar a la universidad y ser toda una chica experimental, ser como esas jóvenes de las películas. Atrevida.

-¿Y porque no consigues ser mas sociable?

-Sabes que en este pueblo todos se conocen sin necesidad de salir de casa, iré a una ciudad mas grande y me da miedo ser su conejo de indias.

-Ármate de valor. Confía en ti y trata de ser un poco más... - pensó la palabra correcta. – arriesgada.

-¿Arriesgada? – Preguntó con la ceja levantada.

-Si, haz las cosas que te gustaría hacer, no pienses en los prejuicios, solo hazlo, no le des tantas vueltas, solo ve por ello.

-¿Tan inocente me crees?

-Miel te conozco desde hace 5 años y eres la única persona más pura que conozco, me refiero a que no bebes, no vas a fiestas, no te saltas las normas, no socializas como deberías a tu edad, y este es tu primer viaje grande fuera de esta ciudad.

-Son solo seis horas de camino, no es mucho.

-¡Pero para ti lo es! Y aunque hemos sido tan buenos amigos desde que me mudé te digo que allá afuera hay mejores, así que solo arriesga. Recuerda el que no arriesga no gana.

-El que no arriesga no gana. – Repitió varias veces en susurro para darse cuenta de todo lo que se había perdido en la vida.

Después de esa noche en donde la conversación fue larga, Amelie pensó en todo lo que habían dicho. Podría ser bueno para ella renovarse como chica, ser un poco mas arriesgada como lo había dicho Derek, tal vez este cambio de domicilio le traería algo bueno, nadie sabría quien era y podrían conocer una versión renovada de sí misma.

Enlistó todo lo que quería ser, una chica popular, como aquellas que habían asistido a su colegio, a las que todos querían y hacían caso, aunque estuviesen en lo incorrecto, pero para esto Amelie pensó en otras características, ¿Qué debe tener una chica que sea popular?

-Primero - se dijo a sí misma. – Conseguir ropa un poco más llamativa.

Su closet, estaba lleno por prendas de vestir básicas y en tonos neutros, predominando el rosa, blanco, azul y algo negro. Amelie era mas de pantalones y blusas con mangas, no se atrevía a usar vestidos a menos que fuesen bajo las rodillas, se sentía insegura de su cuerpo y a pesar de tener curvas provocativas, ella se decía que no era lo suficientemente bonita.

-Segundo. – Siguió escribiendo en su lista. – Ir a fiestas y beber.

No era devota al alcohol, pues se había hecho una promesa. Nunca bebería a menos que se pudiese costear una copa de un buen vino, coñac o güisqui. No bebía porque se lo negaran en casa, sino porque su padre había muerto por el alcoholismo y manejaba el auto, cosa que no es permitida. Ahí fue cuando se dijo que especialmente la cerveza sería la única bebida alcohólica que no probaría y si algún día llegase a caer en la tentación del alcohol no iba a manejar ni a subirse a un auto con un conductor ebrio.

-Tercero, dejar de ser virgen. – Último punto de la lista.

Amelie conocía la reputación de sus amigas del colegio y sabía que la mayoría o todas ya no eran virgen a su edad. A pesar de iniciar a los 20 años su vida universitaria, ella sabía que para poder ser una de las personas con mayor impacto en su salón de clases debía dejar de ser virgen, ya que si tenias experiencia en el acto sexual podrías considerarte popular o al menos los hombres llegarían a tomarte en cuenta.

La tradición en su familia era llegar virgen al matrimonio, pero ella no creía en eso y tampoco quería perder su virginidad con cualquiera, Stone era fiel a la idea de que debías entregarte al hombre que amaras y que por supuesto el amor fuera mutuo. Pero lastimosamente durante su corta vida no lo había encontrado y al único que le tenía demasiada confianza como para entregarse a él era a Derek.

Ideo un plan para poder tachar las tres cosas de su lista. El cambio de su closet al completo sería la cosa que debería esperar, pues su situación económica no era la mas adecuada y aun le faltaban semanas para enfrentarse al nuevo mundo.

Así que se enfocó en dos cosas más. Ir a una fiesta y emborracharse, aunque no fuera la cerveza su primera bebida debía conseguir el gusto de alcoholizarse y tomarle el agrado, para que cuando llegue a su universidad no fuera toda una nueva experiencia.

Y, por último, debía perder la virginidad. No estaba segura si debía cumplir ese punto, pues no había tenido una relación en meses y casi siempre la otra parte no era de su agrado, solo salía con ellos porque su madre se lo pedía. Tal vez si le hablase a su amigo de la lista que estaba escribiendo él podría ayudarle. Derek Spencer era su única opción para poder tachar la tercera cosa de su lista.

Amelie estaba decidida a decirle del último punto, así podría cumplir dos cosas, dejar de ser virgen y poder acostarse con quien había soñado las últimas semanas en secreto; Derek era el hombre al cual amaba. 

Solo esta noche.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora