Capitulo 5

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Regresó a casa y todo se encontraba en silencio. Sospechó que tal vez su madre y su hijo habían salido a dar un paseo y no habían regresado, doblo la esquina para ir directa a su habitación, tomar una ducha y descansar, el día había sido ajetreado.

Miro a su madre salir de la habitación del pequeño en silencio.

-Pensé que habían salido.

-Apenas y quiso comer, todo el día se la paso deambulando por la casa con el recuadro de tu padre.

-El no lo tiene porque saber.

-¿Podemos volver a hablar de ello?

-Hoy no, estoy cansada, no he localizado con éxito a mi jefe, así que he tenido más trabajo de lo normal. – Siguió su camino a su habitación.

-¿Por lo menos puedes escuchar un consejo?

-¿Ahora qué? – regresó a mirarla molesta.

-¿Por qué no te tomas un tiempo en el trabajo y estas solo con él?

-Mamá no puedo hacer eso, ahora mismo no sé donde esta mi jefe o si le pasó algo, no he querido llamar a sus padres para no preocuparlos, pero en todo el día no ha respondido mis llamadas y tenia reuniones importantes.

-Amelie, también tienes otra vida fuera del trabajo, eres la secretaria, no la sombra del jefe.

-Pero es parte de mi trabajo localizarlo cuando hay juntas importantes que él debe presidir.

-Solo comienza a preocuparte más por ti y no por los demás, ¿Lo has entendido?

-Si madre, lo llevo muy presente. Buenas noches. - Se despidió y caminó hacia sus ideas principales.

Ambas mujeres sabían que ella no dejaría de preocuparse por el prójimo y que siempre lo último que haría seria ver por su propia felicidad.

Amelie entró en su habitación y trató de relajar el cuerpo, entró a su baño y dejó que la bañera se llenara con el agua a temperatura ambiente, dejó caer un jabón que al contacto con el agua creaba una espuma aromatizante, cerró el grifo y se desnudó. En sus propias palabras su día había sido una jodida mierda, ver a su hijo llorar fue lo que más preocupación le causó y en el trabajo parecía como si todo hubiese sido una bomba contra reloj al no estar su jefe guiando a todos. Como había llegado al final del día viva, ni ella lo sabía, solo deseaba poder relajase y tener un sueño tranquilo.

Las frases de su madre se instalaron dentro de su cabeza y en vez de tener un momento de relajación la perturbaron. No encontraba respuestas a sus propias preguntas sobre que era lo que ella quería y necesitaba exactamente, se sintió desesperada y su mente no la dejaba de atormentar, ella necesitaba otra distracción y sabia donde la podía conseguir.

Salió de la bañera, se puso la bata de baño, se enroscó la toalla en el cabello y fue en busca de su prenda interior. Abrió sus cajones y colocó todo su vestuario sobre su cama. Regresó a su tocador y comenzó a maquillarse sutilmente, de todas formas, la parte de arriba del rostro no era necesario. Se secó el cabello y se lo amarró en una coleta alta. Su larga melena castaña le caía detrás de la espalda, dándole un aire de formalismo.

Regresó a su cama y comenzó a vestirse, esta ocasión como todas las anteriores se puso una tanga de encaje negro con un brasier del mismo tono, se colocó las usuales medias sujetadas a la tanga con encaje en el elástico, Se puso un vestido ajustado del mismo color, que dejaba a la vista de cualquiera su ropa interior. Como de costumbre se puso el abrigo largo y los tacones cerrados.

Esta ocasión no pretendía llevarse el auto, no quería que su madre sospechara que había salido. Pidió un taxi y cuando este estuvo cerca bajó a recibirlo, se subió al taxi y le dio la dirección, casi nunca recorría al servicio de taxis por la indiscreción de estos y que alguien la pudiese reconocer en su día a día.

Solo esta noche.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora