Regresó a casa y todo se encontraba en silencio. Sospechó que tal vez su madre y su hijo habían salido a dar un paseo y no habían regresado, doblo la esquina para ir directa a su habitación, tomar una ducha y descansar, el día había sido ajetreado.
Miro a su madre salir de la habitación del pequeño en silencio.
-Pensé que habían salido.
-Apenas y quiso comer, todo el día se la paso deambulando por la casa con el recuadro de tu padre.
-El no lo tiene porque saber.
-¿Podemos volver a hablar de ello?
-Hoy no, estoy cansada, no he localizado con éxito a mi jefe, así que he tenido más trabajo de lo normal. – Siguió su camino a su habitación.
-¿Por lo menos puedes escuchar un consejo?
-¿Ahora qué? – regresó a mirarla molesta.
-¿Por qué no te tomas un tiempo en el trabajo y estas solo con él?
-Mamá no puedo hacer eso, ahora mismo no sé donde esta mi jefe o si le pasó algo, no he querido llamar a sus padres para no preocuparlos, pero en todo el día no ha respondido mis llamadas y tenia reuniones importantes.
-Amelie, también tienes otra vida fuera del trabajo, eres la secretaria, no la sombra del jefe.
-Pero es parte de mi trabajo localizarlo cuando hay juntas importantes que él debe presidir.
-Solo comienza a preocuparte más por ti y no por los demás, ¿Lo has entendido?
-Si madre, lo llevo muy presente. Buenas noches. - Se despidió y caminó hacia sus ideas principales.
Ambas mujeres sabían que ella no dejaría de preocuparse por el prójimo y que siempre lo último que haría seria ver por su propia felicidad.
Amelie entró en su habitación y trató de relajar el cuerpo, entró a su baño y dejó que la bañera se llenara con el agua a temperatura ambiente, dejó caer un jabón que al contacto con el agua creaba una espuma aromatizante, cerró el grifo y se desnudó. En sus propias palabras su día había sido una jodida mierda, ver a su hijo llorar fue lo que más preocupación le causó y en el trabajo parecía como si todo hubiese sido una bomba contra reloj al no estar su jefe guiando a todos. Como había llegado al final del día viva, ni ella lo sabía, solo deseaba poder relajase y tener un sueño tranquilo.
Las frases de su madre se instalaron dentro de su cabeza y en vez de tener un momento de relajación la perturbaron. No encontraba respuestas a sus propias preguntas sobre que era lo que ella quería y necesitaba exactamente, se sintió desesperada y su mente no la dejaba de atormentar, ella necesitaba otra distracción y sabia donde la podía conseguir.
Salió de la bañera, se puso la bata de baño, se enroscó la toalla en el cabello y fue en busca de su prenda interior. Abrió sus cajones y colocó todo su vestuario sobre su cama. Regresó a su tocador y comenzó a maquillarse sutilmente, de todas formas, la parte de arriba del rostro no era necesario. Se secó el cabello y se lo amarró en una coleta alta. Su larga melena castaña le caía detrás de la espalda, dándole un aire de formalismo.
Regresó a su cama y comenzó a vestirse, esta ocasión como todas las anteriores se puso una tanga de encaje negro con un brasier del mismo tono, se colocó las usuales medias sujetadas a la tanga con encaje en el elástico, Se puso un vestido ajustado del mismo color, que dejaba a la vista de cualquiera su ropa interior. Como de costumbre se puso el abrigo largo y los tacones cerrados.
Esta ocasión no pretendía llevarse el auto, no quería que su madre sospechara que había salido. Pidió un taxi y cuando este estuvo cerca bajó a recibirlo, se subió al taxi y le dio la dirección, casi nunca recorría al servicio de taxis por la indiscreción de estos y que alguien la pudiese reconocer en su día a día.
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Solo esta noche.
Teen FictionLa vida a veces puede ser un poco desafiante o en este caso ser un completo caos. Amelie Stone ha pagado con creces cada error de su vida, que enamorarse es el menos permitido. Tiempo atrás pensaba vivir su sueño, pero una inoportuna decisión le hi...