Carl interrumpió rápidamente en la oficina de su jefe.
-Señor, ¿Todo bien?
Patrick volteo a verlo con los ojos en llamas.
-No ha sucedido nada. ¿Se ha ido ya?
Carl lo miró confundido sin comprenderlo.
-Todos se han ido ya, solo falta usted.
-Bien, me iré a casa. – Tomo su saco de su perchero y con fuerza sostuvo su maletín. – Buenas noches. – Le apretó el hombro y lo dejó a solas.
Bajó al estacionamiento, se montó en su jaguar 2018 y partió como alma que se lleva el diablo. Necesitaba poner en orden sus ideas, ¿Por qué repentinamente tenía interés en lo que hacia Amelie? Su parte razonal sabía la respuesta, pero el lado humanista pensaba en rechazar la hipótesis.
Amelie y Derek se detuvieron a comprar un helado, ella optó por uno de menta con limón, mientras que él eligió de chocolate con sirope de arce. Rio cuando lo vio saborear.
-¿Te estas riendo a mi costa?
-No, solo que Da... me recordó a alguien.
Su hijo mantenía la misma expresión con el mismo sabor de helado.
-¿A sí? ¿A quién?
-A un joven Derek de Greenville.
-¿Y qué hay de ti? Has cambiado.
-¿Yo? No, no lo creo. Sigo aquí, soy Amelie de Greenville.
-Yo no diría lo mismo, no desde la ultima vez que nos vimos.
-Según tú, ¿En que he cambiado?
-Eres más madura, trabajas duro y puedo decir que me ocultas algunos secretos.
-¿Qué podría ocultarte? – Se hizo la desentendida.
-Todo marcha normal, solo que esta vez estamos en el gran Londres.
-¿Hemos cambiado?
-No, creo que no.
<<Mentirosa. Han cambiado y mucho>> El subconsciente hizo su aparición.
-¿Sabes? Recuerdo que alguna vez dijimos que cumpliríamos nuestros sueños y míranos, aquí estamos juntos disfrutando del éxito individualmente.
Se sentaron en una banca.
-No exactamente. Aún me faltan algunas cosas.
-¿Cómo qué? Tienes un buen trabajo, eres envidiada por muchas secretarias eso es seguro.
-Alguna vez pensé en ser la dueña de algo propio, una marca, una empresa, un proyecto.
-¿Por qué no lo intentas desde ahora?
-Es complicado, en Londres todo es caro y además valoro mi trabajo, me gusta, aunque es muy demandante. Pero que tal tú. ¡Lo has conseguido todo! Tu carrera va en ascenso, no tengo duda que bajo la representación de Kent te abrirá las puertas.
-Al principio tenía dudas del contrato, me parecía muy rígido, pero al verte supe que podría confiar. Verte ahí fue un alivio.
-Aún así creo que le hubieras dado muchas vueltas al contrato hasta aceptar. Te conozco, sé que cuando algo crees que vale la pena vas por ello, no a la primera, pero lo aceptas. Kent ha sido muy generoso contigo.
-¿Puedo preguntarte algo?
-¿Para eso hemos venido cierto?
-¿Por qué mentir sobre tu ubicación?
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Solo esta noche.
Ficção AdolescenteLa vida a veces puede ser un poco desafiante o en este caso ser un completo caos. Amelie Stone ha pagado con creces cada error de su vida, que enamorarse es el menos permitido. Tiempo atrás pensaba vivir su sueño, pero una inoportuna decisión le hi...