Capitulo 10

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Como de costumbre Amelie se levantó, desayunó con su hijo y lo llevó al colegio, esta vez regresó a casa y se sentó en el comedor a revisar su portátil.

-¿En verdad te pondrás a trabajar estas horas?

-¿Tengo algo mejor que hacer? No puedo descuidar mi trabajo mamá.

-Hoy es la gala hija, así que desde mi punto de vista deberías descansar lo suficiente para verte espectacular.

-Mamá, estoy bien y podré soportar la noche, no es algo nuevo para mí.

-¿Qué haces tú aquí? – Cristina se detuvo a verla en su recorrido por un vaso de agua.

-¿Sigues en pijama? – Amelie miró su reloj de muñeca. – Son las nueve de la mañana.

-Pregunté primero.

-Estoy trabajando, es lo que debo hacer.

-Ve a dormir y es una orden, ¿O quieres que todos vean las ojeras que tienes?

-¿Tengo ojeras visibles? – Se tocó la cara.

Su madre asintió y Cristina se cruzó de brazos. Resignada apago su computador y se encamino a su dormitorio. Su cuerpo volvió a tener contacto con su cómoda cama y no tardó en dormirse.

-Bella durmiente, ¿Segura que aún no deseas levantarte?

Amelie comenzó a abrir los ojos.

-¿Qué hora es?

-Tres de la tarde.

-¿Por qué no me has levantado antes? – Se sentó rápidamente en su cama.

-Creímos que debes dormir lo suficiente, solo que ha llegado un paquete y deseo saber que es.

Se colocó los zapatos de casa rápidamente y corrió a la puerta principal. Miró el paquete en el lugar habitual donde dejan la correspondencia y como siempre la caja tenía aspecto de regalo de cumpleaños.

Lo abrió con cuidado de que su madre y amiga no mirasen otra cosa que no fuera el antifaz. Desenvolvió el producto y aquello parecía ser recién elaborado.

-Esta mucho mejor que en la foto.

-¡Es hermoso!

Su celular comenzó a sonar.

-¿Señor?

-Amelie, ¿has enviado los correos correspondientes con todo el itinerario de esta noche?

-Si señor, lo he corroborado esta mañana.

-¿La prensa se está instalando?

-Son las tres de la tarde, se supone que deben estar ahí a partir de las cuatro y media o cinco, se ha organizado a un grupo de guardias que los guiaran con la coordinadora del evento.

-¿No estarás presente para cuando ellos lleguen?

-No pensé que fuera necesario, pero si lo desea, ahora mismo voy para allá y así vigilo que todo quede en orden.

-Esperaba que así fuera.

-No tenga problemas estaré ahí en cinco minutos.

-Te llamaré mas tarde, si necesitas algo no dudes en hacérmelo saber, aunque estoy seguro de que puedes arreglártelas.

-Si señor. – Colgó. – Tengo que irme.

Avisó a su madre y amiga, se metió a la ducha rápidamente y en menos de media hora estaba caminando de prisa buscando las llaves del auto.

Solo esta noche.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora