Voiceless Love [TXT - Beomgyu - FANFIC]

Extra 범규 관점

Beomgyu's P.O.V.

Alivio.

Eso sentía al saber que las cosas habían terminado bien para Soo-Yun y de paso, para mí también.

Nuestro encuentro podría parecer una casualidad, pero muy dentro de mí, prefería creer que había algo más fuerte que nos unía. Se le podría llamar destino, fortuna, suerte, hado pero cualquier nombre se quedaría corto.

Todas las cosas pasan por una razón, no hay nada que sea al azar.

Por un motivo nos mudamos y cambié de escuela. Por una razón mamá insistió precisamente en aquella, yo acepte y fui a ver el lugar aquel mismo día en que la conocería. Desgraciadamente no de la forma que hubiera querido, aún lamento no haber podido hacer más.

Quizá si los hubiera enfrentado ese mismo momento, si hubiera hecho algo antes de que la lastimara, ella aún podría hablar. Pero el pasado es algo que no se puede cambiar y los "hubiera" no existen, solo queda aceptar lo que nos ofrece la vida y sacarle el mayor provecho a cada momento, cada suceso, cada minuto y segundo de nuestras vidas.

De igual manera, fue aquella tragedia la que me motivó a querer saber más sobre ella, a querer ayudarla. No lo decía, pero con su actitud, con su reacción negativa hacia la vida gritaba que necesitaba ayuda. Al principio se mostraba reacia a que alguien estuviera a su lado, pero en el fondo sabía que lo quería más que a nada, no quería estar sola. ¿Quién querría vivir solo toda su vida?

Todos necesitamos compañía y ayuda alguna vez en nuestras vidas, pedirla no es de cobardes, por el contrario.

Veía el camino oscuro y tormentoso por el que caminaba, tan sólo una fina línea de esperaza la mantenía consciente, y temía que le pasara lo mismo que a Shi Hyun.

Recuerdo la vez que fuimos sinceros el uno con el otro. Le comenté sobre él, pero nunca le mencioné qué sucedió. A qué exactamente me refería con que me había dejado.

Ella tampoco lo pregunto, y estoy seguro de que lo hizo porque no quería parecer una entrometida y agradecía su comprensión en ese aspecto. En ese momento no estaba seguro si era conveniente mencionarlo, sabía que su estado emocional estaba delicado, y tampoco hubiera estado listo para hablarlo.

En la escuela lo molestaban y él parecía tomarlo como broma. Había veces en las que los demás se pasaban de abusivos con él y cuando yo intentaba defenderlo me detenía y le restaba importancia. Por respeto a su decisión no intervine, pero lamenté no haberlo hecho.

Todos esos insultos, golpes y malas bromas que le hacían le fueron rasgando y creando cicatrices en su interior, lesiones que acabaron por sofocarlo. No pudo soportarlo más.

Cuánto hubiera deseado que lo mencionara. No sabía si no lo había hecho por miedo a lo que dirían los demás, por querer manejarlo él sólo o porque no confiaba en nadie lo suficiente como para contar algo así. Ni si quiera en sus padres o en mi, que era su mejor amigo. Pero prefiero creer que sí confiaba en mi, pero estaba asustado y no sabía que hacer.

Un día como cualquier otro llegué a la escuela, me extrañó no verlo en clase, era alguien responsable y estudioso, pero supuse que se había enfermado y se había olvidado decírmelo. Al salir de clases recibí una llamada de su madre, sollozando, diciendo que lo habían llevado al hospital por haber ingerido una sobredosis de un medicamento fuerte.

No había sido un accidente. Había sido premeditado, porque él ni si quiera tomaba medicinas y en una nota en su escritorio ponía nada más que un "lo siento". Nunca fue una persona dramática ni sentimental, pero que no lo fuera no quería decir que no tuviera sentimientos. Aquella parte tan frágil, que nosotros los seres humanos tenemos, que con tan solo tocarla corres el riesgo de dañarla.