Voiceless Love [TXT - Beomgyu - FANFIC]

Capítulo 9: Arcade pt. 2

De repente, todo a mí alrededor se vuelve borroso, mi respiración y mi pulso se aceleran, mis pulmones buscan desesperadamente aire. El ruido a mí alrededor se vuelve lejano. Y todo se mueve a mí alrededor, como si en cualquier momento pudiera desmayarme.

No puedo, no quiero olvidar a papá. Me niego.

Mientras más me resisto más siento que me retiene y me sofoca el recuerdo.

A lo lejos, escucho una voz poco perceptible pero entendible.

—Soo-Yun-ssi creí que ibas a mi lado... ¿Estás bien? ¿Qué tienes? Estás pálida. Será mejor que te sientes.

Siento como alguien me toma del brazo y tira de mí, luego de caminar un par de pasos, dos manos se posicionan en mis hombros y me empujan hacia abajo haciendo que me siente.

— ¿Necesitas aire? ¿Agua? Iré por agua.

Cierro los ojos y trato de normalizar mi respiración y de poner mi mente en blanco.

No es la primera vez que me pasa, me pasó también cuando el parque que estaba cerca de casa, donde antes iba con mis papás de picnic o donde papá me enseñó a andar en bici, lo derribaron y pusieron una farmacia.

En ese entonces estaba sola, había salido a caminar y cuando vi que estaban quitando los juegos y demoliendo las bancas comencé a hiperventilarme. Lo que me funcionó en ese momento, luego de casi desmayarme por falta de aire, fue dejar de pensar y lentamente regular mi respiración.

Apoyo mis codos sobre mis rodillas y dejó caer mi cabeza, tratando de callar mis pensamientos.

—Traje un poco de agua. Tómala, puede ayudar.

La voz aún se oía distante, pero lograba distinguir que estaba a unos centímetros de mí.

Aún con los ojos cerrados estiro el brazo para tratar de alcanzar el vaso, este llega a mi mano y sin pensarlo mucho, tomo un gran trago de un solo. Cosa de la que me arrepentí después.

El agua estaba fría.

La cabeza me comienza a doler por unos segundos por lo que aprieto los ojos y me llevó la otra mano a la frente.

— ¿Qué pasa? ¿Te duele la cabeza? Ay no, espera ¿El agua estaba fría cierto? Lo siento, se me olvido decirte. ¿Dónde te duele? ¿Aquí?

Una mano cálida se posa sobre mi frente, donde antes había estado la mía.

— ¿O aquí?

Sus manos se dirigen a los costados de mi cabeza, sus dedos presionando y dando un suave masaje a mis sienes.

Extrañada por el contacto, pero aún aturdida me quedo estática.

Las voces y el ruido se oyen cada vez más claros con el paso de los segundos. Mi respiración se había normalizado, pero mi pulso seguía acelerado y mis manos habían comenzado a sudar, quizá porque en una tenía el agua fría y por el trago que había tomado, mi cuerpo estaba tratando de equilibrar mi temperatura.

Cuando la sensación de asfixia pasó, abrí los ojos. El rostro de Beomgyu estaba a unos centímetros del mío, su mirada cambiando de una mano a otra, concentrado en aliviar el dolor de mi cabeza.

En ese momento, me pregunté qué pasaba por su mente, por qué para él era tan fácil ser atento conmigo, cuando yo no había hecho más que evitarlo casi toda la semana.

Y las dudas de siempre. Si en realidad lo hacía con desinterés. Si era posible que aún existieran buenas personas. Todo lo que pasé no hizo sino volverme alguien que desconfía hasta de su propia sombra.