Capítulo 15

220 43 18
                                    

Este día es extremadamente extraño, he visto a Askar mucho, aunque con distintos atuendos. Algunos de época y otros que no, comienzo a dudar de que sea un conserje. Además se va en los momentos más oportunos y nadie aparte de mí llega a verlo, es muy raro.

—Atención, quiero anunciar algo. —Morket nos reúne en el salón principal—. No deseo que piensen que quiero más a una que a otra, pero alguien ha estado muy triste.

—Supongo que al fin se dio cuenta lo de Cielo —comenta Desierto y la observo confundida.

—¿Qué pasa con Cielo y por qué lo sabes tú? —expreso ofendida.

Me mira extrañada.

—¿Tú tampoco te diste cuenta? Pensé que eran amigas —opina.

—Eh, yo...

La verdad lo único que hay en mi mente es solo en escapar. Deberé recompensarla después. Aunque me molesta que sea Desierto quien me lo haya aclarado.

—No te preocupes, ya hablé con ella —me avisa al yo no saber qué responder.

—¿Tú? —Enarco una ceja—. Tú solo tienes palabras hirientes.

Suspira.

—Lo que digas —expresa sin ánimo.

—No te imagino teniendo empatía.

—Qué casualidad, yo tampoco te imagino teniéndola.

—¿Qué dices? Yo... —me callo como si tuviera razón, pero no lo admito.

¿Hay algo que he olvidado?

¿Por qué a este sueño siento que le faltan partes? Se supone que soy la buena de la historia, ¿no?

Estoy confundida.

¿Por qué pensé que estoy en un sueño?

—¿Un sueño? —formulo para entender.

—Veo que están muy distraídas. —Se ríe Morket—. Lo repetiré. —Se acerca a Desierto y toma sus manos. Cielo y yo nos quedamos perplejas ante su pregunta—. ¿Te casas conmigo?

Desierto se sonroja.

—¿Qué? —Ella también queda asombrada—. Yo no...

—Un segundo —interrumpo—. ¿Cómo lo convenciste? ¿Así era esto? —digo confundida.

Morket se ríe.

—Desierto es algo ambiciosa —explica él—. Pero para nada utilizaría una artimaña para que ocurra esto.

Ella suelta sus manos y retrocede un poco indignada.

—No soy ambiciosa. —Suspira—. Creo que nunca me entendiste.

—Cariño, acepta —insiste, pero esta vez mostrando un anillo.

No muy convencida lo agarra.

—Está bien —dice un tono apagado—. Me iré a arreglar un poco —sugiere y decide irse rápido.

Miro un momento a Cielo, pero decido seguir a Desierto.

¿Cielo y yo somos amigas realmente? ¿Esa es la verdadera historia? ¿Entonces por qué sigo a Desierto tantas veces?

Las confusiones van en aumento.

—Desierto. —Golpeo en la puerta de su cuarto, aunque esta se encuentra abierta.

Veo como guarda el anillo en un cajón, ni siquiera se lo ha puesto.

Doy unos pasos hacia ella.

Belleza de los Sueños #5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora