Capítulo 35

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Parpadeo varias veces y el sueño ha cambiado. Me encuentro en una silla, hay un té y se oye el reloj moverse. Sigue siendo Paraleio, todo es moderno aquí. Suena el timbre y veo a un hombre ir hacia la puerta, la cual abre.

—Hola ¿Está Rebecca? —Oigo la voz de Askar y sonrío, por lo tanto me levanto de mi silla.

—Más te vale que no intentes cortejar a mi hija con esas simples margaritas —lo reprende el hombre del sueño.

—¿Eh? No, señor. —Veo como Askar lo esquiva y al fin llega hasta mí—. No sé por qué tengo estas flores, pero toma. —Me las entrada.

Me río.

—Gracias. —Mantengo mi sonrisa.

—Te dije que no —grita el hombre y saca una escopeta.

De repente oigo risas grabadas como si esto fuera una sitcom.

No es que yo mirara muchas series en la televisión, pero por suerte salimos del sueño de mi escuela. Ya me estaba incomodando. Al menos esto no tiene nada que ver conmigo. Aunque la escopeta no es necesaria, es muy cliché lo del padre sobreprotector.

Pongo las flores en la boca de su escopeta y esta explota, el hombre queda todo pintado de negro nada más, entonces se vuelven a oír las risas grabadas.

—Esto está bien loco —opina Askar—. ¿Y por qué me veo en esa caja? —consulta mirando una pequeña tele—. ¡Ah, estoy atrapado ahí!

Me río.

—Deja de delirar. —Tomo su mano—. Vamos a otro sueño.

Caminamos y abro un puerta, lo consigo, llego a otra ensoñación. Empiezo a entender mi poder, aprendo rápido y eso me gusta.

—Servicio a la habitación. —Golpean la puerta que acabamos de cruzar y suelto la mano de mi marido para abrir la entrada de nuevo, pero en dirección contraria, entonces un hombre me entrega un afrodisíaco—. Para su problema —dice de manera pícara y se va por lo que creo que se ha convertido en un pasillo de hotel.

—¿Esto es una habitación? —consulta Askar—. Se ve rara. —Camina investigando curioso y abre el armario—. ¡Oh, mira, es mi traje de conserje! Me pregunto si mi ropa de siempre estará por aquí —acota porque sigue con el uniforme de instituto al igual que yo.

Me sonrojo.

—Askar esto es un sueño húmedo, mejor olvídate de la ropa y sigue buscando mi subconsciente.

Se gira a mirarme.

—Me pregunto si estamos bajando o subiendo en tu mente —opina.

—Pensé que dirías algo fuera de lugar, pero tienes razón, es una muy buena pregunta, supongo que el subconsciente tiene que estar en un sitio bastante profundo.

Se ríe.

—¿Pensaste que diría algo cochino?

—Concéntrate —digo seria.

—Perdón. —Se vuelve a reír—. Aunque tienes que admitir que tu fantasía del conserje me está persiguiendo.

Belleza de los Sueños #5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora