Capítulo 29

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Para mi sorpresa, Morket camina en dirección hacia mí, así que presto bastante atención, después de todo él fue quien me dejó inconsciente.

—Te tengo que pedir un favor —aclara como si nada, totalmente tranquilo—. Así que necesito que te despiertes y lo averigües.

Frunzo el ceño.

—Primero, no sé cómo despertar y segundo, no voy a dejar sola a Rebecca.

—No hay problema, yo estoy aquí.

—Eso no me tranquiliza en lo absoluto —digo molesto.

—¿Cómo entraste aquí? —consulta Rebecca.

—Como le dije una vez a Desierto, o sea a la personalidad de tu amiga, mientras bailábamos —le contesta Morket—. Puedo entrar a los sueños si están en mi territorio, pero no modificarlos, solo me encuentro en tu mente.

—O sea que yo estoy inconsciente, quién sabe dónde y tú bien cerca de ella —me quejo.

El dios se ríe y me mira.

—Siento ser crudo, pero eres humano, así que si se vuelven a encontrar es probable que solo la veas unos años y yo una eternidad, por lo tanto no hay necesidad de enojarse, solo acepta el favor y listo.

—Morket. —Lo mira enojada Rebecca y repite sus palabras cambiando un poco la frase—. Siento ser cruda, pero no eres nadie para opinar sobre mi marido o lo que yo vaya a hacer con mi vida, así que si vamos a aceptar un trato, será mejor que te expliques mejor.

—Claro, preciosa. —Se toca sus lentes y mira su libro—. Algo está pasando en Aeistian y como no tengo cuerpo, no puedo revisar, así que es mejor que alguien vaya a cerciorarse. Tengo un mal presentimiento. —Alza la vista.

—¿Por qué finges que lees? —pregunto viendo el libro en blanco.

—Intento fingir ser parte del sueño, no queremos que Blus y Océano se enteren.

—Bien. —Bufo—. ¿Y qué me garantiza que cuando despierte luego pueda volver a aparecer en estos sueños lúcidos?

—Yo te traeré de regreso, te necesito aquí. Para ellos no supones una amenaza, por ser humano, así que aprovecharemos eso. Tienes que volver porque necesito esa información y también para que Rebecca no caiga en las pesadillas, por ahora eres su estabilidad mental —me explica y luego vuelve a observar a mi esposa—. ¿Contenta?

Ella lo mira seria.

—Bien —expresa sin quitarle la vista de encima.

—Qué fría. —Sonríe el dios y luego se gira a observarme—. ¿Listo?

Asiento sin agregar nada más.

~~~

Abro los ojos y oigo un chillido, acto seguido noto como mi madre me abraza llorando.

—¡Está vivo, está vivo! —grita como loca—. ¡Llamen a Ankor, llamen al curandero!

—Mamá me asfixias.

Y se me parte la cabeza.

—Oh, cielos, mi bebé está vivo. —Me da varios besos en la cara.

—Basta, es demasiado amor para tu personalidad. —La alejo un poco.

—¿Cómo puedes hablar así de tu madre? —Se limpia las lágrimas con un pañuelo y de una manera más delicada que todo el alboroto que hizo antes—. ¡Oh, cielos, han pasado meses!

—¡¿Meses?! —grito sorprendido—. ¿Y cómo sobreviví? Muero de hambre. —Oigo mi estómago rugir.

—¡¡Llamen al cocinero real también!! —Se levanta de la silla que está al lado de la cama en la que me encuentro y se dirige hacia la puerta que continúa abierta—. ¡¡Rápido, rápido, inútiles!! —grita indignada.

—Mamá estoy bien. —Me quito la manta y me levanto—. Tengo que revisar qué ha cambiado.

Oh, por los dioses, cómo me comería un pollo ahora.

—Claro que no, has vivido a base de ungüentos y pócimas, no te encuentras bien, ese don tuyo te ha perjudicado ¿En qué estaba pensando? Qué mala madre he sido al creer que era algo bueno.

—¡Ankor! —grito cuando veo a mi hermano llegar—. ¡Tienes que decirme qué ha cambiado en este tiempo, tú eres el rey, sabes todo!

—Pues... —Se pone pensativo, lo agarré desprevenido—. ¿A qué te refieres? Muchas cosas han cambiado desde que estabas inconsciente. —Luego me abraza y me da un coscorrón—. ¡Qué bueno que te encuentres bien!

—¡Ay, concéntrate! —Me aparto.

—¿Personal o sobre el Reino?

—Todo lo que se te ocurra, algo raro tiene que haber.

—Pues Serenity se fue, cambié a todos mis consejeros y guardias. Soberanos con sus habitantes se regresaron a recuperar sus tierras y además quisimos subir la plataforma al cielo otra vez, pero no pudimos. Ah, esa última quizás es la que quieres saber. —Se gira a mirar el ventanal que se halla en el corredor—. Así que supongo que es probable que te refieras a eso.

Corro a observar lo que se me indica en el pasillo.

—¡Por todos los dioses y las runas del mundo! —grito sorprendido—. ¡¿Qué es eso?!

Desde el cielo cae una especie de luz con una mezcla de colores entre rosa y celeste. Es potente, bajando con descontrol, pero muy recta a pesar de que trasmite iluminación como la de un relámpago.

—Está hace tiempo —acota Ankor y lo miro—. Apareció poco después de que te desmayaste. Sucesos raros han empezado a ocurrir, la realidad está cambiando.

—¡¿Y lo dices así sin más?! —me quejo.

—Soy el Rey, debo mantener la calma, además es la primera vez que lo ves, pero nosotros estamos hace meses con esto.

Belleza de los Sueños #5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora