Capítulo 27

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—¡Que comience el juego! Y recuerden, todo puede ser una confusión —declara Blus.

Sabía que seguiríamos con este tipo de ilusión, pero al menos Océano no es la que manejará el camino. Caemos en una especie de vórtice y nos perdemos en un abismo confuso, que nos lleva a otra dimensión, otro mundo sin explicaciones. Un delirio de la mente, donde un remolino de aguas danzantes y memorias ocultas, te traen a un nuevo sueño profundo.

Un sueño dentro del sueño.

Debo evitar caer en las pesadillas.

Pero... ¿Y si no soy yo?

Askar

Parpadeo varias veces, me duele la cabeza, un cabello pelirrojo me molesta en la cara y antes de levantarme del suelo me lo muevo. Una vez parado observo el lugar, parece un baño, ventanas pequeñas, puertas que los separan y hay un espejo. Me quedo mirando mi reflejo, me doy cuenta que no tengo el cabello largo, está cortado e incluso mi ropa es extraña, no es una yukata, tiene botones. La puerta de la habitación en la que me encuentro y se escucha correr el agua, se abre.

—¡Eh, Askar, ya termina de mear de una vez! —Entra un chico, viste de la misma forma que yo—. Ya sonó el timbre del recreo.

—¿Eh? Sí —digo confuso, siguiéndole la corriente a mi sueño.

Tengo muchos sueños lúcidos, pero este es el más raro y más despierto en el que me he sentido.

Llego a un corredor y una chica se me acerca, me ajusta un botón.

—Tienes desarreglado el uniforme —me aclara.

—Ah, gracias, supongo. —Me alejo rápido de ella viendo sus piernas descubiertas, su falda es muy corta—. Lo siento. —Me pongo la mano al costado de mi cara para no verla.

Ella se ríe.

—¿Por qué te disculpas?

—No sé, está cultura se ve bien rara. —Me alejo de ellos.

Tengo que buscar a Rebecca.

Salgo de lo que parece ser un instituto, ya que lo leo en un cartel y me detengo en la entrada, frunzo el ceño al visualizar a Blus. También viste raro. Empiezo a descubrir las palabras correctas cuando me adapto más al sueño. Tiene una chaqueta larga, su cabello está recogido, utiliza lentes oscuros y está sobre una motocicleta.

Sea lo que sea eso.

Un vehículo supongo.

Veo una melena celeste, pero reconocería ese rostro en cualquier parte, así que grito.

—¡Rebecca!

—La chica ya elegió —dice Blus y se van con la moto.

¡¿Qué?!

Oye, eso dolió.

—¡¡Regresa aquí con tu cosa rara que manejas!! —le grito agitando el brazo—. ¡¡Y vistes feo, muy feo, regresa aquí y pelea como hombre!!

—Askar... —Oigo detrás de mí.

—¡¿Qué?! —Alzo la voz, pero luego me callo al verla—. Ay, perdón —digo avergonzado—. Pero tú... él...

—Era Océano, cuando se dé cuenta que está con Blus, va a vomitar.

—Rebecca —la nombro despacio—. ¿Qué está pasando?

—Pensé que me lo ibas a decir tú.

Bajo mi vista a sus piernas.

—¡Ay, mamá! —Me cubro la cara—. ¡¿Por qué todas todas las mujeres tienen falda corta aquí?!

Ella se ríe.

—Porque este es un sueño de la era moderna en Paraleio, sin contar que esté es mi instituto privado de cuando iba a estudiar, imposible no usar uniforme.

—Sí, pero... soy un hombre fiel, no puedo ver esas cosas, tu dignidad primero.

—Sé que tu cultura es distinta, pero concéntrate —me reprende.

—No me culpes, intimamos pocas veces y no es para nada digno de mi parte andar viendo.

Se vuelve a reír.

—Cállate, es solo un poco de piel, no te van a crucificar por eso.

—Yo ya me estoy juzgando, a mí me enseñaron otros valores, ¿qué quieres que te diga? —Bufo.

—Que bajes esa mano y que me acompañes.

—¡No puedo! —Me sonrojo—. ¡Protegeré tu dignidad en cualquier aspecto!

Me toma la mano, lo que provoca que la vea, ella está sonriendo.

Esa sonrisa es preciosa.

—Aunque me encanta esto, hay que irnos.

Comienza a correr y la sigo.

Belleza de los Sueños #5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora