7. Catástrofe en la capital

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Mientras que Karel y el resto se dirigían a la capital Wabara ya había llegado a esta, quería dejar claro que había llegado y que no le echarán. Aterrizó dejando claro de que había venido volando. Las personas se le quedaban mirando y muchos otros le grababan con el móvil. Un hombre se le acercó y le pidió una foto, a lo que Wabara le respondió con un golpe. El hombre salió volando hacia un escaparate el cual atravesó. Las personas gritaron por miedo.

ーNo he venido a hacer fans. ーdijo Wabara mientras retomaba su camino.

Caminaba por las calles dirigiéndose al Palacio Real de Madrid, donde vive el Rey. Si quería liberar a la sociedad lo haría empezando desde el punto más alto. La gente llamó a la policía, los cuales no tardaron demasiado en venir. Wabara parecía bastante confiado y no iba con prisa. La policía llegó ante él. Los agentes se cubrieron en los coches.

ー¡Alto, arriba las manos! ーle ordenó el oficial.

Wabara tan solo sonrió, levantó su mano y le lanzó la ráfaga de Ki. Impactó en el coche, el cual explotó. Los policías comenzaron a disparar a Wabara. Este, con un rápido movimiento, se puso a las espaldas de un oficial. Cuando el policía se percató de que Wabara estaba en su espalda este ya le había golpeado en el rostro. Siguió así hasta noquear a todos los policías.

Esta vez decidió ir más rápido hacia el Palacio Real. La policía decidió ponerse más seria y enviar a altos rangos. Wabara se los quitaba de encima rápidamente. Dada esa situación y los policías viendo las posibles intenciones, decidieron llamar a los militares. Wabara se paró justo al llegar al palacio. Se encontraba rodeado de militares los cuales le apuntaban. Wabara comenzó a volar, asombrando a los militares a la par que asustándolos más.

Cargó una onda Ki en su mano y la lanzó al palacio, destrozando la entrada. Luego hizo lo mismo con los soldados del alrededor, seguidamente sonrió y se dirigió hacia dentro.

El rey y su familia, horrorizada y asustada, estaba acompañada por sus guardias reales y se dirigían a la habitación del pánico del sótano, pero su suerte no fue la mejor, porque Wabara estaba justo al final del pasillo agarrando de la camisa a un hombre el cual estaba herido. Wabara dirigió su mirada hacia el rey, el cual se asustó al ver su mirada maliciosa. Corrieron hacia el lado contrario pero no llegaron muy lejos, ya que Wabara rápidamente se puso frente a él. Sus guardias intentaron inmovilizarlo sin éxito. Este los noqueó en un abrir y cerrar de ojos y volvió a dirigirse al rey.

ーVenís conmigo. ーle ordenó Wabara.

ーNo pienso aceptar órdenes de un tipo como tu. ーdijo Felipe.

ーPues entonces empezaré con ellas. ーdijo mientras miraba a las hijas del Rey.

Felipe observó a su familia, la cual estaba aterrada y sus hijas lloraban. Volvió a mirar a Wabara, quien tenía una mirada fría.

ーEsta bien. Pero no les hagas nada. ーle suplicó.

Se dirigieron al exterior del palacio. El polvo a causa de la destrucción del lugar no les dejaba ver que había tras él. Cuando el polvo y humo se fueron disipando pudieron ver al ejército entero y la prensa que observaban al amenazado rey y al atacante.

ー¡Suelte al Rey! ーordenó el general. ー¡O sino abriremos fuego! ¡Estás rodeado, tienes a todo el cuerpo nacional esperando a que tan solo te muevas para dispararte!

ーY a mi que. ーel general se sorprendió ante esas palabras. ーSi queréis al Rey ahí lo tenéis. ーdijo Wabara quien soltó a la familia.

Estos no dudaron ni un segundo en correr hacia donde se encontraba el general. Pero Wabara no dejaría que se fuesen así como así.

Dragon Ball: Golden LegendsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora