Capítulo 31.

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Se que he tardado un poco, y me disculpo por eso, aquí les dejo el antepenúltimo capítulo de esta historia.
Bendiciones tesoritos ♥️

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Me encontraba en un paraíso, en el mejor de los lugares que podría existir.

Sí me dijeran que la vida se resumía en un precioso abrazo, diría que sería la mejor manera de vivirla, un abrazo para mí representa lo mejor que podría existir.

En un abrazo podías encontrar cariño, paz, amor, calidez, alegría, tristeza, confianza, placer. Con un simple abrazo podría ser feliz el resto de mi vida.

-Solo falta poco para viajar y hacer de este un viaje inolvidable querida princesa. - Susurró a mi oído.
-Será maravilloso. - Fue lo único que pude decir, solo quería permanecer así, abrazada a él.

Sí había algo que hacer, no lo recuerdo. Realmente había olvidado todo, sólo ese simple momento podía dopar todo ruido que pudiera distraerme, el solo ritmo de su corazón es el que provocaba que mi corazón danzara dentro de mi pecho, me sentía feliz.

Relamente feliz.

-¿Harley?. - Llamó papá trayendome de nuevo a la realidad.
-Papá. - Dije reponiendo mientras salía de mi burbuja de felicidad. ¿Sucede algo?. - Pregunté.
-Buenas noches Clart. - Dijo acercándose a nosotros. - Es hora de cenar, hace un rato que te espero.
-Buenas noches Señor. - Dijo Clart, perdón fue por mi culpa que lo dejara esperando.
-Cierto, la cena. - Dije metiéndome en la conversación. - No es cierto papá, no es su culpa. - Amo a Clart, pero su necedad en echarse la culpa siempre para que no me regañen no me agrada, yo también puedo defenderlo ¿O no? Esperaba que si.
-Si lo es señor... - Intento decir pero papá lo interrumpió.
-No se de quien es la culpa, pero lo cierto es que muero de hambre así que vayamos a cenar, mañana debemos madrugar. - Añadió papá.
-Está bien papá. - Dije sin ganas, la verdad era que deseaba seguir abrazada a Clart, y escuchar los latidos de su corazón.

Nos dirigimos al comedor, donde segundos después comenzaron a servir la cena.

La cocinera sabía a la perfección que mi comida favorita son los macarrones, y precisamente los que ella preparaba eran los mejores del mundo. Y justo ese era el platillo especial para la cena, así le encantaba llamarlo pues sabía que yo amaría ese plato y que a través de él me haría feliz.

Clart, solo sonreía, sabía que yo estaba disfrutando del momento, y eso para el valía oro.

-Buen provecho dije en cuanto terminaron de servir. - La verdad es que estaba ansiosa, ya quería comer, ese podría ser mi momento favorito del día, o bueno mi segundo momento favorito, lo cierto es que el olor de los macarrones era exquisito, y necesitaba comerlos.
-Harley, espera un momento. - Dijo papá distrayendome de mi asombroso platillo.
-¡Papá!. - Exclame en modo de queja. - ¿Ahora que?. - Dije molesta.
-No te alteres pequeña, jajaja, se cuanto amas los macarrones, pero espera al menos a que todos empecemos a comer juntos. - Dijo en tono de burla.
-En este preciso instante no me estas agrandando papá. - Dije seria.
-Mi amor, tu papá solo quería que esperaras. - Dijo Clart, apoyando a papá.
-Muy lindo su equipo formando para no dejarme comer ¡Bravo! Les felicitó. -Solte de la nada.
-Jajaj, ay querida pero que tierna eres, puedes comer a ver si vuelve a ti la sonrisa. - Añadió papá.
-Aunque no me dieran su consentimiento para hacerlo, de igual manera lo haría. - Dije sarcástica.
-Bueno bueno entonces come. - Dijo papá. - Clart, seguía callado, y riendo el realmente estaba disfrutando verme molesta.

Comencé a degustar del asombroso plato que Laila, la cocinera habia preparado.

Realmente estaba estupendo, muy bueno, totalmente exquisito, jamás habrá restaurante alguno que pueda preparar uno igual.

La cena terminó en silencio, no de formuló palabra alguna durante la comida y eso me pareció bastante extraño, Clart y papá solían hablar de muchas cosas y justo ahora estaban demasiado silenciosos.

Papá tenía un semblante serio, con un aire de preocupación, mientras Clart, estaba pálido y hacía muecas que trataba de esconder rápidamente sin lograrlo, sólo que yo me limitaba a bajar la mirada rápidamente para que no notará que lo estaba observando.

Por alguna razón un sentimiento de angustia se colo en mi corazón, no sabía que hacer, que preguntar o cómo comportarme, realmente era demasiado extraño, esto era algo que nunca habia ocurrido y ya me estoy preocupando.

Clart, después de cenar decidió marcharse, no dio muchas explicaciones, sólo que estaba cansado y debía preparar la maleta para el viaje. Y así sin más, se fue.

Me quedé inquieta luego de eso, mi noche fue extraña, comenzó tan bien y terminó un poco rara. Ya no se que pensar, sólo se que algo está ocurriendo y nadie quiere decirme.

Ya que el sueño me había abandonado, decidí sentarme a leer un poco, pero no lograba concentrarme, era demasiado difícil.

Sólo podía caminar y caminar, creo que mi piso ya debía tener un hueco de tantas vueltas que daba, me sentía realmente fuera de lugar.

Sin darme cuenta el sol ya entraba por la ventana, no sabía ni que hora era, solo sabía que ya había amanecido y eso sí que había ocurrido rápido, o eso creo.

Decidí tomar un baño para relajarme un poco, quizás esté exagerando y ni esté sucediendo nada, solo necesitaba despejar mis pensamientos y concentrarme en el Viaje.

¡Rayos, el viaje!

Ni siquiera había acomodado la maleta y dije que lo haría, a pesar de los días que había tenido para hacerlo simplemente no lo hice.

Bueno, ahora si que tenía algo que hacer.

Clart.

Ver a Harley, discutir con su papá por querer comer su comida favorita no tenía precio, no existía nada más que la irritara que se interpusieran entre ella y sus macarrones.

Mi cabeza estaba soliendo y las nauceas se hacían presente, por alguna razón me sentía demasiado mal. Solo quería que la cena terminará para marcharme, necesitaba estar en casa, necesitaba estar solo.

No tardamos mucho en culminar a pensar de que Harley, repitiera comida lo cual me extraño, ella casi nunca lo hacía y eso significaba que en serio amaba los macarrones.

A penas la cena culminó, decidí marcharme con la excusa de estar cansado y que debía terminar de prepararme para el viaje, a lo que Harley sin duda algúna no creyó, note su preocupación en sus ojos, pero relamente no me sentía bien, ya mañana le explicaría todo, por ahora necesitaba marcharme y eso hice tras darle un beso en la frente y un tierno abrazo.

Al llegar a casa el dolor incrementaba, busque algunos analgésicos los cuales ingeri, tratando de estar mejor, me recosté y solo se que no supe en que momento mis ojos se cerraron.

Al despertar unas pequeñas puntadas en la cabeza me desorientaron un poco, lo que me asustó por un momento, luego decidí ducharme y llamar a mamá para avisarle que ya estaba listo.

Al salir de ducharme, me aliste y llamé a mamá.

-¿Hola?. - Contestó mamá.
-Mamá, ¿Como te encuentras?. - Dije saludando.
-Estoy bien querido ¿Y tu?. - Preguntó.
-Bien mamá, ya estoy terminado de arreglarme para ir a casa de Harley y dirigirnos hacia la granja.
-Me alegra saberlo cariño, aquí les esperó. - Añadió.
-Gracias mamá, nos vemos pronto. Te amo. - Dije no queriéndola preocupar con mi malestar y por eso calle.

Ahora si ya todo estaba listo y solo debía ir a casa de Harley. Salí de casa y hacia un día precioso, el sol brillaba y los pajarillos cantaban, realmente era un buen día.

Al llegar a casa de Harley ya me esperaban lo cual fue fantástico, luego de saludar, el viaje al fin había comenzado.

Me sentía emocionado porque Harley al fin conocería el lugar donde crecí, y sería el mejor verano de todos.

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