Capítulo 22.

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Algun tiempo atrás...

-James, ¿Dónde estas?. - Pregunté en un tono fuerte, admito que me excedí.
-En la cocina cariño. - Constesto mi esposo.
-Mi amor, tengo una noticia fascinante que darte... - Solte juguetona, debía admitir que me encantaba ver su cara de curiosidad.
-Dime mi amor, ¿Qué es?. - Preguntó, a leguas se notaba que no quería que le diera muchas vueltas a al asunto.
-Trata de adivinar... - Dije tratando de invitarlo a jugar conmigo.
-Pero mi amor.... - Suspiró. - Sabes lo curioso que soy, mejor dime de que trata, no creo soportar este juego. - Concluyó mientras hacía un puchero... Se veía tan guapo, no podía negarlo.
-Está bien, está bien, que agua fiestas eres James. - Dije intentando parecer fastidiada, pero el me conocía muy bien y solo se dedico a sonreír. - Vamos.....no, he.. Seremos papás. - Solte sin mas, dejandolo sin palabras, sabía muy bien las ganas que ambos teníamos de ser papás, y que este regalo llegara a nosotros tan pronto me hacía la mujer más dichosa del mundo.
-¿De verdad?. - Preguntó mientras algunas lágrimas salían de sus ojos, bajando por sus mejillas. - No estas jugando conmigo ¿cierto?.
-Mi amor, se muy lo mucho que deseábamos ser papás, y el que Dios nos permita serlo, es lo más precioso que me ha pasado, pero sin duda alguna ver tu cara de felicidad me llena el corazón de amor. - Suspiré mirando como sus ojos brillaban. - Si mi amor, seremos papás.
-Soy el hombre más feliz de la tierra, gracias Dios, gracias mi amor, gracias por esta felicidad tan extraordinaria que me regalas. - Fue uno de mis momentos favoritos.
-Y yo la mujer más feliz, no me agradezcas a mi, pero si, sigue agradeciendo a Dios, porque fue el quien nos dio este precioso obsequio.

Los días transcurrían llenos de risas, estábamos totalmente vueltos locos. Moriamos de ganas de saber si sería niño o niña, pero más que nada deseábamos que los meses pasarán rápido para tener entre nosotros a nuestro bebé.

James estaba tan emocionado que compraba libros para saber que hacer, cintas de DVD, siendo sincera me daba risa verlo de ese modo. Aunque se veía muy tierno y eso me enamoraba más de él. Su amor por este ser que crecía en mi vientre era grande, era hermoso, era especial.

Los meses transcurrieron y por fin ya conoceriamos el seco del bebé, aunque realmente sin importar lo que sea, ya lo amamos, ya lo esperamos y estamos ansiosos por verle.

-"Christine Otton". - Pronunció la asistente del médico. A lo que James y yo reaccionamos. - Pueden pasar.

Seguimos de serca a la rubia que nos indicaba donde estaba el consultorio del Doctor.

Ya en el consultorio, mis nervios aumentaron, por alguna razón me sentía extraña... Era como si el bebé quisiera hacerme saber algo, pero no podía descifrar que era.

-Familia Otton. - Dijo el doctor llamando mi atención.
-Si doctor. - Logré pronunciar lo más rápido posible, mientras James, hacia una afirmación con la cabeza.
-Recuestece por favor. - Indicó entrando al consultorio donde ya me encontraba lista para la ecografia.
-Por supuesto. - Afirme, recostandome.
-Bien, comencémos. - Añadió el médico.

Procedió a colocar gel en mi barriguita.

Bueno, barrigota.

La verdad es que era inmensa.

El gel estaba un poco frío, lo que ocasionó un pequeño brinquito de mi parte, que al parecer fue gracioso tanto para James, como para el médico.

Comenzó a mover un aparato que parecía una especie de proyector, que emitía la imagen de mi vientre a un monitor que estaba frente a nosotros, se veía tan pequeño, tan...

Sí, mis lágrimas comenzaron a derramarse.

-Es precioso. - Dijo James, sonriendo.
-Si lo es, y ciertamente la palabra precioso queda bien en este caso. - Añadió el doctor.
-Eso quiere decir que... - Fui interrumpida por James.
-!Es un niño!.- Exclamó James.
-Así es señor y señora Otton, tendrán un hermoso varoncito.
-Es perfecto. - Dije más que emocionada.

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