Los días estaban pasando rápidamente, Joaquín ya iba a su universidad, y Emilio a su empresa. Aún tenían una pequeña conexión, pero está era más débil en caso del dolor. Ariana le preguntaba a Joaquín que cuanto tiempo más iba a tardar para que le diga la verdad a Emilio. Mientras que María aún estaba pensando en cómo regresar a su Joaquín de hace siglos.
— Señorita Romina, que bueno que la veo, solo quería recordarle que en dos horas tiene su seción de fotos. —dijo la mujer de nombre Gabriela—
—¡Es verdad! Muchas gracias por recordarme Gaby. —agradecio la chica sonriendo—
Romina comenzó a subir sus escalones pero el sonido del teléfono de la casa la hizo parar y regresar.
—¡No sé preocupen, yo contesto! —exclamo para después tomar el teléfono y colocarlo en su oído— Muy buenos días, residencia Marcos, habla Romina Marcos ¿Con quién tengo el gusto? —pregunto de manera educada—
— Oh prima, que educada eres. —dijo la persona del otro lado de manera divertida—
—¿Damon? —pregunto la chica al reconocer la voz—
— ¡Aleluya, adivinaste! —exclamo el vampiro—
— ¿Ah qué se debe el honor de tu llamada, primito? —pregunto entre dientes la chica—
—Solo para avisar que Stefan y yo estamos de visita, ¡¿No es fascinante?!
— ¿Desde cuándo están aquí? —pregunto la chica un poco asustada—
— Desde hace 5 minutos. —respondio— Bueno primita nos vemos en 20 minutos, ya estamos llegando a tu linda mansión. —dijo para después colgar—
La chica bajo de manera lenta el teléfono, para después tomar su celular y mandarle un mensaje rápido a su hermano.
Pasaron los 5 minutos acordados, cuando Emilio llegó de manera rápida.
—¿Por qué dices que Damon está aquí? —pregunto Emilio observando a su hermana—
—Marco, y conteste, me dijo que había llegado hace 5 minutos y que estaría aquí en 20. —dijo de manera preocupada—
Emilio jalo sus rizos con enojo.
—¡¿Que hace ese infeliz aquí?! —exclamo molesto—
— No lo sé Emilio, solo se que dentro de 8 minutos el estará aquí. —respondio la chica—
— ¿Joaquín llega hasta las dos, verdad? —pregunto intentado calmarse—
— Sí, ¿Que haremos? —pregunto Romina—
— Pues Damon no pueda entrar si no se le permite. —dijo Emilio sonriendo— Solo debemos asegurarnos que no vea a Joaquín. —añadio—
—Aun falta 4 horas para que Joaquín llegué, ¿Quiere hablar con nosotros?, De acuerdo, lo hará, pero afuera de la mansión. —dije—
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𝐕𝐚𝐦𝐩𝐢𝐫𝐞 /𝐄𝐦𝐢𝐥𝐢𝐚𝐜𝐨
VampireEmilio Osorio un vampiro con más de 300 años. Joaquín Bondoni un simple mundano