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Joaquín.

Estaba de regreso a la mansión, ya que algo súper loco habia pasado en la universidad, haciendo que la única opción a eso era que nos dejarán salir temprano. Cuando cruce las rejas de la mansión sentí un pequeño estirón en mi pecho, ocasionando un poco de confusión. Pero ignore eso y me adentre. Dejé la mochila en el sillón de la sala para después gritar que ya había llegado. Al no escuchar ruidos, decidí subir las escaleras y llamar a mis amigos. Al no tener respuesta decidí ir a buscar a los alrededores, si no mal recordaba detrás de la mansión había un cementerio. Tal vez estaban dejándole flores a alguno de sus difuntos, así que decidí ir a buscarlos. En efecto, ellos estaban ahí parados.

— ¡Emilio, Romina! Los estaba buscando, algo super loco paso en la escuela, así que nos dieron salida antes y aquí me tienen. —explique mi llegada al ver a mis dos amigos, al sentir miradas en mi, decidí voltear, y vaya sorpresa note al observar a dos chicos a mi lado que me miraban de la misma forma de la que me miró María— Oh tenemos visitas, un gusto, soy Joaquín, Joaquín Bondoni. —me presente con una sonrisa—

Ambos chicos aún me miraban sorprendidos. Emilio decidió romper el incómodo silencio.

— Bonito, vamos adentro, ellos ya se iban. —dijo tomándome de la mano—

Mis mejillas se calentaron al escuchar el "Bonito" de sus labios. Sin embargo mire a los dos chicos y a la lápida que estaba detrás de ellos. Joaquín Bondoni Gress, 1673-1713. Observé mi nombre, era el mismo que tenía en mi actualidad, sin embargo quite eso de mi mente, tendría que actuar como si no me hubiera dado cuenta de aquello.

— Emi, espera, ¿Quienes son ustedes? —pregunte mirando al pelinegro—

— Joaco, en verdad ellos ya se van, mejor vamos adentro, y nos platicas el porque saliste temprano. —murmuro el rizado—

— No, ¿Quienes son ellos y por qué me quieren llevar si antes saber sus nombres? —pregunte un poco enojado—

— Joa-

— Soy Stefan Salvatore. —respondio el rubio interrumpiendo al rizado—

— Y yo soy Damon, Damon Salvatore. —respondio el pelinegro—

—¿Son hermanos? —pregunte sonriendo—

—Si, lo somos. —respondieron ambos acercándose—

— Joa, es mejor que entremos, ellos ya se iban. —dijo Emilio jalandome hacia la mansión—

— De acuerdo, fue un gusto conocerlos, espero verlos pronto. —dije dejándome arrastrar por Emilio—

Algo está raro aquí, y lo voy a descubrir.











Romina.

— De acuerdo, es hora de que se vayan. —dije al ver que Joaquín ya no estaba—

—¿El está vivo? —pregunto Damon enojado— ¿Por que parece un adolescente?

—Porque lo es. No les daré ninguna explicación, mucho menos a ti Damon, así que lárgate ya. —dije de manera seca—

— Romina, no entiendo lo que está pasando. —murmuro Stefan un poco triste—

— Tal vez luego te lo explique Emilio. Pero en verdad necesito que se vayan antes de que Joaquín haga preguntas. —respondi a mi primo—

— Por favor dile a Emilio, que necesito que me explique esto. —dijo Stefan mirándome, su mirada estaba cristalina, dando inicios de que quería romper en llanto—

𝐕𝐚𝐦𝐩𝐢𝐫𝐞 /𝐄𝐦𝐢𝐥𝐢𝐚𝐜𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora