—¿Entonces? —el castaño miraba al rizado de manera sería—
—¿Entonces que? —Emilio desvió la mirada—
—¿Por qué no me dejas acercarme a tus primos? —pregunto de manera directa—
—Primos lejanos, los conozco a la perfección, más a Damon, sé de lo que son capaces de hacer. Te quiero demasiado Joaco y no quiero que te hagan daño. —contesto tomandolo de los hombros—
Joaquín observo al rizado por unos segundos para después apartarse bruscamente de él. —Sera mi decisión si quiero estar cerca de ellos o no. Soy un adulto Emilio, soy independiente. —dijo de manera molesta el chico— Además, Damon se ve buena persona, no sé que te habrá hecho pero me gustaría conocerlo y luego juzgar por mi mismo la clase de persona que es. —comento un poco más tranquilo—
—No lo sé Joaquin, no quiero que nada malo pase. Es mejor por ahora estar alejado de Damon y Stefan —Emilio miraba al castaño con una pequeña sonrisa tranquilizadora—
—No lo sé Emilio, tal vez no te haga caso y me arriesgue a hacer lo que me dé la gana. —comento Joaquín sonriendo solo un poco—
—Espero me hagas caso Joaco, en verdad. No quiero que Damon o Stefan te hagan algo malo...bueno de Stefan aún lo dudo, el es gran chico, pero de Damon...—murmuro—
—Stefan se ve el típico chico bueno que sigue las reglas. Damon se ve el típico chico malo que rompe las reglas sin pensar en nada...y eso me llama la atención. —habló el castaño mirando al rizado riendo— Me llama la atención de manera buena, de una manera amistosa, no como otra cosa. —agrego al ver la notoria molestia del chico parado enfrente suyo—
—Los describes como si los conocieras de toda la vida, Joven Joaquín, ellos dos son exactamente como los describes, por eso digo que es peligroso acercarte tan pronto a ellos. —Emilio bajo la voz, intentando sonar tranquilo y convincente—
El castaño iba a añadir algo más, sin embargo la puerta de la mansión fue abierta, entrando dos chicas riendo a carcajadas y abrazadas de manera cariñosa. Llamando toda la atención de los dos chicos que las miraban con una sonrisa.
—Hola Romina, buenas tardes-noches también para ti —dijo Emilio de manera burlona, haciendo que ambas chicas lo mirarán sorprendidas—
—Emilio, Joaco, que gusto verlos. —murmuro la chica Marcos con una sonrisa— Chicos, les presento a mi...amiga: Mackenzie Foy. Mackenzie te presento a mi hermano: Emilio y nuestro amigo: Joaquín. —presento al recordar que los chicos no conocían a su acompañante como tal—
—Oh, la chica a la cual seguí porque tenía buen contenido en Twitter. Un gusto preciosa, me alegra conocerte por fin. —habló el castaño acercándose a la chica con una sonrisa la cual fue correspondida—
—Mucho gusto Mackenzie, es bueno saber que una chica tan linda como tú es amiga de la rara de mi hermana. —comentó el rizado con diversión—
—Oh por dios, estoy muy feliz de verlos por fin en persona, ¡Emilio eres increíble! ¡Y ni hablar de ti, Joaquín! —exclamo con emoción, provocando risas de los presentes—
—¿Te quedaras a cenar? —pregunto Joaquín, ignorando por completo la plática que tuvo con Emilio hace unos momentos—
—Si, se quedará a cenar, ¿Verdad Mackenzie? —preguntó Romina para después ir a la cocina seguida de todos—
—Claro, si no es mucha molestia; claro esta. —contesto la chica de manera tímida—
—No digas eso, apartir de ahora eres parte de las amistades de la familia Marcos, así que siéntete bienvenida a esta tu mansión. —dijo Emilio haciendo una reverencia—
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𝐕𝐚𝐦𝐩𝐢𝐫𝐞 /𝐄𝐦𝐢𝐥𝐢𝐚𝐜𝐨
VampireEmilio Osorio un vampiro con más de 300 años. Joaquín Bondoni un simple mundano