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Capítulo 50.💄

El rey

Nunca terminaré de enamorarme de ti. -Nicole Williams.

Cagliari. Sargdena

Se sentía fatal desde que descubrió que ese estúpido amor de años estaba casado y tenía una hija.

Bianca desde muy pequeña sabía cuál era su destino en el mundo que vivía, cuando tenía trece años ya había conocido al hombre con el que tenía que casarse. Ángelo Greco, un hombre joven de dieciocho años que ya tenía su propia empresa gracias a su madre.

Ya todo el mundo lo conocía y sabía lo que era, recordaba que muchas de sus amigas lo veían como un hombre inalcanzable, siempre guardó el secreto de qué ella ya lo conocía. Lo mismo que le pasó a su hija. Río por eso.

Y ella, al contrario de sus amigas no sentía ningún tipo de admiración o deseo por él. Ella solo lo veía como a su padre, siempre tuvo esa impresión de Ángelo, el típico hombre de la mafia que abusaría de ella para ser una máquina de hacer herederos.

Pero todo cambió el día de su boda, Ángelo, contra todo pronóstico era un caballero, le daba la libertad que ella quería, podía salir con sus amigas o con sus primas, estar casada con él no cambió mucho de su vida social.

Además, siempre estaba pidiendo su ayuda u opinión en lo que sea. Para cualquier cosa te tenía que ver con la organización.

Todo cambió en su mundo y quizá eso fue lo malo.

Tenía diecinueve años cuando quedó embaraza, estaba asustada y tenía miedo de ser mamá, ser como su madre. Una mujer que dio a luz y la dejó al cuidado de las empleadas y de sus tías.

Ángelo estuvo ahí apoyándolo en todo momento, la hizo sentir segura y que ella sería una madre excelente. Cuando su hija nació, de nuevo regresaron eso pensamientos en donde le decía que su hija solo serviría para hacer bebés y su futuro esposo la dañaría.

Pero no pasó mucho cuando se enteró que ella sería la futura reina de la Cosa Nostra.

No sabe muy bien que cambió, pero solo pensaba en que esta sería la oportunidad perfecta para poder tomar el poder que siempre quiso. Poder moldearla a su gusto. No puedo, su tonto corazón se fijó en un hombre que le llevaría a la ruina y al dolor. Su hija quedó en manos de su abuela. Ya no pudo hacer nada.

Adriano Morelli sería su perdición y no sé dio cuenta de eso hasta que lo vio feliz a abrazando a su esposa y una niña de diez años. Su mundo cayó de cabeza, se arrepintió hasta de vivir y se dio cuenta que dejó a su familia por un hombre que no la quería, abandonó a su esposo, al único hombre que la amaba de verdad.

¿Debería decirle a esa mujer el verdadero motivo del escondite?

—Puedes irte aún —le dijo una voz ronca. Era Fabrizio— Sabes que puedes hacerlo, no tienes nada porque quédate.

—¿Y que tus hombres me sigan hasta matarme?

—Estabas muy convencida de hacer esto —le dice mientras le da varias caladas a su cigarro.

Siempre odio que los hombres fumaran. Agradecía que su esposo no tenía esa costumbre.

Debería volver con él— pensó.

—Lo hacía por él.

—Todas se dejan llevar demasiado —se río. Bianca estaba ofendida—. Mi esposa me habría matado si trataba de meterla en el plan.