Nella Mafia © | ITALIA 1|

Capítulo 10. 💄

Problemas

Tuve que soltar y, agarrarme muy fuerte de mí misma. -Anónimo.

Gianna

Ha sido un día muy estresante y muy ajetreado, mi viaje a Roma cambió los planes, así que después de un día largo y que está por terminar y lo único que me queda por hacer es encontrarme con Matteo. Ayer cuando regresé de Roma no tenía cabeza para nada, no quería hacer nada más que estar metida en mi cama pensando en Alessandro. Ni siquiera le permití a papá que me hablar de él, para huir de su conversación, llamé a mis amigas y pasar una tarde tranquila con ellas en una heladería.

Al menos pude hablar de cosas normales y claro de mi compromiso con Alessandro. No di muchos detalles sobre el tema, ni siquiera les dije quién era, solo que alguien era de la mafia y muy importante.

El auto baja su velocidad cuando llegamos a la costa, el nudo en mi estomago se intensifica y no sé con qué cara me voy a presentarme ante él.

—Señorita —Franco me extiende el pequeño anillo que me dio Matteo una vez el auto se detiene.

Suspiro. No le doy el anillo de Alessandro, solo lo guardo en mi cartera y termino por ponerme el pequeño anillo que me regalo Matteo.

Me bajo del auto justo a las puertas de Elypse, el restaurante principal de la familia y que ya contamos con varias sucursales en Sicilia. El restaurante es destino de mucha de la droga que se reparte. Llega en camiones de comida y nadie sospecha de nada.

Algunos de los empleados me dan la bienvenida mientras camino hasta la mesa donde está Matteo. Ni siquiera me sorprende saber que está en una de las mesas del balcón, justo en la playa. Suspiro una vez más.

—Matteo —me siento en frente con una sonrisa fingida.

—Amore —se toma la molestia de levantarse y venir a mi lado para besarme.

De nuevo pienso en Alessandro. Joder.

Antes de decir algo, una mesera se acerca para pedir nuestra orden. Yo por mi lado solo pido una copa de vino blanco y él, todo el maldito menú. Tampoco me sorprende.

—¿Por qué no me hablaste del viaje a Roma? te hubiese acompañado —claro para que conozcas a mi verdadero prometido.

—Fue algo de sorpresa, papá busca inversionista para abrir más restaurantes. Quiere hacerlo en Roma.

—Eso suena genial —me toma de la mano—. Y poco se habla de que por fin conocí a tu padre.

No me lo recuerdes.

—Tienes suerte. Siempre está ocupado, apenas respira —trato de restar importancia con mi tono de voz.

—¿Ya le dijiste de nuestro compromiso? —mierda Matteo...

—No —sonrío para tratar de aliviar la situación—. Hay que esperar un poco más. Ya encontraré el momento adecuado. Hemos estado bastante ocupados.

—Perfecto... —la camarera aparece con nuestro pedido—. Tengo una buena noticia, me quedaré unas semanas más en Palermo.

—¿La razón? —sonrío a la mesera cuando deja todo.

—Pues le informé a mi superior lo que pasó con mis hombres. Aparte de mandarme a la mierda, me dijo que debo quedarme por que al menos no estamos equivocado con el paradero del líder de la Cosa Nostra.