Capítulo 49.💄

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Te necesito

Sigo tratando de sanar de las cosas que no hablo. -Anónimo.



Gianna

Regina se pega a mí como si algo malo me fuera a pasar. Le dije que estaría bien y que ella podía ir hacer sus cosas, pero se niega a dejarme sola sabiendo que puedo recaer por toda la situación que me rodea.

Llegamos a casa después de media hora de viaje. Franco es quién espera por mí en la entrada de la casa con su típica expresión fría y de asesino. El auto se detiene a raya segundos antes de que Pietro se baje del vehículo y abra la puerta para que pueda bajar.

—Señora —saluda Franco.

—¿Dónde está mi padre? ¿Por qué no se ha dado cuenta de esto?

—El señor solo estuvo un par de horas en la mañana e informo que en la tarde iría a comer con el señor Alonzo y su esposa.

—¿Hace cuanto está Rowena aquí?

—Hace menos de una hora.

—¿Ya dijo por qué está en este lugar?

—No señora, se niega a hablar y pide que la dejen salir.

—¿Dónde la encontró Pia?

—En la bodega del tercer piso. —Vaya lindo dato.

Franco me lleva hasta mi oficina, le pido a Regina que me espero y no duda en obedecer a pesar de la desconfianza que el genera mi prima. Abro la puerta, para encontrarme con mi linda prima sentada en el sofá más pequeño con un soldato vigilado sus movimientos.

—Ya era hora de que aparecieras —se queja dramática e intenta levantarse, pero la mirada penetrante del soldato no la deja.

—¿Sé te ofrece algo en mi casa? ¿te olvidaste algo? —se queda callada y sin mirarme en ningún momento— te volaría la cabeza ahora mismo si no fueras hija del gobernador.

—Solo busco ayuda —dice firme y me mira. Deja por completo la actitud con la que me recibió.

—¿Ayuda de quién y para qué?

—Es algo que no te interesa saber. No es tu problema —vuelve la mirada a la ventana justo en frente de ella.

—Sí lo es, porque te encontraron hablando con mi madre y tratando de entrar en una zona que nadie más que yo, puede entrar.

—No estaba en ningún lugar, solo entré a buscar algo que había olvidado y hablaba con tu madre porque tengo una buena relación con ella.

—Claro —me río —Rowena, no puedes mentirme, así te sugiero que hables ahora o te vuelo la cabeza.

—Mi padre de matará —gruñe.

—No si le digo que estás involucrada en el accidente de Alessandro —sonrío malvada.

—¿Cómo se te ocurre? —parece indignada— no tengo nada que ver con eso.

—No me interesa, si no hablas, yo puedo hacerlo y aseguro que me creerán a mí. Tu palabra contra la mía. Tengo la historia perfecta para hacer que me crea.

—Solo quiero irme, no molestaré más.

—No saldrás de aquí hasta que me digas que haces en mi casa cuando ya tienes meses sin vivir aquí. Quiero la verdad o yo mismo la averiguaré.

Nella Mafia © | ITALIA 1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora