Capítulo 9.💄

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Decisiones

¿Puedes recordar quién eras antes de que el mundo te dijera quién debías ser? - Charles Bukowski.



Alessandro

Después de cuarenta minutos de viaje y unos cuantos minutos en auto, este se detiene en la entrada de una de las discotecas más grandes en Nápoles. Gufo.

El negocio que más me genera dinero. Y que aún sigue al nombre de Fabrizio.

La noche está empezando a caer, por lo que las personas empiezan a llenar el lugar. Bajo del auto con Orlando detrás de mí. Paso de largo hasta la entrada donde varias personas se quejan cuando los guardias me dejan entrar. Sin prestar atención a nadie y con mi seguridad detrás, atravesamos por el mar de personas hasta llegar hasta llegar al segundo piso que es donde está mi oficina.

Lo primero que veo es a Cassie. Ella es esposa de Giovanni —mi caporegime— y quien me ayuda con la administración de este lugar. Está parada alado de una silla donde está sentada Antonella quién sonríe cuando me ve y yo solo quiero desparecerla de mi vida de cualquier forma posible.

Antes de llegar ya le dije a Orlando que buscara a Antonella y la trajera hasta este lugar.

—¿Tenemos una cita? —se levanta. Ahí me fijo en lo corto que es el vestido que lleva y mis instintos intentan llevarme por otro lado.

Debería aprender a cambiar esas cosas. Ya tengo una mujer que me complace en todo lo que me gusta.

—Déjenme solo con ella —me acerco más a donde está sentada.

Los tres salen de mi oficina sin decir nada. Cuando escucho que la puerta se cierra, me acerco a Antonella tomándola del cuello y acorralando su cuerpo contra una pared.

—Escúchame cuando te digo que te alejes de mi vida —gruño cerca de su boca.

—Alessandro... — trata de respirar, sin éxito.

—¿Por qué llamaste a Gianna? —susurro cerca de ella.

No responde, parece tan asustada, porque sabe de lo que soy capaz. Sigue en su intento por soltarse de mi agarre con toda la fuerza que tiene. Pero yo estoy tan enojado con ella que si la mato en este momento no me sorprendería.

Quizá deba hacerla para que no joda mi vida todas las veces que se le dé la gana.

—Suéltame —casi no se escucha su voz, sus ojos ya son rojos y las lágrimas se derraman por sus mejillas ruborizada.

Ya no aplico más presión en su cuello, a pesar de mi mano ya no la toma por el cuello, no la dejo ir. Sigo acorralando su pequeño cuerpo.

—Responde. ¿Por qué llamas a Gianna?

—Ella no te merece. Ella solo está contigo por poder. Yo te amo, Alessandro.

—¿Puedes parar con toda esta mierda? ¿Tan poca dignidad tienes? Sigues rogando amor. Ten un poco de respeto por ti y no dejes que te humille de esta manera.

—No puedo vivir sin ti... —definitivamente no entiende.

—Lastima, no voy a volver contigo. No quiero nada contigo.

—Ya te pedí perdón por engañarte.

—Me importa una mierda con quien follas. Te metiste con mi hermano, por tu culpa se metió en las drogas. Eres una persona tóxica y yo no necesito personas así en mi vida. Ahora, te lo vuelvo a repetir, aléjate de mí vida y no llames a Gianna. No vas a tener un lindo final si sigues así.

Nella Mafia © | ITALIA 1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora