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Capítulo 38.💄

Trampas

Que no te asuste su fuego. Ella no consume, ilumina. -Joel Montero.

Gianna

Es sábado en la mañana desayuné y me he quedado en la cama después de eso en compañía de mi perro. Berlín puede ser una gran compañía cuando mi mente se ve abarrotada por los mismos pensamientos obsesivos. Quizá ya no he pensado en el tema de Matteo, que, aunque no fue capaz de creerme, es como si algo dentro de mí fue liberado. Ahora mismo me siento más tranquila.

Pero hay un nuevo pensamiento, nuevas dudas y nuevos miedos. Aún sigo dudando entre ir o no ir a la casa de Anna, aún sigo cuestionando todo lo que dijo Alessandro. Por un momento me arrepiento completamente en confiar en Anna, porque no culpo a Matteo, solo hacia su trabajo, simplemente se aprovechó de su vulnerabilidad.

Sé que Alessandro dice la verdad, sé que esa mujer debe saber mucho y que, si la policía de esta ciudad no le hace caso, puede recurrir a Matteo o a su padre. El oficial de la policía hizo un buen trabajo, en definitiva, había llegado una denuncia sobre la desaparición de Anna, había sido puesta el mismo día que Regina me dijo sobre lo que su tía hacía.

El comandante no dijo nada, por qué siempre ha sido ahí. Engañaron a Vittoria —madre de Anna— diciéndole que ya estoy en investigación, junto con mis locales y mi casa. Pero ella no parará.

¿De qué preocuparse? Tengo toda la seguridad por parte de la policía. Frederick Ricci me habló un poco de lo que hace.

Su empresa está dedicada a la seguridad física y cibernética. La física es poner guardias de seguridad en lugares estratégicos. Son soldatos muy bien entrenados por parte de la inteligencia militar de Italia y Estados Unidos, ante cualquier sospecha la documentación importante será resguardada. La cibernética, como su nombre lo dice se encarga de proteger cualquier ataque a través de internet por parte de hackers. Tienen un sistema bastante complejo para proteger información valiosa. A demás de qué cualquier información que sea referente a mí y las ilegalidades será destruida. Debo decir que todo me sorprendió y con aprobación de mi tío Dante, quién es mi mano derecha, el trato se hizo en solo unos minutos de que me haya explicado todo. Por otro lado, papá no confía.

Lo hombres de Maximilian no encontrarán nada. Sé que hoy llegarán hasta esta casa para investigar todo. Claramente todo está bajo control

En cuanto a las chicas de Tesori, mañana en la mañana serán llevada a los departamentos hasta que hagan la investigación. La mercancía como armas y drogas serán camuflada en una de las bodegas "abandonadas" que están a nombre de Franco y de las que obvio nadie sospecha.

Decido levantarme de mi cama. Berlín es quien se adelanta y ya sale de mi habitación casi corriendo hasta el primer piso. Con él teléfono en mano ya llego hasta mi oficina no sin antes saludar casi por obligación a la familia que se encuentra en la sala de estar. Como es costumbre el crestado chino de Rowena hace alboroto cuando ve a Berlín, me río cuando Massimo le dice que calle a la rata.

No presto mayor atención y entro en mi oficina con Berlín detrás de mí.

Ni siquiera logro acomodarme en mi asiento cuando la puerta se abre una vez más.

—Hay que hablar —escucho la voz de mi padre. Levanto la vista, solo para comprobar que no está solo. Bianca entra detrás de él.

Y aquí vamos de nuevo.