Capítulo 11 (EDITADO)

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Ah... era muy agotador y molesto que nos enviaran a exorcizar maldiciones a medio día. El calor era insoportable a estas horas, y tan solo el pensar que probablemente iba a sudar mucho en el momento de acabar con una maldición, me desmotivaba. Al menos en las noches se apoderaba un poco más el frío.

Por otro lado, me alegraba que Yui estuviera enferma. Bueno... no como alegrarme, pero a veces era insoportable. No podía negarlo.

-Vayan, vayan- sacudió sus manos. -Les estaré esperando aquí, en la sombra- sonrió a modo burla.

-¡Sensei, no es justo!- dijo Kugisaki. -Hace demasiado calor- alargó la o.

Gojo sonrió.

-Les tendré helado.

Los ojos de Kugisaki se iluminaron.

-¡Voy!- empuñó su mano y se encaminó al lugar.

Megumi y yo le seguimos de atrás a un paso más lento. No tenía mucha emoción de hacer este trabajo.

-Y... ¿Cómo has estado?- le pregunté.

Tenía deseos de entablar una conversación con él, pues no tenemos mucho tiempo para intercambiar palabras a veces.

Pareció sorprendido por mi pregunta.

-Bien. Creo que estoy bien- respondió dudoso. -¿Qué hay de ti? No hemos hablado mucho desde aquella vez.

Su respuesta no me convencía lo suficiente, pero su rostro tampoco me revelaba demasiado, ya que casi siempre estaba neutro o con el seño fruncido.

-Mejor que ayer, peor que mañana- solté un suspiro.

Me miró de reojo algo inquisitivo. Una pequeña sonrisa se asomó en su rostro.

-Entiendo la lógica de eso.

Simplemente sonreí de costado.

Ya cuando entramos al lugar el ambiente cambió de inmediato. El aire se sentía más tedioso y podía apreciar incluso donde estaban las maldiciones.

Hoy me encontraba más perspicaz que ayer, e incluso estaba con más energía.

-¿Quieres que vayamos juntos?- me ofreció.

No podía negarme.

-Claro, claro- le di unas palmaditas en el hombro.

Su cuerpo quedó rígido por un segundo.

-¡L-lo siento!- levanté ambas manos.

Ah... nunca debí mostrarme con tanta confianza. Puede haberle molestado.

-N-no pasa nada- sacudió su mano. -Mejor sigamos.

Recorrimos el pasillo de abajo, pero no veíamos nada. Tampoco había rastro de Kugisaki. Simplemente esperaba que se encontrara bien. Decidimos subir a la segunda planta. Entramos a una sala y la puerta se cerró tras nosotros. El ambiente se oscureció y aparecieron un montón de ojos alrededor. Megumi y yo chocamos nuestras espaldas y nos mantuvimos así para mantenernos en alerta y tener mejor percepción.

Todo fue tan repentino. Una mano me tomó del tobillo y me arrastró.

-¡T/N!- le escuché gritar.

Mi cuerpo se rodeó de energía maldita. Estaba tan impactada. Su color ya no era de un azul... era morada, ¿por qué...? ¿acaso...? No tenía tiempo para pensar en eso.

-Vitalis sexualitis; fase 2!

Mi mano se modificó.

Pov omnisciente

Chica promiscua (Satoru Gojo, Yuji Itadori y Sukuna x t/n)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora