Capítulo 3 (EDITADO)

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ADVERTENCIA: ESTE EPISODIO CONTIENE ESCENAS DE COITO. 

Listo, ya les advertí.


Nuevamente esperé a que cayera la noche para escapar y encontrarme con mi profesor. Si lo pienso... parece una historia cliché de amor entre alumna y profesor, pero es más complicado de lo que se pinta o puede que más fácil.

Esta noche opté por un vestido negro ajustado hacia arriba -con escote redondo-, un suéter algo mas ancho, calcetas blancas largas y zapatos con plataforma.

Esperé un rato a que no se escuchara ni un paso afuera, vi la hora en el reloj 22:30, ya era hora. Salí sigilosamente, mirando en todas direcciones, cerré la puerta con mucho cuidado y empecé a caminar casi intentando hacer el menor ruido posible.

Ya cuando salí de la academia pude respirar con tranquilidad, casi llevaba el corazón en la mano por la adrenalina de ser atrapada. La noche estaba preciosa. Gracias a que no había tanta luz en la zona se podía apreciar el cielo estrellado. Dejé de mirar y me encaminé hacia donde me dijo Satoru. Tuve que caminar un par de minutos (así que agradecía que la noche no fuera tan helada) hasta que al fin pude divisar el auto -que para más era negro-. Ya digo yo que tengo vista de águila.

Caminé hacia el auto, el brillo de la pantalla de su celular le iluminaba el rostro, no sabía si se había percatado de mi presencia, pero abrí la puerta y entré. Afuera hacía frío.

-Hola- sacudí mi mano y le sonreí.

-Creí que no vendrías- me devolvió la sonrisa. -¿Te sientes mejor?

-Sí, pude descansar un poco y así recuperé algo de energía.

Pasó su mano por su cabello dejándolo peinado hacia atrás.

-¿Qué sucedió en el hospital?

Le expliqué toda la situación, incluído que debí usar el mismo conjuro dos veces por haber sido distraída y no percatarme de la presencia de otra maldición, hasta que Yuji me salvó y gracias a él estaba con vida.

-Soy el hechicero más fuerte de esta generación, sabes?- afirmó su cabeza en el asiento. -¿Cómo es posible que siendo yo quien te inició pudieras dar tan poco de tu potencial y llegar a tu límite tan rápido?- frunció levemente el ceño.

Auch... No creí que Satoru fuera a ser tan egocéntrico... y directo.

-Lo siento- atiné a decir.

No se me ocurría qué otra cosa responder en este instante.

-No, no. No lo dije para hacerte sentir mal- me observó de reojo. -Simplemente no lo entiendo. ¿No te entrenabas en casa?

No sabía si Satoru hablaba en serio con lo de que no quería sonar pesado y no hacerme sentir mal, pero de algún modo sus palabras me hacían daño. Tal vez aún soy muy inmadura, pero solo quería correr de ahí e ir a tirarme a mi cama.

-Creo que deberíamos dejar esto hasta aquí- dije en un tono casi inaudible.

Apreté mi vestido con mis manos. Me estaba comenzando a sentir mal.

-¿Cómo?- giró a verme.

-Lo que escuchaste- levanté mi mirada en dirección a él.

-Vamos...- sonrió. -No te dije eso para hacerte sentir mal, no puedes ser inmadura en esto y simplemente querer abandonar- argumentó en un tono neutro. -Solo quiero que me expliques para ver en qué puedo ayudarte.

Solo sabía una cosa... y era que esta noche no iba a recargar mi energía maldita. Simplemente quería volver a la academia.

-Entiendo- dije. -Tal vez estoy tomando esto con mucha inmadurez, pero apenas tengo 17 y tú tienes 28. Es mucha la diferencia en madurez mental- le miré molesta. -Me voy.

Chica promiscua (Satoru Gojo, Yuji Itadori y Sukuna x t/n)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora