Will you share this with me?
'Cause darling, without you
All the shine of a thousand spotlights
All the stars we steal from the night sky
Will never be enough
Never Enough - James Charles ft. Cimorelli
Corro al punto de encuentro sabiendo que ya voy unos minutos tarde con el equipaje en mano y unas pintas que lejos están de ser la azafata modelo que se presenta a trabajar. Mientras hago el esprint de mi vida, recapitulo el desencuentro que acabo de tener con Martín.
No lo entiendo en absoluto.
Luego de haber pasado posiblemente de los mejores días de mi vida, un nubarrón negro se apoderó de la cita perfecta. ¿Por qué empezó con las caras largas, a contestar seco y sin ánimos de conquistarme como hace siempre? ¿Qué puede ser tan grave como para de repente ni poder sonreírle a la persona que le acabas de hacer el amor? ¿Por qué no puedo ser su droga? ¿Por qué está a punto de perder su trabajo también?
Las preguntas rondan por mi cabeza, pero es imposible darles una respuesta. Martín se ha esforzado en sobremanera para dejarme a un costado de su vida, ya sea por confianza, secretos de Estado, o una razón que hasta ahora no veo con claridad. Y eso me hace preguntarme si es que estoy haciendo algo mal, o si simplemente debo confiar a ciegas en el dictamen del hombre de los mil vuelos y escuchar sus pedidos hasta que sea capaz de contarme todo.
Frustración que se duplica cuando veo a todo el equipo de cabina parados mirando el reloj, esperando mi llegada.
—¡Ya estoy aquí! —exclamo mientras disimulo y me acomodo el cabello.
Atino a darle un beso en la mejilla a Luján y ella me corre la cara. Su rostro se concentra en la belleza del suelo del aeropuerto y no es capaz de levantar la cabeza para, bueno, ¡mínimamente saludar a su mejor amiga!
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El hombre de los mil vuelos ©
Любовные романыHace un mes que Pamela no puede quitarle el ojo a ese hombre apuesto de traje que viaja una y otra vez en el mismo vuelo donde trabaja como azafata. Como empleada de American Airlines, no debería inmiscuirse en la vida privada de sus pasajeros, pero...