Let's drift away in fits of pleasure
You're a beautiful design
(Say you need me, face your fears)
(Say my name, yeah, I'm right here)
Harden the Paint - Foster the People
Su afirmación me deja colapsada en una galaxia de pensamientos infinitos. Si hay algo que no esperaba de este día, es que terminara con nuestra primera vez.
Me niego a creerlo.
—¿Qué haces? ¿Tienes calor? —pregunto infantil, porque lo único que falta es que haya entendido mal su propuesta y solamente quería sacarse la ropa para no sé, irse a nadar por un caudal de agua inexistente que no estoy viendo.
—Quiero tu calor.
Me sonrojo decidida.
Me lanzo a la boca de Martín para que no le quede ninguna duda de que estoy tan dispuesta como él a que me haga el amor. Rememoro internamente las mil y una situaciones en donde me imaginé que esto pasaría, y sin dudas el capó de un auto viendo el atardecer a unos metros del Centro Espacial Kennedy es de las últimas opciones de mi imaginación.
Admiro la capacidad que ambos tenemos para hacer de cada uno de nuestros besos algo único. No sé si será esa misma energía y vigorosidad que mostramos todo el día juntos, pero hoy más que nunca estamos avasallados por la pasión y el deseo. Encandilamos nuestros labios con una fiereza abrumadora. Nos movemos rápido, como si fuéramos uno solo.
Acaricio todo su rostro perfecto mientras le quito los anteojos y los lanzo por los aires. El hace lo mismo con su saco, que vuela a la polvorienta tierra de nuestros costados. Me monto sobre sus piernas y le tomo el cabello toda ensimismada por el flujo que se me despierta en todo el cuerpo.
Arranco su camisa botón a botón y por primera vez toco ese cuerpo que hasta ahora solo había conocido por fotografía. La musculatura de su pecho está incluso mucho más tonificada de lo que había previsto en mi mente perversa. Dejo caer mis manos por sus pectorales y los llevo a ese excitante six pack de abdominales que vuelve loca a cualquier mujer. Voy por cada uno de sus cuadraditos perfectos respirando agitada, porque a este punto ya estoy por las nubes.
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El hombre de los mil vuelos ©
RomanceHace un mes que Pamela no puede quitarle el ojo a ese hombre apuesto de traje que viaja una y otra vez en el mismo vuelo donde trabaja como azafata. Como empleada de American Airlines, no debería inmiscuirse en la vida privada de sus pasajeros, pero...