Biblioteca (𝙒𝙤𝙡𝙛𝙨𝙩𝙖𝙧)

Perder

Harry y Devon cumplían 2 años.

Cuando llegó el Phoenix rojo en Potter Mannor.

"Voldemort está acatando con todo, mortifagos, gigantes y criaturas. Las barreras no duraran eternamente. Necesitamos ayuda para poder acabar con el! Es mortal y lo sabe, solo una maldición asesina será suficiente!" dijo y el ave de evaporó en el aire.

-Debemos ir!- dijo James.

-Yo me quedaré con los niños!- hablo Lily abrazando a su hijo y a su ahijado.

-Yo.. también me quedaré- dijo Remus besando a Sirius.

-Por favor...- pidió el ojimiel juntando la frente con su marido.

-Te lo prometo- dijo el y lo besó.

-James...- dijo la pelirroja.

-No lo haré Lils, no podría dejarte- afirmó y la beso para luego revolver el cabello de su hijo.

Sirius, James, Regulus y Marlene tomaron su translador directo a Hogwarts.

Era un horror, el imponente castillo de su infancia estaba roto, con fuego y lúgubre, los cuatro se tomaron las manos y suspiraron viendo el lugar de su infancia y adolescencia...

Corrieron al campo de batalla, ayudando a la Orden y a los Aurores y profesores que luchaban contra las filas del Señor Oscuro.

Regulus no tenía compasión y asesinaba a diestra y siniestra, mientras que el otro Black y Potter aturdian y desmayaban personas evitando matar a menos que no fuese necesario.

Como cuando James quedó acorralado a manos de Fernir Greyback... una lagrima cayó de su mejilla.

-Perdon Lily- susurro y cerró los ojos, Sirius vio en cámara lenta como la varita de Fernir iba al corazón de su hermano de otra madre y una vena lo sacudió.

-Hijo de puta!- grito y el licántropo se volvió hacia el alzando la varita, pero Black fue más veloz y lo golpeó su mandíbula al estilo más muggle.

-Eso es por Remus.. y esto.. por James, Avada Kedavra- cantó y el cuerpo cayó inerte al suelo de piedra.

-Vamos James, hoy no es el día- aseguro y el abrazo a su amigo de ojos grises mientras seguían derribando mortifagos.

Hasta que fueron la cabellera rubia en el destrozado puente y corrieron hasta ella junto con Regulus.

-Si me pasa algo hermano, que sepas que te amo, y hasta cuándo huiste de casa te seguí amando y defendiendo. Si yo llego a morir algún día... entiende que no es tu culpa.. vive.. se feliz.. vive por lo que me falto vivir a mi.. y recuérdame como recuerdas a Euphemia... con una sonrisa y buenos recuerdos- pidió el menor apoyándose en su hermano

-Eres la peor escoria que ha pisado el mundo! Te llevaste a mis padres y a mi hermana de otra madre!- grito y Voldemort reía.

-No tienes el valor mocosa- se burló y ella lo escupió.

-Es tu fin- dijo el hombre alzando la varita

-Avada Kedavra- le sonrió ella y el cuerpo del mago oscuro más temido del momento cayó al suelo mientras la rubia bailaba a su alrededor.

Pero el cuerpo de Marlene cayó al suelo en un ruido sordo, un Avada no verbal fue lanzado por Bellatrix Lestrange quien sonreía.

-Que pasa ahora pequeña perra!- se burló del cuerpo de Marlene.

Pero Regulus veía todo rojo. Estaba furioso con esa maldita hija de puta. Blasfemiando contra la prima que tanto admiro en algún momento, no pensaba, solo lanzaba hechizo a diestra y siniestra sin siquiera pensar, estaba cansado y quería llorar.

Y fue cuando desvió su vista al cuerpo de su novia que el rato verde lo tocó, y sonrió.

-Perdon hermano- susurro en un hilo de voz y cayo a unos centímetros de su novia, ambos muertos. Amandose en la otra vida, la mujer de rulos comenzó a reír como una loca.

Una lagrima cayó de cada ojo de Sirius Black, había perdido un hermano... y una amiga, su hijo había perdido a un tío y una tía... su corazón dolía, pero cuando escuchó la risa de su prima rió más fuerte y se batió a duelo con ellas pero sin ver rojo. No.. el pensó cada uno de sus movimientos hasta desarmarla y tenerla acorralado y a su merced. Fue entonces cuando la Crucio hasta que la piel se le salió de los brazos y piernas, los huesos le crujieron y atravesaron su carne en ruidos asquerosos y solo entonces, cuando era un río se sangre, la escupió y riéndose y llorando en partes iguales la miró suplicar. Perdió la noción del tiempo haciendo nuevas heridas en el cuerpo de su prima.

-Eres una desgracia y una deshonra a la Noble y Ancestral casa de Black, prometo quemarte del tapiz.- dijo y lanzo la maldición asesina, viendo el cuerpo de Bellatrix Lestrange caer al suelo.

Y solo entonces se arrodilló y lloró sobre su hermano y su amiga, siendo abrazado por James, ambos lloraban.

Potter tomó la mano de Regulus y la unió a la de Marlene. Los Aurores llegaron el breve y les dijeron que los llevarían al Ministerio y de ahí harían los arreglos para que fuesen enterrados en la misma tumba..  en el cementerio de Godric's Hollow...

Sirius lanzó maldiciones a todo lo que estaba cerca mientras lloraba.

Su Reggie.. su hermanito pequeño... el no lo había protegido...

Sintió el abrazo de James.

-El lo sabía Siri, el siempre supo que hoy sería el día... por eso te dijo lo que te dijo... el no querría esto... por favor- pidió Cornamenta y el único de los Black lloro en su pecho mientras maldecia.

-Si lo sabia por que vino!? Por qué me hizo esto?!- sollozo.

-Eso se lo vamos a preguntar en el más allá hermano- dijo el azabache y levantó a su amigo para caminar hacia las afueras castillo, para cruzar las barreras y poder aparecerse en Potter Mannor.

****

Donde Lily y Remus cuidaban de los dos niños dormidos.

Y mientras el mundo mágico festejaba la caída del Señor Oscuro, James y Sirius aparecieron en la sala.

-Donde están?- pregunto la pelirroja preocupada y James negó lentamente, ella lloró en el hombro de su marido. Había perdido a una mejor amiga... a un mejor amigo... a días del cumpleaños del menor de los Black.

-Los Aurores vendrán en cuanto termine el papeleo para enterrarlos juntos en el cementerio de la plaza- dijo Sirius mirando al suelo.

Esa noche mientras todo el mundo mágico brindaba y se embriagaba por la caída de Voldemort, Lily, James, Sirius y Remus enterraban a sus mejores amigos.. y hermano.

Mientras todos chocaban copas ellos habían prendido dos velas en honor a Regulus Black y Marlene McKinnon.

Dos velas en las tumbas, con un hechizo para que no apaguen y dos flores con un hechizo para que no se sequen.

Dos velas blancas en sus respectivas casas.