Capítulo 1

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[Narra Catra]

Hordak me pega... me pega cada vez que falló, cada vez que pierdo, cada vez que She-ra me derrota.

Realmente intento ocultar las marcas, cortes y moratones, pero cada vez se me hace más difícil ocultarlas.

Scorpia notó algunas marcas en mi brazo el otro día, pero logré convencerle de que eran de la pelea que había perdido contra She-ra el día anterior.

Hoy Hordak me mandó llamar, yo ya sabía para que era y temía lo que pudiera hacerme ésta vez, tenía un mal presentimiento.

[...]

Apenas entré en el santuario de Hordak la puerta se cerró de golpe detrás de mí.
Me temblaban las piernas y sentía que el corazón se me salía del pecho.

[Narrador]

-Hola, Capitán de las fuerzas Catra- La voz del líder hordiano resonó en la habitación, parecía enojado.

La felina se giró para ver a Hordak aproximarse a ella con el ceño fruncido y sus manos en puños.

-Ha vuelto a fallar, según he oído- habló la imponente figura a escasos centímetros de la castaña.

-Señor, puedo explic...- la de ojos heterocromáticos no pudo acabar la frase.
Sintió un agudo dolor en el abdomen proveniente de un puñetazo que Hordak le propinó tirándola al suelo.

-¡No le he permiso para hablar, Capitán!- gruñó Hordak, acercándose a la derribada felina.

Catra agarraba su abdomen, su rostro mostraba dolor y miedo al mismo tiempo.

Hordak decidió desahogar toda su ira con la felina y comenzó a patearla en el abdomen, pecho y la espalda.

Con cada impacto Catra sentía más dolor, pero trataba de proteger su pecho con los brazos.

[Narra Catra]

Cada vez dolía más y más, no podía soportarlo. Todo se estaba volviendo oscuro y me costaba respirar. Creí que me mataría... que está vez me mataría. Yo solo... me rendí, cerré los ojos esperando mi final y perdí el conocimiento.

[...]

Desperté en el laboratorio de Entrapta, sentía el cuerpo dolorido... muy dolorido y mi cabeza retumbaba.

-¡Hola!- La voz de la inventora llamó mi atención.

No sabía como había acabado allí y deseé que Entrapta no supiera nada de la paliza que Hordak me dió.

-¿Qué ha pasado?- Decidí hacerme la tonta para averiguar que era lo que sabía.

-Hordak dijo que te desmayaste al salir de su santuario debido a la pelea con She-ra- Me respondió con su cargante voz chillona que hizo eco en mi cabeza.-Hordak me dijo que te vigilará mientras estuvieras inconsciente- Al menos no sabía lo que realmente había sucedido.

[Narrador]

Catra se levantó de la especie de camilla metálica en la que estaba tumbada.
Sintió mucho dolor en su abdomen lo que provocó que llevara su mano a la zona en la que surgía el dolor. Sabía que algo no iba bien.

Entrapta estaba distraída con alguno de sus inventos y no notó el gesto de la felina.

-¿Cuánto he estado desmayada?- Preguntó la felina, curiosa por saber el dato ya que se supone que debían ir a atacar Salineas.

-Una media hora- Contestó sin despegarse de lo que sea que estuviera haciendo.

[...]

[Narra Scorpia]

Todo estaba casi listo para ir a Salineas, solo faltaba cargar algo de munición y que mi kitty apareciera.
Hacía mucho rato que se había ido al santuario de Hordak y comenzaba a preocuparme.

-Hola Scorpia- La voz de Catra me sacó de mis pensamientos.

Me giré para verla de frente -¡Catra! Aquí estás, estaba preocupada- Exclamé con ilusión, pero note que estaba algo pálida
-¿Estás bien? Estás pálida- Le pregunté, me preocupaba que se sintiese mal.¿Y si estaba enferma?

[Narrador]

-Estoy bien- Gruñó, no quería verse débil. -¿Está todo listo?- Preguntó, sin librarse de su tono arisco.

-Si, podemos zarpar cuando quieras- Le informó Scorpia olvidándose por completo de su pregunta.

[...]

En camino a Salineas me encontraba realmente mal, todo me dolía, sentía como algunas de las heridas en mi espalda comenzaban a sangrar y el dolor de mi abdomen crecía.

-¿Estás bien, Kitty?- y ahí está Scorpia de nuevo, ¿porqué no podía simplemente dejarme en paz? -Te marea ir en barco,¿verdad?-

-Sí, ahora déjame- le gruñí entre dientes con la esperanza de que se largara.

Ella estaba a punto de hablar cuando un soldado dió un aviso -¡Llegamos!¡Hay rebeldes en la orilla y She-ra está con ellos!- She-ra, ¿como no? Ella estaba allí y yo no me sentía con fuerzas como para enfrentarme a ella.

[...]

Llegamos a la orilla y nada más pisar tierra la adrenalina recorrió mi cuerpo, ya no había dolor. Divisé a She-ra y, sin dudarlo un instante, fui a su encuentro con total decisión, a derrotarla, a ganar, a no ser una decepción, a llevarla de vuelta.


Gracias por leer, espero que os haya gustado.

El concepto inicial de esta historia no es originalmente mío, es de:

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~Todo es mi culpa~(Catradora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora