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Regen im Herbst.

N/O.

-Soy Tomas - dijo un poco desconfiado, así como sus sueños siempre lo creían.

Habían pasado minutos, desde que el verano y el invierno se habían encontrado por primera vez. Era tan mágico que la irrealidad era la principal huésped en aquellos ojos. Hanne poseía una sonrisa sincera -parecida a una niña pequeña- al preguntar su nombre; en cambio, Tomas quíen desconfiaba hasta de si mismo, traía una expresión neutral, una en la cual era difícil de descifrar.

-Tomas...- repitió Hanne, mientras procesaba la situación provocando un silencio. Un silencio que daba paso a sobre pensamientos.

¿Aquel chico era del pueblo? No lo parecía.

¿Se le hacía familiar? Si. Y eso era seguro; porque unos ojos como los de el, no serían faciles de olvidar por alguien. Ni en los más olvidados sueños.

Lo que ella no sabía era que el la conocía de años, pero no lo suficiente.

-¿Que haces por aquí? - preguntó Tomas rompiendo el pequeño silencio que Hanne había formado.

-¿No has escuchado que estar al aire libre despeja tu mente?-contestó-.He venido a buscar inspiración.

-Claro- admitió pensativo, todo parecía un espejismo.

-¿Y tu?

-Practicando arquería-dijo, formando un mohín.

-Oh..-musitó Hanne, concentrándose en la actitud del joven. Tomas llevaba una expresión que para algunos sería insignificante, pero para ella, podía significar muchas cosas.

Poseía un brillo de amargura en su mirada gris azulada, lo que era extraño porque recien se conocían... o eso se creía.

Y la unica solución que conocía era preguntar. Por muy extraño que pareciese.

-¿Te sucede algo?

En el poco tiempo que se habían visto, hubo contacto visual. Los ojos verde infiníto y los gris tormenta, por un momento se fucionaron, tomando una combinación un tanto inusual en los colores. Una pequeña combinación entre sueños tormentosos y estrellas resplandecientes.

Fue el sonido de las gotas cayendo en el suelo, que los trajo a la realidad junto con un torrente de lluvia que parecía nunca acabar.

-Debería irme...-dijo Tomas, tomando sus cosas mientras se empañaba la vista por el cielo lloroso.

-Es la primera lluvia de otoño, deberías disfrutarla ya que estas en el bosque- dijo Hanne, empapada hasta las botas.

- ¿Y luego tener un resfriado?- giro los ojos acompañado de una mueca de desagrado.

A el no le gustaba la lluvia. Ella la amaba.

-No seas amargado, hay cosas que fueron hechas para disfrutar.

-Yo creo que n...

-¡Vamos! yo me quedare... ¿te parece?

Sus ojos creyeron estar imaginando todo, sin embargo no dijo nada y volvió a su lugar. En todos los años que la había observado sabia que ella nunca se rendía, aunque perdiera o ganara siempre lo intentaba.

-¡Eso! - dijo mientras se sentaba en la tierra humeda y palmaba un lugar al lado de ella- vamos sientate...

Mientras se acomodaba a su lado, ella pensaba en la mejor forma de hablar con el chico, ya que le parecía algo malhumorado, pero lo que no sabía, era que el no era de esa manera, solo no hablaba demasiado -como ella- y estaba cansado en aquel momento.

Las gotas de lluvia que caían una tras otra, iban bajando su intensidad,  empapando los cabellos ondulados de Hanne y toda su vestimenta, al igual que la de Tomas.

-¿Te gusta la astronomia?-pregunto Hanne.

-Muy poco- mintió, mientras observaba las hojas que yacían en el suelo.

-¿Y leer?

-Me gusta, realmente me gusta-admitió, limpiando sus botas del barro incesante.

-Adoro leer, me gusta la fantasía y los libros informativos. ¿Has leído sobre los agujeros negros?- pregunto de repente.

-Si...-asintió, confuso con la repentina pregunta.

-Dicen que los agujeros negros son el resultado de la destrucción de la luz, arrasan todo a su paso- dijo, recordando las teorias sobre los agujeros negros que habia leido en sus libros favoritos de astronomia- pero, estos mismos emanan energía, no solo son oscuridad sino tambien luz...

-Tu punto es..?

-Tu rostro refleja que algo te sucede y solo quería decirte eso, puedes tomarlo como una referencia acerca de cómo es la vida. No solo es oscuridad ni solo luz, es ambas; no puedes pensar tanto en lo negativo, nada dura para siempre-.aunque ella tambien hiciera lo mismo y viviera de la fantasia de las historias, el no lo sabia- intenta cambiar el dia, la vida no es un agujero negro sino un agujero de luz.

Por primera vez en el día, Tomas había sonreído un poco y no era por que ella dijo, se había dado cuenta que era la misma que observaba de niño.

Sin embargo, la Hanne verdadera no era la misma, habían cambiado en algunas cosas desde tiempo atrás, desde que su padre se alejo del pueblo.

-Ves? ahora sonríes, seguro la lluvia pasara, pero mientras... disfruta las gotas que caen-dijo Hanne con una sonrisa al ver el cambio de expresión del chico-.Después seguro tomarás un té y todo estará bien.

Y allí estaban tan cerca pero a la vez tan lejos, como una pequeña fantasía.

El verano y el invierno, sentados en la tierra mojada con la lluvia como acompañante a su primer silencio. Aquel que daría inicio a mas encuentros lejanos.

Las estrellas también llueven en otoño (#1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora