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Der Wunsch, den ich machte.

13 de Diciembre, Der Wald Der Sterne.

Tomas Wolf.

Nunca creí que me encontraría en una situación como esta. Cubierto de hojas secas y recostado sobre la tierra húmeda, y mucho menos creí que compartiría esto con una chica de ojos primaverales como Hanne.

Todo comenzó con mi idea de una salida al bosque como siempre hacíamos, ella tenia la costumbre de jugar con las hojas cada que veníamos; pero justo en este día, las hojas cubrían el suelo como un gran manto otoñal  y no dudó ni un segundo, en pedirme ayuda para crear una gran cama con todas y claro, no me negaría en ningún momento si es ella quien me lo pidiera.

Reí ante la sensación cuando me animó a lanzarnos sobre ellas, y las ocurrencias que venían a su mente y no dudaba en contármelas.

En un momento a otro, el silencio hizo presencia y sentí movimiento a mi lado, lo que me hizo abrir mis ojos. Lo primero en observar es la palma de su delicada mano, ofreciéndome un auricular y su sonrisa gentil.

-Nada como escuchar música en medio de la naturaleza y desconectarse del mundo.

-¿Más de lo que parece que ya estoy?-pregunto, tomando lo que me ofrece.

-Más que eso, la música hablará por sí sola.

Ambos nos sentamos entre el montón de hojas. La música proveniente de los auriculares resuena por mis oídos; algunas las conozco y canto en voz baja, otras son nuevas y simplemente me encargo de disfrutarlas.

Su cabeza se mueve sutilmente al ritmo de la melodía de la canción que se encuentra en ese momento, y tengo la suerte de que este distraída para poder observarla y hacerme miles de preguntas.

<<Dime Hanne, ¿Como haces para soñar tanto?>>

<<¿Cual es la razón de cada una de tus sonrisas?>>

<<¿Que dice tu corazón?>>

<<¿Alguna vez te darás cuenta de lo tanto que te observo? >>

<<¿Que esconde tu mirada? >>

<<¿Como haces para poseer tanto color? >>

<<¿Aceptarías una ronda de preguntas sobre ambos? Quisiera saber más del universo del que vienes, ese que es lo contrario al mío, y del cual ahora parezco pertenecer>>

Todas aquellas son formuladas en mi mente, pero ninguna se encarga de ser emitida por mis labios y eso solo lo hace más difícil.

Ojalá pudieras leer mis pensamientos

Sonrio. Imaginando la poca posibilidad de que ella supiera todo lo que quisiera decir, y la locura que sería si descubriera lo que pedí en el observatorio de Berlín.

Le pedí un deseo a la estrella fugaz que pasó frente a ti, Hanne.

La cual iluminó tus ojos en menos de un segundo y no lograste visualizar.

Le pedí que te quedaras.

Sabiendo que era algo realmente incierto.

Ojalá que me haya escuchado y contado a la luna.

La cual podría llegar a tus sueños para informarte de mi anhelo.

En el caso de que no fuera así.

¿Te quedarías si yo mismo te lo pido?

***

Hanne Meyer

Crees que no se que me estás observando, con esa mirada tan intensa de ojos grisáceos que creí haber conocido antes.

Dime algo, una sola cosa.

Quiero escucharte hablar más, hoy a penas y dices menos de seis palabras.

Quiero que me digas lo que piensas, sueñas y anhelas.

Quiero saber que sientes.

Quiero tantas cosas Tomas.

Y una de ellas, eres tú.

La música es lo que nos une en este momento por medio de un delgado cable, una melodía de John Lennon es emitida de los auriculares y decido voltear hacia dónde estás.

Y fue ahí, ese momento exacto en que te vi con otra mirada, una dulce y cálida que no había descubierto antes, me mirabas como si sabías lo que pasaría. Me haces sentir tranquila.

Decidí sonreír hacia ti, notando como tus orbes tenían otro brillo, se veían más azules que grises.

Son como un mar en medio de una tormenta, reflejando los colores grises del cielo.

Gaviotas vuelan sobre la imagen de la orilla, aquellas son como secretos que se encuentran escondidos entre las olas del azul de tus ojos.

¿Que escondes? ¿Y porque siento que quieres decirme sin la necesidad de hablar, solo cuando me observas?

Tu cabello lacio es rebelde contra el viento, haciendo que varios mechones queden en tu rostro.

<<Te ves encantador>> quise decirte, pero no lo hice.

En cambio sonreí aún más y tú lo hiciste igual.

Por favor, deja de embrujarme con esa sonrisa que me devuelves.

Y es el simple hecho de eso, me hace pensar que estamos entrando a invierno y me pregunto con más aún razón que tanto pasa por tu cabeza, ¿estás bien?

No sabes cuanto espero escuchar un "sí".

Porque la sola mención de ti, sufriendo, hace que mi corazón se encoja a lo más mínimo; sintiendo la necesidad de estar para ti, así como tú lo haz estado para mi.

¿Te soy sincera? Tengo miedo de que todo esto sea una ilusión y en algún momento se esfume, llevándose consigo mi corazón, que ahora solo quiere estar cerca del tuyo.

Las estrellas también llueven en otoño (#1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora