Texto Boaventura de Sousa.C4

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Los Derechos Humanos, a la par de la democracia, constituyen probablemente el lenguaje más legítimo contra la injusticia, sino también porque son, en su origen, un intento de globalizar el Derecho, de crear una institucionalidad global en base al derecho internacional.

Hoy en día, estamos en un periodo de globalización, pero hay dos grandes globalizaciones: la hegemónica liberal y la alternativa, de los movimientos sociales que están creando un consenso alternativo al dominante.

El concepto de naturaleza humana es eurocéntrico, individualista, y como tal no es universal, es un localismo globalizado el paradigma de los Derechos Humanos es bastante "estadocéntrico", trabaja sobre el Estado y sobre las instituciones, y por eso no sabe dirigirse a otros actores que son grandes violadores de los Derechos Humanos, pero que no son el Estado. El Estado es, muchas veces, cómplice de ellos pero no es el violador directo, y ahí tenemos un primer resultado: hay mucha violencia en el mundo que no se considera violación de los Derechos Humanos.

Esta debería ser una primera instigación para nosotros, por qué tanta violencia no es formulada como violación a los Derechos Humanos y muchas veces es formulada como costo social del desarrollo.

Los Derechos Humanos tienen realmente un interés grande en la centralidad de las acciones institucionales y por eso no valoran las posibilidades de acciones no institucionales, extra institucionales, directas, que son las acciones que muchas veces predominan en el Foro Social Mundial.

Se dice que los Derechos Humanos privilegian un universalismo abstracto, que no tienen espacio para las culturas propias, para las comunidades culturales que se juntan todas con lenguajes muy distintos en el Foro Social Mundial.

Finalmente, se invoca la idea de que los derechos humanos, nunca han cuestionado los grandes planes de desarrollo del Norte con relación al Sur. Hubo un momento en que el Sur estaba en un retraso económico, ahora el atraso es económico y político, democratización y globalización. Los Derechos humanos no han cuestionado hasta ahora los modelos de desarrollo, y en su mayoría, tampoco los modelos de Democracia, y por eso han producido como resultado el de plantear que el Sur es el gran problema de los Derechos Humanos y no al contrario, el Norte. Mientras que, visto desde otra posición, el gran problema de los Derechos Humanos es el Norte y  no el Sur.

Una de las respuestas sería entonces que, para las aspiraciones de justicia social, los derechos Humanos son más parte del problema que de la solución. Hay que averiguar y discutir en qué medida existe un diagnóstico que permita ver hasta qué punto los Derechos Humanos son una solución.

Necesitamos de una perspectiva a partir del Sur, para complementar y articularse con la perspectiva del Norte, que ha dominado hasta ahora.

Propongo tres tareas políticas:

Mucha de la pobreza y de la violencia en el mundo no es el resultado de la falta de desarrollo, sino el resultado de las medidas tomadas para eliminar el desarrollo

La primera: el Norte es el gran problema de Derechos Humanos y no el Sur. Tenemos que trabajar en esta parte de esta forma. Luego, los Derechos Humanos tienen que ser menos dependientes de las concepciones del Norte. Y, la cuestión del desarrollo debe articularse junto a aquella de la democracia.

El segundo: trabajo político tiene que ver con la democracia: las luchas de Derechos Humanos han convivido con concepciones muy estrechas de democracia, una democracia de baja intensidad que está creando un problema. Hoy en día, la democracia, que está siendo propuesta por el Consenso de Washington, no tiene ninguna tensión con el capitalismo, es el rostro del capitalismo: es una democracia sin redistribución. Se puede afirmar que la democracia es la forma más legítima del Estado débil.

Asistimos a desigualdades enormes que se están realizando en la sociedad, de grupos sociales que tienen tanta desigualdad que los poderosos tienen derecho de veto sobre los menos poderosos.

Pienso que en los próximos años vamos a vivir en sociedades políticamente democráticas pero socialmente fascistas.

Derechos y  GarantíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora